CAPITULO3

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Luego de aquel extraño incidente en la playa, decidí irme a mi casa, sin tan siquiera despedirme, y desde entonces no he podido sacar esos ojos calculadores y fríos de mi cabeza, han pasado tres días en lo cuales solo he pensado en una cosa: mi no...

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Luego de aquel extraño incidente en la playa, decidí irme a mi casa, sin tan siquiera despedirme, y desde entonces no he podido sacar esos ojos calculadores y fríos de mi cabeza, han pasado tres días en lo cuales solo he pensado en una cosa: mi nombre.

Él sabía mi nombre y yo ni siquiera sabía quién era, sin embargo, luego de que me dijera su nombre la piel se me erizo, en los meses que llevo en este pueblo los Sullivan eran un enigma, rodeados de misterios, y se rumora que sangre corre por esa familia, hoy era día de ir a estudiar y tan solo la idea de encontrarme otra vez con él en algún pasillo, me ponía nerviosa.

Saliendo de mis pensamientos, me comencé a alistar para poder llegar a tiempo a la primera hora de clases.

Ir en autobús siempre me ha parecido interesante, la gente sube y baja, absorta en su propio mundo, algunos ríen mientras otros están cerca de llorar, mientras unos cantas, los otros murmuran, conocemos personas que no se nos volverán a presentar, o en mi caso, conocemos crush que no voy volver a ver jamás, si me pagaran por cada vez que me han flechado en el autobús, sin dudarlo ya no tendría la necesidad de tomar el transporte público.

Apenas puse un pie en el campo, el ambiente se volvió tenso, todas las personas miraban hacia un lado de los corredores, y es que claro, dos personas venían caminando como si de los dueños del mundo se trataran, una mujer alta de tes blanca y cabello corto venia caminando junto a un hombre, que pude distinguir como el dueño de mis pensamientos en los últimos tres días, Thomas Sullivan.

Cuando paso a mi lado nuestras miradas conectaron y mi cuerpo se tenso de manera inmediata, decir que el me asustaba hasta los huesos no era exagerado, aunque no se podía ocultar el hecho de que el era lindo de cierta manera, sus ojos azules como el mar eran hipnotizantes pero a la vez atemorizantes, arrojando a un lado mis pensamientos, mire a quien supuse era su hermana, tenía mucho parecido, pero algo que llamo mucho mi atención fue el hecho de que ella tenia una cicatriz que empezaba en su garganta y continuaba más allá del escote de su camisa, parecía reciente, puesto que el color rosa todavía se podía percibir en las marcas.

Trate de sacar a los hermanos de mi cabeza, y camine hasta la clase extra de literatura, al llegar, vi que en la parte de atrás había un puesto vacío por lo que decide sentarme allí, así trataría de pasar desapercibido.

-Buenos días chicos, hoy hablaremos de un relato bastante interesante, donde el honor tiene sus contrastes, y tocaremos algunos temas de como el amor influye en el honor de un hombre- dijo el profesor Soler, entre todas mis asignaturas, literatura es una de mis favoritas, aunque al principio me parecía un poco tediosa, el profesor Soler ha logrado engancharme a ella.

La clase estaba por comenzar, cuando la puerta se abrió y entro Thomas, genial ya lo veo hasta en la sopa, la vida en serio debía odiarme tanto como yo la odio a ella, evitarlo como que no era mi mejor habilidad.

-Buenos días señor Sullivan, bienvenido de nuevo a la clase, por favor tome asiento, acá adelante hay un asiento vacío- aunque sea Soler me salvo de que se me sentara cerca

-La epopeya de la Ilíada de Homero narra mediante cantos todas las travesías que tuvo que afrontar este valeroso héroe para poder regresar a su hogar, a este hombre pocos le han puesto en duda su honor, sin embargo, muchos señalan el hecho de que su amada y su hijo sufrieron mucho debido a sus grandes hazañas ¿Pero que creen ustedes? ¿Es el amor un sentimiento tan importante, como para ponerlo por encima de nuestro honor? - La pregunta, dejo un gran silencio en todo el salón, quizás la respuesta no era tan complicada, pero saberla expresar era el problema, o ese es mi caso.

-Bien, debido a que hoy estamos tímidos, elegiré al azar, cuénteme señorita Evans su opinión- la mirada de Soler directamente hacia mí, me hizo saber que no tenia escapatoria, en definitiva, la mala suerte hoy era mi fiel acompañante.

- Bueno... Yo creo que para Homero no debió ser fácil dejar de ser el héroe, pero en el canto 21 se observa que hasta el momento él había estado ocupado en sus obras heroicas, pero cuando supo que su esposa iba a desposar a otro, ahí si salió a velar por su familia, es por es que para mí, un hombre no puede ser honorable si el amor de otros se ve sufrido por su culpa, ¿Por qué de que vale ser integro, pero quienes te aman sufren mientras tu construyes tu honor?- luego de que las palabras terminaron de salir, me di cuenta que mi diarrea verbal había ocasionado que todos me miraran fijamente, trate de mirar hacia la ventana tratando de disimular mi incomodidad

-Es un punto de vista interesante, podría decirme señor Sullivan que opina de lo que dijo su compañera- eso capto mucho mi atención, escucharlo hablar quizás disiparía mi miedo hacia él.

- Me parece una tontería pensar que el amor es lo que más importa en el mundo, a fin de cuentas quienes amas, siempre te terminaran fallando, entonces te darás cuenta que te fallaste tanto a ti mismo y al final de cuentas nadie lo valoro, así que Homero hizo bien, primero se hizo él como persona, y luego siguió luchando junto a su familia- no podía dejar de mirarlo, sus palabras eran como un trago amargo, bien sabia lo que era yo el fallarse a sí misma, y su cara estaba fruncida, por lo que deduzco que él no le es indiferente al sentimiento.

-Bueno gracias chicos por su participación, y los felicito ambos tienen un punto bastante claro, nos vemos la siguiente clase, no se les olvide el ensayo que quedo pendiente- esperaríamos quince minutos a que la clase finalizara, mientras tanto me quede observando a Thomas, dibujaba algo en un viejo cuaderno, pero por mas que intente mirar, no se divisaba nada, así que hice garabatos en mis hojas de apunte hasta que clase finalizo.

Este mes era de invierno, como en el pueblo no nevaba, tendía a llover mucho, y hoy era uno de esos días, por lo que me precipite a correr hasta el estacionamiento para encontrarme con Mark, desde hace unas semanas suele llevarme a casa. Al llegar hasta la el auto de Mark noté que el aun no llegaba, decidí esperarlo bajo mi sombrilla, estaba mirando hacia los lados a ver si lograba verlo, pero la alarma de el auto que estaba al lado sonó.

-Pequeña Lía, te ves tan dulce, pero ten cuidado, hasta la flor mas linda, cuando llega la oscuridad, se marchita- dicho esto Thomas se subió a su auto y se marchó, dejándome pasmada e intrigada, el era muy misterioso, y yo muy curiosa, así que descubrir sus secretos seria mi prioridad.

Muerte a los 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora