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Los leves ronquidos de sus amigos se escuchan por todo el salón, donde habían dispuesto sacos de dormir ya antes de ir a la fiesta. Son las once de la mañana pero solamente Félix está despierto. 

Después de su charla con Jisung en el baño, la fiesta no ha tenido nada más interesante que ver a Minho y BM borrachos interactuando de manera cómica. Chan no ha llegado a esos extremos pero si que se ha pasado algo bebiendo, el mayor de los omegas tenía serios problemas para hilar conversaciones mientras caminaban de nuevo a la casa del pelirrojo. 

Hacer que los tres llegasen a casa sanos y salvos fue un gran reto. El pecoso ya está pensando en preparar una bandeja de calmantes para los tres chicos y el dolor de cabeza que seguramente tengan al despertar con resaca.

Cansado de dar vueltas oyendo el sonido de su saco al rozar contra el suelo decide levantarse. Después de ir al baño se va a la cocina dispuesto a preparar su desayuno decidiendo dejar que sus amigos se busquen la vida al despertar. 

Mientras su café se prepara revisa su teléfono y los numerosos videos que hizo la noche anterior. No puede evitar una sonrisa y alguna que otra carcajada al recordar los momentos críticos en los que Minho casi le vomita encima a Han y Matthew casi se cae en un arbusto del camino porque Chan se desequilibró un instante. Esos vídeos van a ser como oro puro en un futuro cuando se los enseñe a sus mayores.

-¿Son los vídeos de ayer?- pregunta una voz a la vez que el café anuncia que ya está listo. El pelirrojo no puede evitar un sobresalto y la casi caída de su teléfono como consecuencia.

En la puerta de su cocina se encuentra un Changbin recién despertado. En pijama, que consta de una camiseta básica negra y un pantalón de cuadros del mismo color, descalzo, ligeramente despeinado y tirando del piercing de su labio con aire somnoliento. Normalmente la imagen le habría causado gracia o ternura a Félix, pero viniendo de Changbin solo lo pone incómodo y hace que se sonroje por primera vez en el día.

-Si, es divertido volver a ver a los mayores así.- responde girándose a sacar el café, intentando que su sonrojo no sea apreciable para el chico tatuado.- ¿Quieres café?- le pregunta cuando va a sacar la taza, decidiendo que sería muy mal anfitrión si no le ofreciese.

-Vale. Pero si puede ser solo, sin leche ni azúcar.- responde el alfa sentándose en una de las sillas de mesa pequeña que usan él y sus padres para comer.

A pesar de ya notar un fuerte olor a café del que estaba preparando antes de que este llegase, ahora que Changbin está con él, Félix nota mucho más el olor de la bebida. Por alguna razón es capaz de distinguir claramente el matiz del olor a café de Changbin frente al del café físico que prepara. Arruga la nariz notando como los aromas se mezclan restando potencia al del alfa y notando como su lobo se desespera simplemente por no poder oler al chico con claridad.

-¿Eso no es muy amargo?- le pregunta sirviendo la bebida en dos tazas, una de ellas sin nada y la otra con leche y algo de azúcar. Se acerca a la mesa y deja la taza de café puro frente a su acompañante sentándose en la silla de en frente.- Tienes gustos peculiares.

-Echarle todas esas cosas pijas de leche y azúcar al café solo arruina su sabor.- responde con simpleza el alfa dándole el primer sorbo a la bebida caliente.- Y digamos que mis gustos son poco comunes. Me suelen gustar cosas inesperadas incluso para mi.

Félix aparta la mirada sonrojado de nuevo, esta vez debido a la profundidad de la mirada del alfa sobre él mientras habla. 

Changbin sonríe sintiendo que esta es una buena mañana solo por ver las pecas del omega resaltar en el rojo de sus mejillas desde el primer momento. En su memoria aún está fresco el recuerdo del sabor de los labios del omega y no puede evitar fijarse en estos cuando Félix se lleva la taza a la boca. 

~Tatoo~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora