Había sido mala idea, salir tarde de aquella fiesta.
Estaba oscuro y solitario, no había rastro de algún taxi cerca, al cual llamar para que lo llevará a su casa, ahora tenía que caminar hacia su casa con el frío calandole los huesos.
Muy mala idea.
Debió de seguir a sus amigos, cuando le dijeron que lo llevarían a casa y él tercamente queria seguir en el relajó.
Ahora pagaba las consecuencias, varios chicos sobre salientes de la misma fiesta, lo perseguían, como si fuera un pedazo de carne, siendo asechado por sus presas.
Aceleró el paso, al escuchar las risillas de aquellos chicos y algunos cuantos piropos hacia su persona, por las voces un poco trabadas se veía, que estaban algo ebrios.
Se agradecía mentalmente al estar lúcido y no haber bebido mucho, solo unas cuantas copas pero sin pasarse.
Se alegró un poco porque la mayoría de los chicos que lo seguían habían salido de su radar de visión y ahora de 7 chicos que habían solamente quedaban 3, fácilmente podía despistarlos, es por eso que tomo un atajo para perderlos de vista, por desgracia y al dar la vuelta se encontró con los chicos faltantes enfrente de él.
Se asustó y empezo a temblar del miedo, los chicos se empezaron acercar, dió pasos hacia atrás para correr pero no quería voltiar para ver a los otros 3, atras de él.
Cuando pensó que todo estaba perdido de la nada llegó un chico rubio, musculoso y de ojos azules, a su lado con una gran sonrisa, lo tomo del hombro y lo acerco a él.
—Gracias por esperarme mi amor— dijo melosamente el rubio desconocido, tomandolo de la barbilla, lo beso en la mejilla amorosamente.
“Sígueme el juego”, le susurró discretamente en el oído.
Asintió, dandole su aprobación para que siguieran aquel acto.
Platicaron por un rato, hablando de cosas sobre ellos.
Los tipos aún no se iban de ahí, no muy convencidos por sus acciones, así que hizo uso de su última carta.
Se volteó para quedar enfrente al rubio para después estamparle un beso en los labios dejándose llevar, sintió las grandes manos del chico envolverlo de la cadera y acercarlo más para hacer más íntimo el contacto.
Se perdieron en el momento, que no notaron cuando los agresores se fueron molestos del lugar.
—te salve— dijo el rubio jadeando, una vez que se separaron y al ver que aquel grupo se había ido.
—muchas gracias por salvarme— le sonreío agradecido.
—¿Quieres que te lleve a tu casa?—pregunto nervioso, al verse solos.
—Solo si aceptas, una cita conmigo y me dices tú nombre— le respondio coqueto.
—esta bien, me llamo Steve Roger y el tuyo?— se presentó para después preguntarle su nombre.
—Antony Eduard Stark pero me gusta que me digan Tony— le contestó Tony con simpleza, no importandole la reacción del rubio hacia su apellido.
Steve se sorprendió por el apellido Stark pero salió de su estupor al ver que el castaño, empezaba a caminar, lo alcanzó poniéndose a su lado.
Tony al ver al rubio a su lado y al sentir rosar sus manos, la tomo entrelazandolas, haciendo el contacto cálido y armonioso.
Después de que el rubio lo llevará sano y salvó a su casa, le dió su número para mantenerse al contacto y así ponerse de acuerdo, en dónde verse para tener su cita.
Tuvieron una cita agradable y perfecta.
En dónde descubrió que Steve estaba en su misma academia, solamente en un grado mayor a la de él y era el capitán del equipo de fútbol americano.
Gracias a eso, se veian más seguido.
Sus amigos se burlaron de él al verlo super flechazo por aquel grandulon.
Pero a Tony no le importaba, ya que ahora era novio de aquel atractivo chico y ya iban para dos años.
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Algo cortó, espero y les guste.
Perdón por cualquier falta ó error, ando un poco enferma 🤒😷 y no puedo escribir bien pero como ya lo tenía escrito decidí terminarlo...
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Historias Stony
FanfictionDiferentes y divertidas historias de nuestra pareja favorita.