CAPITULO8

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Me encontraba frente a la puerta de la casa de Ana, siento que mi estómago se enreda en un nudo, y mis pies pesan para caminar, desde la muerte de mi hermano, socializar se había convertido en un infierno

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Me encontraba frente a la puerta de la casa de Ana, siento que mi estómago se enreda en un nudo, y mis pies pesan para caminar, desde la muerte de mi hermano, socializar se había convertido en un infierno.

Me dispuse a entrar y buscar a Amelia, era la única persona en este extraño pueblo que no me parecía del todo rara, y no rara de loca, más tipo rara de que tienen Aires asesinos, no lo se, deberían darme un Oscar a mejor drama.

Volviendo a la realidad empecé a caminar entre tanta gente, algunos bebían, otros bailaban en medio de una pequeña sala y los más hormonales se encontraban en los muebles haciendo Dios sabe que cosa, solo se veían manos por todas partes. Mientras me hacia espacio pude divisar a Amelia en la cocina sirviendo un trago, comence a caminar hacia ella.

-Holaaaaa Lia, tardaste muchoooo en llegar hace rato empezó la fiesta, lamento no haberte esperado, pero el trago estaba por todos lados- dijo una muy muy pero muy alegre Amelia.

Lo que me faltaba, una amiga ebria, en una casa desconocida, con gente mucho más ebria - Ey, deberías tomar aire fresco, estás un poco pasada de alcohol- dije tratando de disimular el hecho de que todo su cuerpo gritaba borrachera

Trate de llevarla arrastra hasta una de las habitaciones de la casa, mientras ella reía y cantaba una canción de Hanna Montana, si señores, tal parece que la chica es fans de disney. Tres habitaciones tenía la casa y dos de ella ya estaban ocupadas, me dirigí a la tercera, que esta al final del pasillo, toque duro la puerta y al ver que estaba vacia, entre con la loca de Amelia sostenida de mi brazo

-Oye acuéstate un rato, quizás eso te ayude a calmarte un poco-

-Ño, yo quiero ir a bailaaar con un chico calienteeeee, ashi como Marcos, nooo quiero dorrmir- dice, en un estado eufórico apunto de pasar a llanto

-Calma Amelía, duerme y descansa, mañana sera otro día- acariciaba su cabello, intentando dormirla.

Luego de unos minutos obtuve a una muy dormida Amelia que babeaba. Me levante con mucho cuidado y me asegure de dejar la puerta con seguro al salir, necesitaba un poco de aire fresco, así que camine por el pasillo entre tanta personas, hasta que encontré un ventanal que llevaba a un pequeño balcón

Respire hondo mientras apretaba muy fuerte el varandal, sentía que un ataque de pánico aproximaba, estaba en territorio desconocido, con personas desconocidas y ebrias, y un nudo en mi cerebro, cada paso que intentaba dar para avanzar , era uno que me empujaban hacia atrás, pensé que al mudarme a un pueblo pequeño y tranquilo podría superar todo el desastre de vida que arrastraba, un pasado que cada día se hacia presente y me jalaba a mi desgracia.

Me encontraba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien de encontraba a mi lado.

- Hola hermosa Lia- dijo un relajado Thomas mientras tiraba la colilla de su cigarrillo -pensaba saludarte hace unos minutos pero estabas tan concentrada que no quise interrumpir-  concluyó al llevarse el cigarro a la boca

Muerte a los 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora