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Ten y Johnny se consideran una pareja separada ante la sociedad. Su vínculo se ha roto y el omega está enlazado de nuevo con otra persona. El hecho de tener un hijo en común en estas situaciones suele ser algo problemático. Sobre todo si los dos quieren la custodia total del cachorro.

Tanto Ten como Félix nunca pensaron que se llegarían a ver en la situación de tener una citación de un juzgado en el que se iba a decidir su futuro juntos. Johnny había dejado claro que se desentendía de ambos el día que los echó de su casa. 

Ambos tienen muy claro que no es más que una estrategia para fastidiar al omega por rehacer su vida. Una estrategia rastrera y cruel que está pasando factura a los tres componentes de una pequeña familia. 

Su mundo se desmorona un poco en los momentos posteriores a la llamada del abogado del alfa.

Taeyong ha sentado a su pareja en el sofá. Por la cara del tailandés se deslizan lágrimas silenciosas. Su mirada se pierde en algún punto del frente, dándole un estado de lejanía, como si en realidad no estuviese ahí de verdad. Su cuerpo se encuentra en un estado entre la tensión y la rendición total. Félix sigue sentado en la mesa del comedor, en un estado parecido al de su padre. La única diferencia es que él aprieta las manos en dos puños, clavándose las uñas con rabia en las palmas.

-Podemos solucionar esto.- anuncia el alfa. Taeyong siente que es él quien debe mantener la calma, por el bien de los dos omegas que se juró proteger.- Jaehyun es un buen abogado. Le vamos a pedir ayuda. Johnny no se va a salir con la suya.

El alfa coge el teléfono entre sus manos y marca rápido un número que parece conocer de memoria. Se acerca el aparato a la oreja con ansiedad, esperando a que la persona al otro lado de la línea descuelgue la llamada. 

Ten sigue sin reaccionar más allá de mirar a su pareja con pánico. Por su parte Félix parece tener una revelación. El nombre del padre de su novio le recuerda que no está solo. Su cuerpo reacciona de manera mecánica antes de que le de tiempo de pensar en lo que está haciendo.

-Jaehyun amigo...- dice Taeyong, pero sus palabras se cortan cuando ve a Félix levantarse de la silla con violencia y caminar a grandes pasos, casi corriendo, hacia la salida.- Lix, ¿a dónde vas?- pregunta en un tono alto y lleno de ansiedad.

-¡A Stray Tatoo!- responde el adolescente.

No le da tiempo a oír lo que contesta el adulto. Dos segundos después se encuentra corriendo en dirección al único lugar seguro que se le ocurre. La gente lo observa con extrañeza cuando pasa. Y, es que, un omega adolescente con los ojos llorosos y que desprende un olor tan profundo a miedo y tristeza no pasaría desapercibido para nadie. Pero al chico pelirrojo le da igual. Fuerza su cuerpo al límite si así llega antes a los brazos de su alfa. Le da igual caer desfallecido al llegar si se encuentra seguro con Changbin pronto.

Cuando sus fuerzas parecen a punto de acabarse divisa al fin la tienda a la que se dirige. Contra todo pronóstico, baja el ritmo de su carrera hasta andar a paso lento. Por su cabeza pasan las miles de cosas que tiene que decir y que no sabe como estructurar. Lo van a recibir con miles de preguntas a las que no sabe si está preparado para contestar. 

Su respiración sigue siendo irregular por mucho que intente calmarla, y, cuanto más se acerca a su destino, peor se siente.

A través de la puerta de cristal no es capaz de divisar a nadie. Parece que todavía siguen comiendo en la parte de arriba, como es común que hagan, por la palabra closed que se lee en el cartel en el que normalmente reza open. 

Posa su mano temblorosa sobre la superficie de la puerta para empujar con delicadeza. Una vez pone un pie dentro del pequeño lugar hasta él es capaz de oler su desesperación. Toda la estancia se inunda de ese aroma desesperante que él mismo desprende. 

~Tatoo~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora