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Son exactamente las nueve en punto de la mañana

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Son exactamente las nueve en punto de la mañana. Mi cabello está ligeramente peinado, estoy vestida con un boyfriend y una blusa corta, en realidad no es la gran cosa y así es como me gusta vestir. No puedo asegurar que es la mejor elección de vestuario para visitar por primera vez la casa de mi mejor amiga pero no creo que eso importe mucho cuando jennie me ha visto hasta desnuda.

–jisoo, ¡ya baja de una vez!–escucho a mi tío hoseok gritar. Rápidamente me pongo un poco de gloss y bajo hacia el comedor.

–¿qué?–me reprende con la mirada por mi respuesta. –no me jodas, tío. Tú me has gritado.–le reclamo. Él sigue mirándome mal y tengo que disculparme al final. No le tengo miedo, más bien temo de lo que le pueda decir a mi tío jungkook.

–voy a salir y voy demorarme, te voy a dejar las llaves para cuando vuelvas de la casa de jennie.–asiento y esto le basta para irse, dejando un beso en mi frente.

Miro la hora y son las nueve y diez minutos. Decido que a las diez iré a la casa de Jennie y me siento en la sala de estar para quedarme un rato viendo muñequitos. Mientras disfruto de mi maratón de escandalosos, mi teléfono vibra varias veces y a la decima vez decido que es suficiente y miro los mensajes, inmediatamente volteo los ojos y apago mi celular, es suho. Está haciendo lo que siempre hace cuando estoy molesta con él, enviándome estúpidos y por cierto, nada graciosos, chistes.

–que imbécil.–balbuceo para mi misma.

En cualquier otro momento me habría reído y lo habría dejado pasar, pero lo que hizo ayer fue traición pura y jamás se lo perdonaría. Bueno, jamás no, más bien no en un futuro cercano o hasta que terminen los trabajos en pareja y ya no esté con la mugrosa de sowon. Aunque igual tendría que someterlo a un exámen médico para asegurarme de que no tuviera ninguna enfermedad de transmisión sexual, porque se que esos dos no van a solo hacer el trabajo ya, menos conociendo a suho.

Vuelvo a mirar la hora y ya casi son las diez, creo que ya deberia irme. Apago el televisor, tomo mi bolso, las llaves y mi celular, me aseguro de que todo esté en orden y salgo de la casa.

No tardó mucho en llegar a la dirección que Jennie me mandó por kakao y toco la puerta un par de veces antes de ser recibida por mi amiga.

–¡hola!–me saluda con entusiasmo pero parece algo preocupada, Jennie puede ser tan exagerada a veces.

–que tal.–me adentro al interior de la casa, o más bien de la mansión de Jennie.– madre mía, amiga esta casa está genial. ¿Cómo es que no sabía que eras rica?–bromeo.

–no seas tonta, Jisoo. Y por favor no empieces de toquetona que algo se ve fuera de lugar y mi padre me mata.

Asiento. No puedo enjorarme porque en realidad si soy muy curiosa y con regularidad daño cosas o las pierdo.

–¿hiciste tu parte?–le pregunto y ella asiente con la cabeza.

–aun faltan algunas cosas y lo que tu debes agregar y ya.

FORBIDDEN | k. jisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora