De A Dos (G!P)

creó que estoy en el cielo#31

[ Cuando estamos en mi cama tu me dices ¡te quiero!
yo me fundo en entre tus brazos...
siento que estoy en el cielo.

si yo te miró a los ojos,
tu me acaricias el pelo,
yo como a besos tus labios
siento que estoy en el cielo...

nos decimos tantas cosas
sin pronunciar las palabras,
tu piel provoca deseos,
yo siento corresponderlo.
tu cuerpo estalla de amor
voy a perder la razón
por ti mi amor, tienes mis 5 sentidos amarrados al bai ven de tus caderas. Contigo siempre siento que estoy en el cielo...]

Lauren pov

Ella temblaba en mis brazos, yo no me detenía, quería seguir haciéndola mía, había esperado bastante por tenerla así.
Sabía estaba en lo más alto porque podía sentir sus fluidos empaparme.
La tomé de la cintura haciendo que su cuerpo cayera sobre mi. Caminé hacia la entrada pasando por un pasillo donde no había nadie, sin salir de ella, rodeo sus piernas en mis caderas y se abrazo a mí.
Una vez que llegamos a la habitación la coloque sobre la cama suavemente y comencé a embestirla.
- Dios Lauren... Espera.
Yo me arrodille y ella salió de dónde estaba gateando en la cama. Esa imagen era increíble.
Salió de la cama y cerró la puerta, ¿que demonios hacia?
Para que Dínah no habrá.
Dijo acomodando su Cabello, yo ya no aguantaba más. Miré mi erección y estaba muy grande.
Me fui hasta ella, quien corrió hasta la cama y yo la tomé por atrás, acariciando su abdomen. Aproveche y saqué su remera, si era sexy pero nada era más sexy que ella desnuda. Apreté sus pechos...
Ella gemía y eso me dejaba sin sentido común. La coloqué en la cama, dejándola en 4, levanté su falda y ella me miraba sobre su hombro, ver si espalda desnuda y haciendo esa curva para mirarme era una de las imágenes más eróticas que existía.
No demoré más, bajé sus bragas de un tirón. Me agaché y chupé su centro completo, colocando mayor atención en su clítoris.
Ella movía un poco las caderas, eso me encantaba, subí un poco hasta llegar a su ano donde hice círculos con mi lengua introduciendo la punta en el, sus piernas temblaron al sentirme y su gemido ahogado me invitaba a seguir estimularla.
No aguantaba más necesitaba penetrarla, me paré acomodanme entre sus piernas, para entrar en ella sin tanto aviso.
Me saqué la remera y comencé a embestirla, ella colocó una mano en mi abdomen para indicarme que aún no se lo metiera completo. Pero yo la deseaba y quería hacerlo, así que en la siguiente embestida, tomé de sus caderas trayéndola toda sobre mí pene.
Ella gimió a los gritos así que Sigui mis deseos.
Chupé dos dedos y mientras le daba duró, fui hasta su ano estimulando, ella recostó su cara sobre sus brazos y colocó una rodilla sobre la cama dejando la otra en el suelo.
Fui metiendo lentamente mi dedo en su trasero. Sus piernas temblaban, no sabía si era por la mala postura o la sensación. Así que saqué mis dedos. La levanté de la cintura aún sin sacar mi pene se ella, la lleve a el sofá y colocándola sobre el respaldo seguí mi cometido.
Camz no dejaba de gemir, así que volví a jugar con su ano. Introduje un dedo y fue mucho más fácil, así que metí un dedo más, me acerqué y bese su espalda, ella solo estaba disfrutando el momento yo sin embargo estaba deseosa, quería hacerle sexo anal. Nunca lo había hecho con nadie, pero era algo que con Camila lo deseaba muchísimo.
Saqué mis dedos, haciendo lo mismo con mi pene, ella se giró y me miró.
Así que sin hacerla esperar acaricie con mi glande su ano, ella mordió sus labios y eso me animo a más.
Hice un poco de presión y ella emitió un sonido de quejido, pero no me detuvo.
Fue entonces cuando vi que parte de mi pene entró en ella. La sensación era muy placentera, era mucho más estrecho y hacia una presión en mi glande que realmente me gustaba. No quería lastimarla, quería sea tan placentero para ella como lo estaba siendo para mí.
Bese su espalda mientras me abría paso dentro de ella.
Fue entonces después de unos quejidos más de su parte que comencé a moverme, mi bai y ven era lento. Cerré mis ojos disfrutando lo bien que se sentía. Ella colocó una mano sobra la mía que estaba en sus caderas.