OTRO DÍA OTRA VEZ

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—¿De verdad quiere que le lea esto? —preguntó tratando de disimular un tonto tartamudeo.

—Si te sientes incómodo puedes irte y dejarme dormir —dijo Kakashi, con su mejor altanería fingida.

—No, está bien. Es solo que... como esto es erótico...

—Tranquilo, no se me va a poner dura si es eso lo que te preocupa.

—¿Qué? No... Yo, no... ¡Espere! ¿Usted? ¿Tampoco le responde su...?

Oh, Kakashi no esperaba que el chiste le saliera tan caro, pero tampoco le importaba hablar de eso. ¿Qué a acaso le quedaba algo de intimidad con ese chico? Así tampoco se haría demasiadas ilusiones.

—No. Todo muerto. Además, aunque me funcionara mi situación es la menos sensual del mundo.

—Espere, espere... pero su daño fue en la columna. ¿Cómo es que no se le pone dura?

—¿Qué se yo? Es lo que menos me preocupa...

—¡Pero no está bien! Debe informarse. ¡Le preguntaré a la enfermera!

—¡Ni se te ocurra, Umino! Si vas y le preguntas eso ¿qué pensará? Además, aunque me funcionase no creas que tengo pensado usarla y menos contigo.

—Eso ya lo sé... No piense estupideces.

—Oh... pues... —literalmente se quedó sin argumentos. Iruka aprovechó el vacío y habló.

—Tranquilo, no ha dicho nada que no supiera. Yo no aspiro a que quisiera mantener relaciones de ese tipo conmigo. Comprendo mi posición.

—Bien... —dijo no muy seguro.

Iruka estaba dolido, pero fingió una sonrisa.

—Venga, voy a leerle...

Iruka se contuvo de preguntar a las enfermeras, la tajante de Kakashi le había bajado un poco el autoestima y había preferido dejar el tema correr, así fue que el tema no volvió a salir hasta muchas tardes después, tantas que ninguno de los dos sabía cuántas.

—Usted...

Así era; no, allí nadie tocaba antes de entrar.

—¡Vete! —le gritó Kakashi sacando la mano de la sábana y pretendiendo dejar esta lisa, lo cual era de sobra imposible.

Antes de entrar, Iruka se asomó por el pasillo comprobando que no había nadie cerca, pasó y se acercó directamente a Kakashi.

—¿¡Qué no entiendes de "vete"!?

—Sí que tiene erecciones... ¿Por qué me mintió?

—No es obvio... Vamos, lárgate.

—Oh, claro. Querrá seguir... Lo siento.

—¡No! No voy a hacer eso.

—Soy hombre, Kakashi-sensei, no se tiene que avergonzar, yo tambien lo hago. Es normal.

—Tú puedes ser un pajero pero yo no lo hago...

Iruka río y se acercó de nuevo.

—¿Es porque aún tiene muy entumecidos los brazos como para...?

—No, y ¿qué haces? Aléjate un poco. Esto es muy violento.

Kakashi estaba nervioso, pero Iruka más. Se le pusieron rojas las orejas y apartó la mirada.

—Si... si es porque se le cansa el brazo o no tiene fuerzas para ello... Yo... yo puedo ayudarle.

—¿Qué me estás proponiendo? No, Iruka, no quiero que me la casques tú...

—Ya sé que no quiere, pero puede cerrar los ojos e imaginar a quien quiera. No es bueno aguantarse...

—No necesito que tú me ayudes, es solo eso. Tengo fuerza en los brazos. Al menos la suficiente para masturbarme yo solo. Sin ayuda...

—Entonces, ¿por qué no lo haces?

—Ah... —Kakashi se cubrió la cara con una mano, mezcla de vergüenza y cansancio—. Es solo que si me corro no puedo levantarme yo solo para limpiarlo todo y que me encontraran manchado sería bastante humillante.

—Pues hágalo y cuando acabe llámeme y le limpio.

—¿¡Cómo me vas a limpiar el...? No. Prefiero aguantarme.

—No diga tonterías, eso es malo. Hágaselo, yo esperaré fuera.

—¡No!

—En ese caso...

—¡Quita las manos!

—Es un problema como comer o bañarse. Déjeme ayudarle o se lo diré a las enfermeras.

—No a ellas no... me ridiculizaron... Está bien.

—Pues le dejo aquí papel para que se limpie. Si le salpica al pijama o la sábana le cambiaré. Estaré esperando fuera, así que solo llámeme al terminar.

—Vale, vete ya ..

Iruka se giró y se iba a ir cuando de pronto Kakashi le preguntó:

—Iruka, tú... ¿de verdad me hubieras ayudado hasta con esto?

Iruka se giró bastante colorado.

—Sí...

—¿Y nunca lo hubieras contado?

—Jamás... ¿Es que quiere que yo...?

—No. Solo quería asegurarme de hasta dónde eres capaz de arrastrarte.

Iruka se puso de pronto muy triste.

—Ya ve que mucho... Le esperaba detrás de la puerta.

A Kakashi se le había bajado la excitación un poco tras toda la cháchara pero aún se la notaba gruesa.

«Es imposible que ahora vuelva a excitarme con él justo ahí. Esperando a que termine. ¿Y que le diría? ¿"Iruka ven que ya me he corrido"? Dioses, qué locura... era humillante que me limpie la baba, que me lave, que me ayude a mear... pero limpiarme el semen de las sábanas... es excesivo. O peor; si le hubiera dicho que sí me la estaria cascando ahora mismo...».

Kakashi se tomó unos segundos para imaginar aquello. Veía a Iruka justo a su lado, apoyado en la cama y con una mano inmersa bajo las sábanas, tocando allí donde tantas veces lo había imaginado. Le excitaba mucho pensar en Iruka agarrando firmemente su miembro pero no podía dejar que algo tan artificial pasara... Además, amaba a Iruka. 

NO ME VEAS ASÍ [KAKAIRU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora