"Rumores como el polen, de flor en flor"
- ¿Has oído lo que ha pasado en el tercer piso?
Hermione se acercó a Harry corriendo. Ya habían pasado días desde que se encontraron Harry y Draco, y el primero estaba un poco decaído.
- ¿Qué ha pasado?
- Han pillado a una hombre con una túnica negra que se había infilitrado en Hogwarts. Tenía algo en la mano pero no se sabía que.
- Vamos Hermione, eso serán chismes. - Comentó Ron mientras comía un trozo de pastel para desayunar.- Hogwarts es el mejor colegio de magia y hechicería, una de las mejores cosas que tiene es la seguridad.
- ¿Quién te dice a ti que no puede entrar nadie? ¿No te acuerdas de cuando entró Sirius? Nadie se enteró.
- Hasta que rajó a la señora gorda, menudos gritos.
- Ese no es el caso Ron, alguien entró en Hogwarts, y por la descripción que dan es un mortífago.
- Hermione, no te das cuenta de que si de verdad hubiera entrado alguien no estaríamos tan felices desayunando. Es más, ¿quién te ha dicho como es? Seguro que son calumnias.
Harry se levantó de la mesa, no se encontraba lo suficientemente bien para pensar, y mucho menos para soportar las investigaciones de su amiga.
Se dirigió al baño de los chicos, pero se paró al escuchar unos sollozos venir de él.
Lentamente, asomó la cabeza por la puerta, viendo en el reflejo de un espejo a Lucius Malfoy y a su hijo, quien derramaba lágrimas.
- Que sea la última vez que el señor oscuro me hace llegar esos rumores otra vez. - Da una suave palmadita en la espalda de Draco.- Hoy hemos traído lo que te dijimos el otro día. Ya sabes, tráenos al chico y déjate de jovencitos, bastante ofensa es tener un hijo gay para que encima este saliendo con nuestro mayor enemigo.
Harry dio dos pasos hacia atrás antes de salir corriendo. Necesitaba hablar con los chicos, y también con Draco, ¿de verdad sentía algo por él o tan solo estaba fingiendo?