FORBIDDEN | k. jisoo

u n o

El timbre suena y el maestro song abandona el salón una vez no ha dejado el trabajo que debemos hacer para el fin de semana. Por supuesto, yo me hecho con mi quería amiga quien ya está dándome mil ideas para el proyecto, en teoría se trata de buscar una problemática que sea relevante en nuestra sociedad y buscar una solución que sea duradera, útil y que no involucre nada ilegal. Fácil ¿no?

El caso es que Jennie es una chica muy inteligente y yo amo cuestionar todo, así que lo haremos bien, espero.

—pienso que deberíamos hacerlo sobre el daño que le hacemos al medio ambiente, ¿que dices tú?

Niego y ella me mira algo indignada. Así es ella, pide tu opinión aunque realmente no la quiera.

—Jen, ese tema el algo que mas de uno elegirá, debemos marcar la diferencia.—Jennie parece considerarlo y termina dándome la razón.—es mejor hablar sobre lo descarados que son los medios de comunicación ocultándonos noticias que tenemos derecho a saber.

—bien, pero...¿Cual sería la solución?

—tienes el fin de semana para pensar eso, yo ya te dí la problemática.—sonrió y muerdo el lápiz que tengo en mis labios.

Mis ojos se desvían por un momento y puedo ver qué Jun-myeon mejor conocido como suho, me está mirando. Me hace señas y enseguida captó lo que trata de decirme. Asiento y me centro nuevamente en Jennie para terminar de cuadrar nuestro asunto. Parece que no está contenta con la respuesta que le di hace unos segundos.

—Deja de mirarme así, más bien dime dónde nos reuniremos.

—Soo.— llama mi atención. —en tu casa como siempre, ¿por qué preguntas?

—mis tíos van a tener una cita hoy y el resto del fin de semana van a estar sus amigos. Y sabes lo que eso significa, así que no podemos ahí.

—no, espera. ¿Qué se supone que significa?—rodo los ojos ante su pregunta.

—sexo, Jennie. Van a tener sexo y luego harán cosas estúpidas y vergonzosas con sus amigos, ¿entiendes? Así que no lo haremos ahí.—mi querido amiga solo niega totalmente ruborizada y solo rio por su reacción. Tiene dieciséis años pero aún se pone como un tomate cada vez que pronunció sexo cerca de ella.

—siempre eres tan idiota...

—como sea, ¿por qué no lo hacemos en tu casa?

—N-no, en mi casa no. M-mejor nos reunimos en un mall o luego vemos, ¿si?

Frunzo mi entrecejo y la miro fijamente. Obviamente me está tratando de ocultar algo. Desde que Jennie y yo somos amigas, jamás he conocido su casa o a sus padres, solo se que su madre murió cuando era una bebé y que su padre es un hombre muy reservado, pero solo eso, y no me molesta el hecho de no saber más, solo me causa curiosidad que siempre evite que hasta yo, su mejor amiga este en su casa.