c u a t r o

584 66 29
                                    

Muerdo mi lápiz con pereza mientras observó la ventana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Muerdo mi lápiz con pereza mientras observó la ventana. El cielo está nublado y estoy muy segura de que va a llover, aunque puede ser una falsa alarma.

—Hey soo, ¿puedo ir a tu casa hoy?
—escucho la dulce voz de Jennie a mi lado.—oye, ¿me estás escuchando?

—Sip.

—¿Sí a qué?

—a que vengas a mi casa, Jen.

—¡Oki!—responde para seguir copiando los ejercicios del el gran tablero y yo continuo mirando la ventana con desgano. Las clases de cálculo no son mis favoritas y por ende, nunca les presto atención. Después de todo, siempre que la maestra va a revisar talleres, se los copio a Jennie. Por un momento centro mi atención en ella y en lo adorable que se ve buscando la respuesta a los problemas con tanta emoción.

Ya ha pasado casi una semana desde qué estuve en la casa de Jennie. Las cosas entre nosotras no han cambiado mucho, para mi sorpresa. Ella no parece sentir vergüenza por lo que pasó y yo supongo no debo sentirla si ella no lo hace. Aún así, no quiere hablar sobre su sexualidad conmigo y esto me deprime un poco, después de todo soy su mejor amiga y jamás la rechazaría por su orientación. 

—Señorita Kim, perdóneme, ¿es mi clase tan aburrida para su majestad?.—sí, vieja amargada. La miro con rabia, pero niego como ella espera que lo haga.—Eso pensé, ponga atención.

Respiro hondo y finjo copiar los ejercicios para que no me moleste el resto de la hora. No sé ni porque se molesta, nunca presto cuidado a sus clases.

En realidad, está vez, mi distracción es por otra razón. Una muy embarazosa.

El padre de mi mejor amiga y mi atrevida fantasía sexual.

De la chica que tengo al lado y me sonríe con tanta ternura.

Soy una degenerada, lo sé, pero tampoco es del todo mi culpa. El señor Min es un hombre encantador, amargado, pero encantador. Y pondría a cualquiera a sus pies, creo que ya es obvio que no soy la excepción.—me digo mentalmente. Esto es frustrante.

Por más que lo intento no puedo sacarlo de mi cabeza, y desde la última vez que lo ví, que por cierto termino siendo un desastre; conmigo huyendo de él como una loca y encerrandome en el baño casi por una hora muerta de pena, solo deseo que me tome con sus fuertes brazos y haga mi fantasía realidad.

¡Pero que estoy pensando! Ese hombre podría ser mi padre. No vayamos tan lejos, tiene casi la edad de mi tío Hoseok, está tan mal pensar en el de esa manera y soy conciente de eso, pero también soy conciente de que lo deseo, de verdad lo hago y nada va a lograr que deje de hacerlo...

FORBIDDEN | k. jisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora