Fin

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—Sabes por qué estás aquí. —un acento bastante particular y conocido hizo que Peter dejara de mirar sus manos atadas y prestara atención a quien lo saco de donde lo tenían.

—Helmut Zimo. —murmuro Peter, después de y tanto tiempo siendo torturado por ese nombre, realmente no le sorprendía que los lacayos del traficante se cansaran de torturarlo y fuera el propio jefe quien se encargara de él. —¿Por qué aún sigo vivo?

El traficante lo miro inspeccionándolo con sus fríos ojos, trataba de entender de donde venía la resistencia de Peter pero entonces vio algo sombrío en los ojos chocolates del chico, Peter ya no tenía miedo de morir. —Sabias que eres culpable de que uno de mis mejores distribuidores de cocaína desatendiera tres zonas importantes, Brooklyn, Hells kitchen, Queens...—ignoro totalmente la pregunta de Peter, pero todo lo que le estaba comentando le hacía entender por qué la cabeza de Rumlow y la de él eran tan importantes para Zimo. —Siempre creí que Rumlow era un idiota por caer en los encantos de un prostituto barato con piernas bonitas. —dijo pasando las manos por los muslos de Peter. El castaño solo pudo cerrar los ojos cuando la mano áspera del traficante acaricio bruscamente su entre pierna. —Pero sigues vivo aun después de toda la mierda que te hice pasar. —Zimo beso la mejilla de Peter y se acercó más a su oído. —Eres un chico muy especial.

—¿Por qué no me matas de una vez? —pregunto con esperanza en su voz.

Helmunt soltó una risa ahogada y miro divertido al adolescente. —Matarte hace las cosas muy fáciles. —acaricio la mejilla de Peter y le sonrió con descaro. —Por qué te mataría si puedes pagarme las ganancias que Rumlow perdió por tu culpa.

—¿Qué? —sus palabras apenas salieron de sus labios mallugados por los golpes.

—Entra. —alzo la voz para que el hombre al otro lado de la habitación entrara. —Espero y seas cuidadoso en tus próximas tareas. —Entonces el hombre que entro le entrego una bandeja con uvas, zanahorias en partidas y pequeñas bolsas de látex. —Con esto practicaras a tragar sin masticar.

—¿Y si no lo hago? —pregunto Peter esperando a que este lo amenazara muerte, pero Helmunt solo lanzo furioso la bandeja y tomo a Peter del cabello. —El hijo de perra le dejo de temer a la muerte. —Lanzo a Peter contra el piso y este solo jadeo de dolor por el impacto. —Pero aún le temes al dolor verdad. —lo pateo con fuerza logrando que este comenzara a suplicarle en silencio. —Te golpearía hasta dejarte irreconocible pero te volviste parte de mi mercancía. —Suspiro molesto y arreglo su traje antes de salir de la habitación.

Fueron muy pocas semanas las que realmente necesito para aprender a tragar sin masticar para cuando ingiriera la mercancía real no tuviera complicaciones al pasarlas por su garganta.

Entonces en el transcurso de esos días pasaron una gran cantidad de cosas, de las cuales habían sido la información filtrada de la próxima para de Zimo. El estaría en Hells kitchen llevando personalmente una carga de estupefacientes para Willson Fisk o mejor conocido entre los de su calaña como Kingpin.

Posteriormente con ayuda de Steve esa misma información fue entregada a la policía, porque si Bucky lo hacía entonces se comprobaría así que está trabajando fuera de la ley.

Fueron pocas las horas en las que se organizó una redada para arrestar por fin a Zimo, todo cursaba bien. Tanto que Nick Fiury dejo que Bucky junto a Steve lideraran la redada.

Y por su puesto a lo lejos estaría Frank esperando que resguardaran a Peter, así tendría la oportunidad de atravesar el pecho del traficante con un fusil Barrett M82.

—¿Dónde esta Kingpin? —pregunto Zimo al solo ver a cuatro hombres esperándolo en el almacén. —Dijo que vendría personalmente.

—Tiene cosas más importantes que hacer. —respondió con sequedad uno de los oficiales en cubierto. —¿Trajiste la, mercancía?

¡Hey Buck!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora