04.

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Habían pasado por lo menos cinco días desde que YoungJae había conocido a la persona con la cual compartía su hilo, Im JaeBum, el chico frío que no creía en cuentos de hadas.
                         
Después de aquel encuentro YoungJae se fue con la intención de olvidarlo o simplemente no prestarle atención, pero no, no había dejado de pensar en él ni un sólo instante, su rostro se había quedado grabado en su cabeza al igual que su actitud ruda y mirada profunda.
                         
Una parte de él deseaba poder encontrarlo de nuevo, pero por otra parte no quería hacerlo por el miedo o la vergüenza, tal vez. Además que tampoco quería ser una carga para él, no quería fastidiarlo o ser pesado.
                         
Salió de su hogar con la intención de buscar algo de comida, estaba molesto porque a su hermano se le había ocurrido salir de viaje sin avisar y dejarlo solo y sin comida, YoungJae necesitaba del cuidado de alguien, simplemente porque sí.
                         
Había un restaurante cerca, el único que conocía, pero ya que no contaba con el dinero suficiente se veía obligado a comprar algo para preparar, así que, con mucha pereza y resignación caminó hacia un supermercado para buscar alguna sopa instantánea.
                         
Mientras caminaba por los pasillos antojándose de cada cosa que veía logró ver un rostro conocido a lo lejos, Im JaeBum. Dudó en si acercarse o no, pero antes de que alguna respuesta llegara JaeBum ya se había acercado, aún sin notarlo. YoungJae lo pensó por varios minutos, si saludarlo o simplemente dejarlo pasar como si no lo conociera.
                         
—H-Hyung...— soltó con inseguridad, por alguna razón se sentía bastante nervioso y
eso había provocado que dijera las cosas involuntariamente.
                         
JaeBum subió la mirada por pura curiosidad, no estaba acostumbrado a que le llamasen por aquel término y no creyó que se dirigía hacia él hasta que vio el rostro de YoungJae e inmediatamente sus recuerdos sobre él regresaron.
                         
—¿qué haces aquí?— intentó no sonar frío, pero no le fue posible.
                         
—Vine a comprar algunas cosas— YoungJae respondió aguantando una risa debido a
la pregunta y al notar el intento fallido de JaeBum siendo amable— pero no tengo dinero suficiente...
                         
El mayor sintió una idea fugaz pasar por su mente, pero intentó descartarla, no conocía al chico y no podía hacerle tal favor tan de repente, no pagaría nada para él.
                         
La mirada de YoungJae se posó sobre él por un segundo, sus pequeños ojos decían mucho, parecía imposible negarse contra lo que decía su conciencia, pero bueno, esa mirada no le dejaría irse sin antes haber
hecho algo por él.
                         
—Elige lo que quieras, yo lo pagaré por ti— la sonrisa en el rostro del menor no tardó en aparecer, agradeciéndole muchas veces por ello.
                         
Uno no puede alterar un destino totalmente marcado.

The Red Thread of Destiny [2jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora