Fanart: calochart.
Donald nunca había sido exclusivamente bueno guardando secretos. De un modo u otro, siempre había que leer entre líneas lo que decía — siempre y cuando entendieran lo que decía — o no tomarlo de forma literal para saber lo que insinuaban sus palabras.
Por ello había accedido a la idea de Panchito de hacer de Los Tres Caballeros una banda universitaria y utilizar un concierto en Acapulco como una mera fachada cuando en realidad lo más parecido a una playa había sido la Isla de Pascua a atender sus deberes de guerreros.
Ahora que se encontraba en el Sunchaser junto a ellos, Scrooge y los niños asegurados en los asientos, y el gallo llorando la destrucción de su guitarra en manos de su tío, comprendía cuánto habían cambiado realmente sus amigos desde que se separaron hace once años.
—No te preocupes, Panchito; puede arreglarse —sugirió José sonriendo con nerviosismo, comenzando a palmear gentil el hombro de su compañero—, no puede ser tan difícil.
—José tiene razón —secundo Donald viendo los restos del instrumento, intentando analizar los daños—, no hay nada que no hayamos podido arreglar antes.
La respuesta fue inmediata. Los latinoamericanos enfocaron su mirada en él; y de no ser porque sus sobrinos estaban más interesados en discutir sobre los acontecimientos recientes mientras que su tío estaba con Launchpad, sus miradas también podrían haberse dirigido a él.
—Es decir, pudimos derrotar a aquella planta carnívora. Y logramos evitar una muchedumbre en Acapulco, ¿no es así? —añadió rápidamente, frotando su nuca y recapitulando el concierto relatado por los dos Caballeros en el pueblo brasileño.
El loro resopló, ayudando a sus amigos a recoger los pedazos de madera y cuerdas vigilando que no se pinchará con alguna astilla.
—Por cierto, gracias por convencer al señor McPato para poder quedarnos unos días en la mansión, amigo —se atrevió a decir Panchito alzando el ala de su sombrero lo suficiente para revelar sus ojos que, a pesar de mostrar tristeza por la torpeza del tío del pato, seguía destilando aquel brillo irreconocible.
—É certo. Me alegra ver que su relación ha mejorado para incluir a los patinhos en sus aventuras... —el avión se sacudió por un momento alterando a los latinos, entretanto Donald acomodó los trozos recogidos en el regazo del gallo.
—Te acostumbras luego de algunos vuelos, es mejor que un atlas mágico que podría llevarte a otro lugar sin darte oportunidad de prepararte —comentó sonriendo ladinamente, sentándose nuevamente en la caja de madera. Había moderado el volumen de su voz lo suficiente para que únicamente sus amigos escucharan.
Sí, habían continuado teniendo salidas casuales después de convertirse en el presidente activo del Nuevo Instituto Quackmore y viajando por el mundo salvándolo en innumerables ocasiones, e incluso habían compuesto en conjunto la canción cuyo debut al público había sido en el pueblo; hasta que se había visto regresando a Duckburg después del anuncio de Della sobre que sería tío.
Había cedido la presidencia a las trillizas — es decir, eran muy maduras y capaces para su edad, Daisy tomando el puesto cuando terminaba el verano — y el grupo finalmente se disolvió cuando Xandra dejó de ver por misiones que requirieran su asistencia y ella fue a buscar la forma de liberarse del hechizo del libro, pero ellos jamás dejaron de comunicarse — ni siquiera con las niñas — hasta el segundo cumpleaños de sus sobrinos, visitándolo cada que podían para ayudarle a cuidarlos mientras él descansaba y buscaba trabajo, hasta que tuvieron que regresar a México y Brasil respectivamente.
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A Different Angle ┋ Multifandom
Fanfiction❝En ocasiones, existen ángulos que ni siquiera un goniómetro puede medir.❞ ➫ Serie de one!shots no conectados entre sí.