Seis meses después...
-Hola Lía ¿preparada para el comienzo del semestre? - ¡genial! La misma pregunta por quinta vez. Desde hace un tiempo que aquí no se puede tocar ningún tema que no sea acerca de la universidad
- Si, gracias por preguntar- respondo de mala gana a Amanda, niña cuyo propósito en la vida es ser irritante. A lo lejos divisé a Mark, el único amigo que había logrado hacer desde hace tres meses que empecé a estudiar aquí.
-¡¡¡EYYY MARK!!!- gritar me hacía sonar como puerquito con gripa.
- ¡Hola Lía! ¿Como estas?
-Bien, sabes que paso algo super raro, cuando entraba en la mañana, los profesores estaban secreteando y lucían nerviosos, ¿ha pasado algo?
- Oí que los gemelos Sullivan regresa, y para un pueblo pequeño eso es un chisme de mucho jugo- la respuesta de Mark me dejo un poco inquieta, de ellos nunca se hablaba, solo se rumoraba que ellos y sus otros dos amigos estuvieron presente en aquel día, pero lo que no se es que paso exactamente ese día.
- ¿iras mañana a la fogata? - la pregunta de Mark me saco de mis pensamientos
- ¿Qué fogata? -pregunté intrigada, no recuerdo ninguna invitación
-Por momentos se me olvida de que llevas poco estudiando aquí, anualmente los estudiantes de ultimo año organizan una fiesta en la playa, e invitan a toda la facultad- no sonaba del todo mal ir, después de todo mis planes para un viernes por la noche se reducían a nada – deberías de ir se la pasa muy bien
-Vale, tratare de ir, nos vemos luego- me despedí de Mark y me dirigí a química avanzada, la odiaba con mi vida, lo mio era la literatura y la naturaleza, sin embargo, estudiar ciencias naturales requería de cierto nivel en química.
Caminar en los pasillos de la universidad se sentía extraño, aunque hubiera personas trascurriendo hacia todos los lados, la soledad que se sentía era abrumadora, aunque hace poco menos de cuatro meses me había transferido aquí, se rumora que todo cambio después de ese día, mas nadie habla de ello, solo se refieren a ese suceso como una mancha en el tiempo.
Viernes en la noche había llegado, todo el día por mi mente se cruzo la idea de faltar a la dichosa fogata, después de todo un maratón de Netflix siempre es tentativo, pero la curiosidad me llamaba, y conocer los secretos de este pueblo era algo que llamaba mucho mi atención, así que saqué un viejo buzo de mi armario, unos jeans y mis fieles converses, como pude hice una cola alta en mi cabello y salí de la casa.
La playa se miraba oscura, excepto por una fogata que se percibía a lo lejos y con mucha gente alrededor, ¡genial! Pareceremos indigentes en busca de calor, con cautela me fui acercando tratando de buscar a Mark con la mirada
- ¡Lía acércate! - grito Amanda, al acercarme pude ver que alrededor de la fogata en medio de la gente había muchas latas vacías, así que cada vez esto se veía menos emocionante.
-Hola, ¿has visto a Mark? - pregunte algo cohibida a Amanda, quien me veía raro, sí, creo que después de todo mi ropa no era la mejor para venir a la playa, concluí luego de mirar a mi alrededor, y ver a todos vestidos en playera y short o trajes de baño, parecía pez fuera del agua.
-Creo haberlo visto a orillas de La playa, pero ten cuidado, a esta hora la playa tiende a estar sola- su respuesta me causo gracia, con mi pinta de vagabunda de seguro que más bien podría hacer un nuevo amigo, en vez de correr peligro.
Me encamine a buscar a Mark, pero luego de 10 minutos caminando me di cuenta que no se encontraba por ningún lado, y la oscuridad, soledad y el sonido de un fuerte oleaje no era algo que me emocionara, así que me dispuse a regresar.
A medida que caminaba sentí que alguien me observa, acelere mis pasos, pero la sensación de estar siendo asechada no disminuía, voltee a ver, pero no había nadie, iba seguir mi rumbo, pero...
-No deberías caminar sola por estos lados de la playa- dijo el sujeto, quise gritar, pero mi voz quedo atrapada en mi garganta
-y-o... n-o- simplemente no podía dejar de tartamudear, iba a morir y de paso haciendo el papel de estúpida
- ¿te encuentras bien? - el extraño agacho la cabeza, se me hacía familia, pero no recuerdo haberlo visto, vestía completamente de negro.
- si... yo me tengo que ir-respondí aun aturdida por el miedo
-deberías ser más cuidadosa, Lía- y listo aquí morí, también se sabe mi nombre, esto siempre es malo, solo tenía una opción, huir, cuando estaba apunto de correr, me tomo por un brazo – Soy Thomas, Thomas Sullivan- y so me basto para saber que era mi momento de correr.
ESTÁS LEYENDO
Muerte a los 5
Mystery / ThrillerCinco personas, una muerte, dos heridos, un asesino, y yo no soy nadie, pero a la vez tan relevante, que, aunque no soy parte, sin mi la historia no sería contada, puedes decirme la número 5, porque de cinco amigos, yo soy la culpable, o eso suelen...