Primer beso

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Ir a la casa de su suegra no está en sus planes, no se sentía mentalmente preparado para este momento.

Pero su muy lindo y tierno novio Steve.

Había insistido desde hace meses, pues sería un gran paso a su relación.

Tenían ya 1 años de ser novios y a Steve le parecía el momento indicado para conocer a su madre.

Se acomodó la corbata un poco nervioso, mientras checaba que todo estuviera en orden y se viera totalmente presentable.

Quería quedar bien con su queridísima suegra y no podía darle una mala impresión, no a ella.

Puede que muchas personas digan pestes de él y eso a él se le resbalaba, pero con su suegra, no podía permitir que ella pensara eso de él.

Aunque le costaba mucho decir lo que sentía, amaba mucho a su novio y quería pasar el resto de sus días con él, es por eso que esperaba que todo saliera perfecto y ella aceptara de buena forma su relación.

Llegó a la linda y pequeña casa en donde vivía Steve con su madre y tocó la puerta.

Nervioso, le empezaron a sudar las manos, al ver una figura acercarse a la puerta, metió rápidamente una de sus manos en el bolsillo de su pantalón para que no se notará su nerviosismo y con la otra mano agarro fuertemente el ramo de flores, que había traído para la madre de Steve, sonrió al ver a la madre de su novio recibiendolo.

Le extendió las flores, mientras cortésmente se presentaba, ella sonreo enternecida, lo abrazo fuertemente y le dió un beso en la mejilla.

—steve, no me habías dicho que tu novio es de lo más lindo y tierno— decía Sara mientras lo seguía afixiando entre sus brazos

“vaya forma de recibirlo”

—¡Mama!— exclamó Steve, llegando a su encuentro —déjalo respirar, lo estás afixiando—

La mujer inmediatamente lo soltó al ver la mirada de Tony ponerse azul.

— perdón hijo, estaba muy emocionada de por fin conocer a la persona, que atrapó a mi pequeño — se disculpó la rubia.

—lo siento Tony, mi mamá es alguien fuerte y se emociona demasiado, ¿Estás bien? — decía Steve acercándose a él preocupado.

—si, no se preocupe?— decía Tony ya repuesto, besando a su novio en un tenue beso para tranquilizarlo.

—Sara Rogers, cariño— se presentó la rubia, con una gran sonrisa al ver aquella muestra de afecto.

Vaya que Steve había heredado los genes y la maravillosa sonrisa de su madre, los dos eran personas hermosas.

—tony debes tener habré verdad?, Iré a servir la comida, Steve Cariño ven ayudarme a poner la mesa— hablo la rubia una vez que entraron por completo a la morada.

—yo les ayudo— se ofreció.

—De ninguna manera, eres nuestro invitado, toma asiento y ponte cómodo en lo que Steve y yo preparamos todo para la cena, por ahora puedes esperar en la sala— decía la rubia, quién al haber recibido la flores, las acomodaba en un florero.

Recibiendo las órdenes de la mamá de Steve, espero paciente en la sala.

Se aburrió a los pocos minutos y se puso a ver algo que llamo su atención, desde que había ingresado.

La mamá de Steve tenía muchas fotos colgadas por todos lados.

En ellas se podía apreciar varías fotos de su rubio amor de bebé, niño e adolescente, igualmente había de Sara con él, no tenían muchas de su padre, más que una en dónde salían los tres como una familia.

Pero con lo que le platico el rubio de que su padre era una persona con vicios y violenta, que hace mucho se había hartado de ellos y se había marchado sin mirar atrás, abandonandolos y que el único pilar que mantuvo la casa fue esa extraordinaria mujer, que era su madre.

Le quedó muy claro que Steve no le gustaba hablar mucho de él, pero no lo odiaba tanto por qué al fín de cuentas era su padre.

Se entretuvo observando cada foto, hasta que una de ellas llamo su atención y le hizo hervir de celos.

En esa foto se veía, Steve a los 3 años dandole un beso a un niño, se molestó por aquella imagen y quiso quitarla de la pared pero como había dicho desde él principio, no quería quedar mal, ya después su rubio le daría explicaciones.

Fue llamado para ir a cenar, suspirando tratando de bajar su mal humor y con una sonrisa se dirigió a la mesa.

Ese día había pasado una tarde agradable en casa de su suegra, quien le había cogido un gran cariño y le dijo a su hijo que lo invitará más seguido para platicar, si que se había ganado a una buena amiga, aliada y otra mamá.

El domingo había llegado y con él, la limpieza a su habitación, por órdenes de su queridísima madre, como castigo de explotar el laboratorio de su padre.

No tenía la culpa de que aquel dispositivo mal hecho de su padre, haiga explotado de repente, justamente cuando había ingresado para ir a ojear algunos planos de su padre.

Recignado se puso a recoger su cochitril lleno de herramientas, papeles, planos, libros etc...

Conforme iba recogiendo todo ese desastre, encontro su álbum de fotos, toda en polvada, lo sacudió y en ella cayó, una fotografía, la tomo para mirarla.

Se sorprendió para luego carcajearse al ver que era una foto de él, besando a otro y ese “otro”, no era nada más ni nada menos que su actual pareja.

Era la misma foto pero en diferente angulo.

Se carcajeo al estar celoso de sí mismo.

Quién diría que diaria su primer beso a los tres años con su novio y amor de toda la vida.

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