El empleado de papá

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Donde un Tony joven se enamora del empleado de su papá.

*Inspirado en la imagen*
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Tony Stark era una persona codiciosa, todo aquello que quería siempre lo conseguía.

A cualquier costó.

Y algo que en verdad había llamado totalmente su atención, era aquel chico de cabello rubio y ojos azules.

Lo único malo que se oponía a conquistar a ese hombre musculoso.

Era que es uno de los empleados de su papá.

Lo mataría si se llegará a enterar que andaba con uno de sus empleados.

Aunque desde cuándo él hacía caso de lo que dijera su papá.

Que callera lo que tuviera que caer por que él se liga a ese rubio, si ó si.

Se dirigió a paso decidido hacia la recepción donde se encontraba la secretaria ofuscado al gran hombre rubio.

Al verlo, la mujer rápidamente se fue a su lugar a contestar “según” una llamada para despistarle un poco.

Sonrió de lado, al ver que no tenía que hacer un numerito para hacer que corrieran a esa tipa.

Por ahora lo dejaría pasar, mientras tanto pondría toda su atención al apuesto hombre que estaba haciendo guardia, en aquella gran puerta que curiosamente era la oficina de su papá.

Porque si, su casi novio trabajaba como guardaespaldas de su padre.

Sonrió coquetamente y camino balanceando sus caderas sensualmente, en dirección al rubio.

A cada paso que daba, veía qué se le quedaba viendo de arriba a abajo, escaneandolo.

Ensanchó a un más su sonrisa al ver esa acción, por qué a pesar de que tenia una mirada neutral, en sus ojos veía una chispa de deseo.

Totalmente estaba callendo en sus encantos.

Al estar ya a un paso de él, se relamio los labios humedeciendolos descaradamente, acortó la distancia y recargo sus manos en aquellos anchos hombros, se impulso un poco poniéndose de puntillas, se acerco a sus labios, el rubio pensando que lo besaría lo tomo de la cintura y lo impulso un poco hacia sus labios, aunque todo lo contrario de lo que pasaría, Tony simplemente los roso y se acerco a su oido, soltó una pequeña risilla al escuchar un bufido de parte del rubio.

— Hoy a las 8:00 en mi casa, sabes dónde queda verdad— dijo coquetamente para después alejarse, el rubio se le quedo viendo entre sorprendido y preocupado por aquella invitación.

El simplemente sonrio era demasiado lindo.

—tranquilo cariño, te aseguro que mi viejo no estará en casa.— le susurró para que la secretaria no los escuchará.

—te esperó— le guiño el ojo, no espero una afirmación de parte del rubio y se adentro a la oficina de su padre.

Le costó un poco convencer a su padre de salir a una cita con su madre, poniéndole como pretexto que últimamente su mamá estaba triste de que casi no lo veía y que él para reconfortarla le tuvo que decir que Howard le tenía preparado una cena en un restaurante muy fino.

No muy convencido su padre acepto y ya para las 7:30 sus padres se dirigían para aquel restaurante a pasar una agradable velada.

Sonrió una vez que vio todo listo, había preparado algunas cosas para pasar una noche agradable para quien sería su novio.

Hasta tuvo que pedirle a Jarvis de salir temprano y que se tomará un descanso.

Espero con el corazón latiendo mil por hora, a qué el timbre sonará.

Paso la hora acordada y otra más, pero el rubio no llegaba.

Suspiro resignado al ver que serian las 10 y el rubio ni sus luces.

Se maldijo por no a ver sido lo suficientemente directo con él ó talvez a la mejor el rubio se había tomado sus palabras como bromas, se volvió a maldecir por ser tan idiota.

Apunto de levantarse e irse a su recamara, tocaron el timbre.

No se emociono demasiado, porque pensó que serían sus padres.

Se dirigió a abrir y una vez que vio quien estaba del otro lado, una inmensa felicidad se coló en su pecho.

Aunque se sorprendió al ver que el rubio, lo recibía con un beso humedo.

Gimió al sentir su boca siendo invadida por una viscosa lengua.

El rubio se abrió paso y cerró la puerta principal, sin soltar al castaño.

Se separaron por falta de aire, jadeantes y con el corazón latiendo a mil por hora.

Se miraron con un brillo inexplicable en sus ojos y sonrieron.

—por cierto me llamo Steve Rogers— dijo el rubio al recuperar el aire perdido.

— y yo Tony Stark, alias tu próximo novio— le respondió Tony coquetamente rodeando el cuello de Steve con sus brazos.

— bueno eso ya lo veremos, pero primero tengamos una cita para conocernos— dijo para acercarse a sus labios.

—jajaja eres todo un viejo anticuado pero aún así me gustas, aunque tú tendrás que invitarme por llegar tarde, entonces aceptás?—  igualmente Tony le correspondio acercándose un poco más, hasta llegar a rosarce los labios.

—Me parece justo— termino de decir el rubio para cortar la distancia y fundirse en un delicioso y candente beso.

Esa noche fue totalmente inolvidable.

Y después de ahí tuvieron muchas citas a escondidas de su padre.

Al poco tiempo ya de muchas salidas y después de conocerse mejor, se hicieron novios.

— cres que tu papá lo noté? — pregunto Steve al castaño quien estaba de lo más tranquilo en sus brazos ó al menos eso pensó, hasta que escucho el nombre de su papá en los labios de su rubio.

—talvez quien sabe, pero no te preocupes el día en que se llegue a enterar, simplemente lo enfrentaremos juntos— dijo Tony tomando la mano del rubio entrelazandola.

Steve sonrió al ver a su castaño tan decidido, estaba más que preparado para ir a decirle al padre de Tony que estaba saliendo con su único hijo, no le importaba que lo despidiera ó que tratará de alejar al amor de su vida, el lucharia por él y enfrentarían lo que tuviera que venir juntos.

—Te amo— le dió un beso tierno en los labios, el castaño correspondió perezosamente, ya que era algo temprano y Tony no era de las personas que acostumbraba levantarse precisamente a esa hora.

—Yo también te amo— respondió rompiendo el beso — aunque si no me dejas dormi, me harás cambiar de parecer— dijo el castaño refunfuñando, para después acurrucarse en el pecho de su novio y dormir.

Ya que estaba cansado y le dolia la cadera, después de la actividad que habían tenido desde la noche, hasta hace pocas horas.

El rubio suspiro al ver la acción tan infantil de su rollito pero no le molesto y también se acomodó para dormir.

Ya que no había necesidad de ir a correr, ya que hoy tenía el día libre.

Beso la frente de su lindo castaño y cerro los ojos para acompañar a su pareja a los brazos de Morfeo.

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