Cumpleaños

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Skinny Steve.
Young Tony.

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Estaba desepcionado, muy desepcionado....

Sus padres, aquellas personas que le habían dado la vida, se habían olvidado de la fecha más importante.

Su cumpleaños.

Entendía que sus padres, casi no tuvieran tiempo para él, por su trabajo.

Sabia ó quería entender, que ellos solamente se esforzaban por él, para salir adelante y que no les faltará nada.

Cómo siempre tenían un pretexto que darle cada vez, que reclamaba su falta de atención.

—No tenemos tiempo para preocuparnos de un hijo, que sabemos que va bien en el colegio y que no le falta nada en casa, así que ya no incistas con lo mismo de siempre Anthony— decía su padre con fastidio por el celular.

—¿Al menos saben que dia es hoy?— pregunto Tony, con voz entrecortada.

Hubo silencio por algunos minutos, hasta que respondieron..

—hoy es día de boletas?, por qué si es así no podemos ir, tenemos una comida importante con nuestros inversionistas y no tenemos tiempo para perder, en ir a recoger tus calificaciones que sabemos que vas muy bien, así que pídele a tu tutor una disculpa de nuestra parte— respondió cortante.

—Si, yo le digo— corto la llamada, antes de que sus padres, notarán que estaba llorando.

Trato de limpiarse las lágrimas, una y otra vez con su nudillos, haciendo lo imposible, ya que estás corrían sin César.

Era increíble que sus padres, no se acordarán de su cumpleaños otra vez..

Al menos tenía la ilusión, que por una única vez en su vida, sus padres recordarán el día en que lo trajeron al mundo.

Siempre estuvo sólo, pasando cada uno de sus cumpleaños, en la soledad de su mansión y esta vez no sería la excepción.

Era triste la verdad, recordaba que cuando era niño e iba alas fiestas de cumpleaños de sus amigos, ver a los padres de cada cumpleañero, ser abrazado por los cálidos brazos de sus progenitores, recibiendo el cariño y el amor de ambos.

Era un sentimiento para el casi inexistente para él.

Así que por eso dejo de ir a eventos como esos, no era necesario y más, al no experimentarlo él.

Rio sin ganas.

Al menos tenía como consuelo a su mayordomo, que estaba en cada momento de su vida y le demostraba el cariño, que sus padres no le podían dar.

Cada cumpleaños le hacía un gran pastel de chocolate y le preparaba la comida que más le gustaba, solamente por ser días especiales, ya que a Jarvis le gustaba que comiera sano y las hamburguesas no eran necesariamente un platillo saludable, el lo definía más bien como comida chatarra, pero aún así se los preparaba con mucho cariño, por qué sabía que a él le gustaba.

Aunque ahora que lo notaba, no lo había visto desde que se levantó y no lo había levantado para desearle feliz cumpleaños, como cada año lo hacía.

”Se le habrá olvidado” Ignoro ese pensamiento, ya que Jarvis no era el tipo de persona, que se le olvidarán ese tipo de cosas, no tratándose de él.

Se dirigió al comedor con la esperanza de encontarlo ahí, pero no estaba y solamente está el desayuno con una nota en él.

Señorito Anthony, primero que nada quiero deciarle feliz cumpleaños, me alegro que mi señorito vaya poco a poco convirtiéndose en todo un hombre, aunque de cierto modo eso me hace sentir viejo, estar con usteded cada cumpleaños me alegra tanto, que no me gustaría que llegue el día en que usted cresca y que ya no me necesite más, aunque si eso llegara a pasar, espero y recuerde que yo siempre estaré ahí para apoyarlo, recuerde que lo amo como aún hijo y espero que este día se divierta, no le diré a donde fui porque le tenemos una sorpresa.

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