Epílogo

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Namjoon siempre estuvo fascinado de la composición del hombre. 

Con las mismas capacidades que una planta como respirar y moverse como un animal; pero lo único que tenía el hombre en diferencia a todo el planeta era la capacidad de razonamiento.

Cuando un animal busca una pareja es con fines de reproducción y así preservar la especie; sin embargo el hombre podía buscar una pareja por el simple hecho de sentirse un perdedor rodeado de figurillas coleccionables. Tal vez se burló de sí mismo, pero piensa que eso también vuelve al hombre maravilloso, por el sentido del humor.

Era temprano por la mañana, vísperas de Navidad, y sus manos temblaban alrededor del café que había comprado y no necesariamente para beberlo, estaba falto de azúcar y era un buen remedio para poder volver a sentir sus dedos entumidos.

¿Qué hacía temprano por la mañana en la calle en lugar de estar en su cama cobijado con su enorme edredón azul? Una razón, o más bien una persona: Kim Taehyung.

Taehyung y él se reunían antes con el resto, Namjoon buscaba siempre a Hoseok y Yoongi mientras Taehyung se hablaba con Jungkook y Jimin. Y no hay problema alguno con ello, cualquiera puede estar donde más cómodo se sienta, pero después de su cumpleaños y las palabras de sus hyungs, quiso darle una vuelta a su ritmo de vida. Llámenlo orgullo o nada qué hacer, pero cuando Jungkook lo retó a salir con Taehyung y el estaba por negarse su mente se apresuró a decirle que hiciera todo lo contrario.

¿Fue incómodo? Si pudiera compararlo diría que la sensación fue similar a haber salido de casa sin pantalones con los calzoncillos más viejos que pueda tener y subir al transporte público para darse cuenta que llevaba calcetines disparejos. Elevado a la dos, y aún así Namjoon piensa que fue más incómodo. 

Porque el Taehyung que conocía no era el mismo que vio unos días después. Era un hombre bien peinado con ropa de moda que lo llevó a tomar café y comprar su absurdo libro de romance adolescente. Namjoon solo atinó a llevarlo a casa completamente gratis y comprarle un helado doble, incluso se puso espléndido al decirle que podía agregar el cereal que  quisiera. 

Bien, tal vez exageró ligeramente, porque la incomodidad pasó junto con las horas, pronto el centro comercial avisó que estaba por cerrar y ambos se vieron obligados en salir de su animada reunión de amigos, ¿o debería llamarle, cita? A la fecha no sabe dónde catalogar esa salida. 

Y sí, Namjoon quiso más después de ese pequeño escape, pero estaba tan abrumado con el posible rechazo que se escudó diciendo que le gustaría aprender más sobre cómo ejecutar una cita romántica de manera correcta. Taehyung accedió a una segunda, tercera, cuarta, y la lista continúa. Namjoon dejó de contarlas cuando se cumplieron treinta. 

Probablemente, él ya tenía muchos recursos sobre lugares románticos, frases halagadoras, atuendos para ocasión e incluso cómo entender indirectas. Como esa vez que Taehyung se acercó lentamente a él en el cine y atinó a rodearlo por la espalda; o cuando comenzó a hacer frío de la nada y le prestó su chamarra mientras llegaban al auto. Namjoon estaba completamente listo para dar las gracias y salir por ahí en busca del amor. 

Esa mañana, Taehyung le pidió que salieran temprano, porque pronto empezarían sus exámenes y sus tardes se verían repletas de números y letras. Namjoon le propuso no salir mientras sus exámenes, pero Taehyung dijo que no y tenía sus razones para no dejar de hacerlo, pudo haber insistido un poco más, pero secretamente le gustaba ver cómo el chico se deshacía buscando una explicación y quiso dejarlo tranquilo. 

Así que ahí estaba, viendo a los autos pasar, contando solo los blancos para perder el tiempo, hasta que en un montón de gente reconoció un cuerpo y su andar particular.

A guide to a good relationship [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora