Fanart: tricia-morvill.
Si le hubieran dicho a Donald que tarde o temprano volvería arrastrándose al señorío de su tío, probablemente se hubiera mofado de esa persona, si es que su ira no aparecía involuntariamente haciéndole atacar a quién lo dijo.
No obstante, ahí estaba, viviendo en la piscina, en el patio, de su tío.
Si eso no era un golpe directo a su orgullo, realmente no sabía qué era.
Y aunque no se había arrastrado exactamente, había optado por ir al lugar que por una década había evitado, al lugar que le molestaba ver aunque sea un segundo, al lugar que ya no sabía si considerar hogar.
Pero ahí estaba, apreciando el interior de la mansión que a pesar de los años seguía recordando, aprovechando la ausencia de su tío tras aventurar con sus sobrinos para recorrerla.
Honestamente el pato no estaba completamente de acuerdo en el hecho de que cuatro niños arriesguen sus vidas. Claro, su experiencia en Atlántida le había hecho ver que podía confiar lo suficiente en ellos para saber que regresaran sanos y salvos, pero su naturaleza sobreprotectora era más fuerte.
No podía soportar la idea de sus sobrinos poniendo poniendo sus vidas en riesgo por algo tan mínimo como un tesoro. Donald ya había dejado de considerar ese pensamiento como algo fascinante.
Podía escuchar a la señora Beakley a la distancia cumpliendo sus labores como ama de llaves, y honestamente no podía culparla por estar tan tranquila mientras su nieta corriera algún riesgo. En los pocos días que llevaba viviendo en el señorío, había aprendido que la pequeña patita estaba más que preparada ante el más pequeño ataque.
Relájate, Donald, susurraba para sí mismo, respirando lentamente mientras sus pasos lo llevaban al ala este de la mansión, fuertemente sujeto a la barandilla y sintiendo sus manos temblar ante la tensión. Estás haciendo una tormenta en un vaso.
Mientras respiraba, contaba cada respiro cerrando los ojos, deteniéndose para que su torpeza y mala suerte no lo hicieran romper algo que él tendría que pagar.
Poco a poco, sus hombros comenzaron a relajarse. Los niños están bien.
Quizás aún no lograba recuperar la confianza en su tío por el asunto de la Lanza de Selene, pero tampoco podía negarle la felicidad a sus sobrinos al no permitirles hacer algo que claramente les gusta. Están bien.
Además, no lo diría en voz alta, mucho menos frente a su tío Scrooge, pero realmente lo había extrañado, y no podía negar que volver al señorío, aún después de una década mientras reparaba su casa flotante, se sentía como un abrazo.
Permitió que una sonrisa se esbozara en su pico, y siguió caminando por los pasillos del piso. Realmente no necesitaba nada de la mansión, pero quería aprovechar la ausencia de Scrooge para explorar la residencia y descubrir qué tanto había cambiado durante su ausencia.
No creía que a la señora Beakley le molestara a menos que irrumpiera en sus labores.
Y a decir verdad, el pato no lograba visualizar tantos cambios. A pesar de la escasez de fotos familiares, seguía reconociendo cada detalle como la palma de su mano.
Seguía reconociendo los pasillos como si nunca hubiera dejado la mansión.
Cuando pasó por la puerta que reconocía como la nueva habitación de sus sobrinos, sonrió melancólico ante todos los juegos y actividades que ahora podrían hacer, antes limitados por el estrecho espacio de la casa flotante.
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A Different Angle ┋ Multifandom
Fanfiction❝En ocasiones, existen ángulos que ni siquiera un goniómetro puede medir.❞ ➫ Serie de one!shots no conectados entre sí.