Desconocido

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Espero y les guste, disculpa por cualquier falta de ortografía.

Dónde Tony es un empresario y Steve su vecino de departamento.

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Después de un día ajetreado en su oficina, al fin había llegado a su cómoda y para nada modesto departamento.

El haber tenido varias juntas en un solo dia, sumándole el papeleo para firmar y ser obligado por su eficiente asistente a terminarlo para ser por fin libre, lo había dejado totalmente agotado.

Para sacar un poco el estrés acumulado había ido a beber a un buen bar, en dónde coqueteo con un par de lindas mujeres, se las hubiera llevado a la cama, si no era que está muy cansado y no tenia ganas de hacer otro tipo de actividad.

Un poco pasado de copas, totalmente mareado, logró llegar al ascensor, que lo llevaría a su piso.

Al ingresar al elevador, choco con un fuerte pecho, subió su mirada y vio a un apuesto rubio, por su ebriedad no logro ubicar bien su rostro, lo paso por alto y fijo su atención en marcar el número a su piso, con torpeza trato de oprimir el número, pero una gran mano, oprimido el botón por él.

El elevador avanzó y con ello un gran silencio, ni siquiera se tomó la molestia de agradecer ó entablar una conversación con el desconocido, simplemente se distrajo mirando los pisos que pasaba el elevador, aunque decir que se sentía observado era mucho pero no dijo nada, tal vez el hombre se sentía molesto por qué no le agradeció.

Al llegar a su piso y a paso torpe se dirigió a su departamento, no se molestó en cerrar la puerta.

Simplemente empezó a sacarse el saco y la molesta corbata que lo afixiaba, tenía algo de calor, a pesar del frío que hacía afuera.

El traje le parecía sofocante.

Llegó a su habitación y rápidamente se despojo de la ropa, quedando solamente en ropa interior.

Necesitaba tomarse un buen baño y eso haría.

Se ducho, una vez salido de bañar, ya relajado y un poco lucido de su alrededor, miró la hora, se sorprendió al ver que el reloj marcaba las 3:00 de la mañana, sabía que no era extraño para el ver esa hora por qué era de las personas que se desvelaba trabajando, pero ver que las horas se fueran así de rápido le sorprendia.

No hace que ingreso a aquel bar eran exactamente las 12:00, si que se había tomado su tiempo en aquel bar.

Estornudo de repente y se dió cuenta que no traía puesta su toalla, estába totalmente desnudo y de pronto sintió frío, por el aire acondicionado, que había encendido por el calor que traía.

—salud— escucho, una cortez respuesta a su estornudo.

Dio un tenue gracias, mientras acomodaba su cama.

Pero dejo de hacerlo, al acordarse que él vivía solo ó mejor dicho estaba solo.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y por inercia se volteó lentamente al ver una gran figura, sobre salir de las sombras, se llevó el susto de su vida.

Sin ni siquiera predecir lo que le pasaría, cayó desmayado y peor aún totalmente desnudo.

La mañana siguiente...

Se removió totalmente incómodo en su cama, trato de abrir los ojos pero una luz se lo impidió, los volvió a cerrar, gruñendo molesto por los rayos de sol, que se colaban en su habitación.

Se dió la vuelta dandole la espalda a la venta, que era la culpable, que entrarán los rayos de sol.

Se tallo los ojos para despavilarse, había tenido una horrible pesadilla...

Se estiró un poco para levantarse totalmente, pero al hacerlo sintió un leve dolor en su espalda, creyendo que había dormido en una mala posición, lo ignoro, se levantó pero al hacerlo el dolor se hizo más intenso en su cadera, sintió un leve líquido bajar por sus glúteos y eso lo alarmó.

Corrió ó al menos eso intento, agarrándose la cadera, al baño, abrió la regadara y se metió, no importandole si estuviera fría el agua, tanteo su entrada y un ligero dolor lo embargo al hundir un dedo en su ano.

Le dolía con un demonio, que le dolía.

Trato de pensar rápidamente y recordar lo que había pasado la noche anterior.

Varias imágenes llegaron a su cabeza de la noche anterior.

El estresante trabajo, ir al bar a tomar, dos lindas chicas, encontrarse con un hombre rubio fortachon en el elevador, que sabía, que conocía bien pero no lo ubicaba, agregando que lo había ayudado, después de eso ingreso a su departamento, se ducho salió desnudo, después estornudo y le dijeron salud, se acordó que vivía solo y se dió cuenta que tenía a un desconocido en su departamento para después desmayarse y despertar con un maldito dolor de cadera, producto de que su agresor seguramente se aprovecho de él.

“mierda” “doble mierda”

Recargo la cabeza en la pared tratando de calamarse y no querer alterarse.

Ya tranquilo se limpio y termino de bañarse, se vistió, tomo pastillas para el dolor, desayuno, tomo su celular y mando un mensaje a su asistente de que no iría al trabajo por hoy.

Se dejó caer en él sofá, al ver que se había enviado al mensaje, aunque gimió de dolor al sentir una pulsada en su retaguardia.

Malditas pastillas que no hacían su trabajo de hacer efecto ó mejor dicho, maldito desconocido que de aseguro la tenía grande y lo partió en dos.

Suspiro y pensó que haría para encontrar al maldito mal nacido.

Cuando lo tuviera de frente lo golpearia tan fuerte, que lo haría arrepentirse de sus actos.

Se levantó al acordarse de su vecino de alado de aseguró había escuchado algo en la noche y podía darle una pista, aunque no lo conocía muy bien.

Solamente que era rubio y musculoso.

“Maldición es el mismo del elevador” se acordó de repente, se levantó algo alterado.

Rápidamente corrió de su departamento al de alado.

Tocó varias veces el timbre desesperado, al no recibir respuesta, tocó con incistencia, hasta que abrieron.

Un rubio con cuerpo de Adonis se dejó mostrar detrás de esa puerta, se quedó con la boca abierta al ver a semejante hombre, completamente desnudo con una toalla en el hombro y con una manzana mordida en su mano.

El rubio le sonreo coqueto y sin pudor de que lo viera desnudo, no pudo evitar inspecciónarlo de arriba y abajo embobado, al llegar a la zona de abajo, mejor dicho al mirar su parte baja, gimió sorprendido y su entrada pulso, retrocedió dos paso, al recordar que la persona que había invadido su casa media lo mismo que el y era igualmente musculoso, ni que decir que cumplía los caracteres de esa gran parte que lo había partido en dos.

Quiso escapar a su departamento pero el rubio fue más rápido que él, soltando la manzana a medio comer, lo tomo de la cintura y lo ingreso a su hogar.

El castaño puso resistencia al ver que pretendía meterlo a su departamento, pero el chico era más fuerte que él.

Deben de estar bromeando no podía ser, el desconocido que entro a su departamento ó si.

Continuará....

Continuará

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