Capitulo 20

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Luz

Aquellas palabras me afectaron de una manera distinta entendiendo por fin después de tantas vivencias, etapas y perdidas cual era el juego de la diosa luna al escogernos a nosotros. Las palabras de Samay simplemente me habían hecho darme cuenta del porqué de nuestra unión y las decisiones tomadas por la entidad más poderosa de la sociedad sobrenatural.

Impresionada viendo a Demiam actuar en una especie de cámara lenta para mí. Noto como de un momento a otro ya se encuentra encima de ella en su cuerpo humano, siendo completamente controlado por su alma animal dejando salir todo el dolor y sufrimiento reprimido durante tantos años.

Él la estaba ahorcando hasta el punto de que su rostro pálido dejara a la vista sus venas verdes y moradas. Mientras que para él sus manos lucían blancas de la fuerte presión que estaba haciendo, mirándola fijamente. Dejándome ver en él, el odio que le tenía a la mujer, preguntándome si ella era la responsable de la mayor desgracia en la vida de Demiam. Hasta que sin más al saber que está prácticamente muerta entre sus manos, decido ayudarlo poniéndome frente a la cabeza de ella a la espera de que finalmente sus huesos se rompan en los dedos de él debido a la fuerte presión.

Al lograr su cometido, el no finalizó su acto hasta ese punto. Sino me hizo una seña para arrancarle la cabeza. Acto que sin poner un poco de resistencia lleve a cabo permitiéndole a mi animal interior saciar su sed de sangre y las ganas que mi ser tenia de verla morir de la peor manera que un asesino podía.

En la ciudad muchos decían que los animales vivían por sobrevivencia y que se caracterizaban por ser seres vivientes que convivían con la muerte diariamente y debían defenderse de quienes quisieran casarlos.

El caso de los hombres lobos frente a la comunidad de vampiros ha sido exactamente igual alrededor de toda su historia. Padeciendo las acciones repentina de quienes solo desean el poder sin razón alguna. Sin siquiera pensar en el bienestar común sino en una satisfacción personal.

Queenstown ha sido un pueblo lastimado en muchos aspectos. Viéndose afectado perdiendo a su gente que era su mayor representación.

Veo a Demiam que respiraba pesadamente aun encima del cuerpo de la mujer completamente desnudo. Mirándome con aquellos ojos rojos que solo podía tener el honor de observar cuando se encontraba en cuatro patas. Dándome a entender que su lobo y su cuerpo había evolucionado a un punto en el que solo aun nos encontrábamos unos cuantos.

Ella debe ser quemada en su reino como ofrenda de paz para que así puedas reclamar el lugar que te pertenece desde hace unos años y que ella no te dejo tener como tuyo luego de la muerte de aquel desgraciado. Izaro no merecía piedad Megan y su reino te corresponde.

Me compartió el, bajándose del cuerpo de ella y transformándose rápidamente. Y en un movimiento con su hocico empujando hacia a mí la cabeza pálida que había arrancado de la mujer.

Dijiste que la llevarías a la mansión. Deseabas su cabeza para estar tranquila, puedo asegurarte que después de esto vamos a poder vivir tranquilos, confía en mí.

Haberlo visto actuar tan fuera de lo que el demuestra ser a diario me abrió los ojos, dándome cuenta de que Demiam si es un hombre con muchas caras. Desconociendo por completo a que se debían sus acciones tan repentinas en las que solo su animal estaba deseoso de sangre. Ese no era el Alpha rey que alguna vez conocí, ese Demiam de hace unos momentos era un hombre lobo poseído por el dolor, agotado de tantas arbitrariedades y sobre todo lastimado más allá de solo las injusticia que su gente ha tenido que atravesar.

Acercándome a él silenciosamente, junto nuestras peludas frentes respirando lentamente intentando controlar todas las emociones acumuladas que ambos compartíamos en este momento. Era un sentimiento intimido y agridulce. Abrazabamos la tranquilidad y sobre todo veíamos pasar frente a nuestros ojos los recuerdos de todo lo que hemos tenido que dejar ir.

El Trono de Queenstown: La Llave © ✔ - Editando**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora