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 Peter decidió que tampoco esperaría a que Rumlow fuera por él, así que al siguiente día empaco sus cosas y se fue sin decirle a nadie, no podía correr el riesgo de que alguien avisara a donde fue o cuando dejo de habitar su departamento. Solo tenía un lugar a donde podría ir y no estaba seguro si sería bien recibido por lo que había pasado años atrás. Durante todo el camino la mente Peter se estaba atormentando a si mismo porque estaba aterrado con todo lo que estaba pasando pero se prometió ser fuerte y que solo sería un problema del que podría salir sin tantos daños colaterales.

Horas después el castaño por fin llego a su destino.

Peter estaba frente a la puerta de su antigua casa, sentía cada parte de su cuerpo temblaba de lo mucho que se estaba debatiendo tocar o no el timbre. Nunca había estado tan asustado en su vida, ni siquiera cuando se adentró al mundo de la prostitución.
Dio un largo suspiro y se armó de valor para apretar el botón del timbre.

No pasaron unos cuantos minutos cuando la puerta se abrió dejando ver una mujer con aspecto cansado, los ojos de ella casi se salen de sus cuencas al que una vez llamo hijo, Peter tenía solo 14 años la última vez que lo vio.

—¿Mary quién es?— se escuchó que alguien había gritado al fondo. Pero ella no contesto porque seguía inmersa en sus pensamientos. — ¿Mary?— la mujer seguía sin contestar así que se acercó a la puerta para ver qué sucedía. — ¿Qué haces aquí?— Realmente no esperaba encontrarse con su hijo después de tanto tiempo.

—Necesito ayuda. — La voz de Peter sonó un poco rota. — Por favor, no tengo a donde más ir.

—Lárgate. — Su padre lo empujo con molestia. — Te dije que nunca regresaras.

—Por favor. — Las lágrimas comenzaron a bajar por las mejillas de Peter. — No tengo a...— fue interrumpido por una bofetada de Mary.

—No mereces nuestra ayuda. — le dijo pareciendo que en cada una de sus palabras escupía veneno, sin importarle lo roto que ya estaba su hijo.

—No vendría con ustedes pero realmente estoy asustado. — A Peter le dolía el pecho pero no estaba seguro si en ese momento era debido al miedo o a la desesperación de ser encontrado. — Están tras de mí. — Dijo entre balbuceos debido a que comenzó a sollozar más fuerte. — Podrían matarme.

—Te atreviste a traer tu mierda aquí.—Esta vez no lo empujo y ni lo abofeteó como su madre, termino por derribarlo de un fuerte puñetazo que le hizo derramar sangre de su ojo recién curado del golpe que Rumlow le había dejado.—lárgate.— sentencio con crueldad.

—Por favor estoy aterrado. — Peter casi se arrodillaba para suplicar.

—La policía ya viene en caminó. — murmuro aquella mujer y lo miro con hostilidad, Peter ni si quiera se dio cuenta cuando su madre le llamo a la policía pero ahí estaba ella con el teléfono en la mano. — Te llevaran por allanamiento.

Y así fue, no fueron más de 5 minutos cuando una patrulla llego con un hombre rubio y una mujer pelirroja.

—Les juro que es mentira. — Peter sentía que su corazón casi se salió de su pecho, ahora se arrepentía totalmente en no haberse ido cuando su padre le dijo que se largara.

—Lo encontré tratando de entrar a mi casa. —mintió el señor Parker.

—Tal vez intentaba robarnos. — Mary hablo con una falsa angustia que sonaba tan real.

—Es mejor que no te opongas. — le dijo Nat a Peter cuando se acercó a él con las esposas.

Entonces el castaño simplemente dejo que lo llevaran a la parte trasera de la patrulla, él sabía que no le convenía alegar. Steve tomo la declaración de los Parker y regreso a la patrulla con Nat. Ninguno de los dos oficiales se sentía realmente incomodos llevándose un niño a la estación de policías mientras levantan el acta de denuncia de allanamiento y deliberan si mandarlo a la correccional de menores o ya alcanza la edad para ser procesado en una prisión para adultos.

Steve miro de reojo el retrovisor y en su garganta sintió un nudo forzarse por ver a Peter tan cohibido, tratando de dejar de llorar en silencio.

No tardaron mucho en llegar a la estación de policías, Peter aún tenía los ojos llorosos y Steve trataba de hablarle en un tono suave por que no quería que el adolescente tuviera un ataque de pánico o algo similar.

—Te sentaras aquí. —le dijo a Peter acercándole una silla frente a su escritorio. —No te pondré en una celda hasta que sepa que harán contigo. —el castaño solo asintió con la cabeza. —Mi compañero te tomara las huellas y te preguntara unas cosas. — suspiro y le dio un apretón en el hombro a Peter para tratar de calmarlo.

Se quedó en silencio unos minutos hasta que escucho los pesados pasos del oficial que seguramente tomara sus huellas para ficharlo. Instintivamente voltio, su cara se convirtió en un gesto de sorpresa pura aunque muy en el fondo sabía que no había nada sorprendente porque era muy probable que pasara al estar en ese lugar.

—Peter...—lo nombro un poco extrañado por que no esperaba verlo esposado frente al escritorio de Steve.

—Nos volvemos a ver Bucky-Bear. —le saludo Peter con una sonrisa cansada, realmente detestaba ver al oficial en los peores momentos.

Los quiere The Sinner y su perro...

¡Hey Buck!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora