|Capítulo 6 • ÁLVARO|

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Querid@s lector@s,

Me enorgullece decir que "Violada por Alex" ¡ha llegado a 18K de visitas! 

Gracias de todo corazón a mis lector@s desde: El Salvador, Marruecos, España, Portugal, Canadá, México, USA, República Dominicana, Panamá, Honduras, Colombia, Paraguay, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Chile, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Francia, Nicaragua, Guatemala, Holanda, Alemania, Reino Unido, Brasil, Pakistan, Italia, Rumania, Bulgaria, Turquía, Argentina y Rusia (perdón si me he dejado alguno). ¡Muchísimas gracias! Lo mejor que le puede pasar a una escritora es que la gente lea sus historias y le gusten. En serio, soy muy feliz. 

Es que, wow, 18K de visitas... Nunca pensé que llegaría tan lejos. 

Gracias a tod@s. Os quiero 3000.💜

Irina   :)

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Nia:

Acompañé a Thalia hasta su casa. 

—Nos vemos mañana. 

—Adiós —y, tras abrazarme, entró en casa. 

Suspiré. Giré sobre mis talones y admiré la luna. Su luz alumbraba la calle, desierta a tal hora de la madrugada. 

Con las manos en los bolsillos, di un paseo. Perdiéndome por las calles, vagando por ahí sin rumbo fijo, llegué al descampado. 

Cubierto por la penumbra, tenía un aire tétrico y vagamente peligroso. Los hierbajos le daban una forma hostil, acentuada por la falta de luz.

Tras unos segundos perdida en mis pensamientos, me adentré en ese campo de malas hierbas. La de veces que había corrido yo por aquél descampado... 

Mi móvil vibró y me sobresalté. Mi hermano me había enviado un mensaje preguntándome dónde estaba. Contesté que en seguida volvía y me puse en camino. 

La noche tenía un extraño aire tenso, seguramente por el silencio. Para nada parecía que dentro de unos pocos días iban a ser las fiesta del pueblo. Y es que sí, las fiestas patronales del 6 de julio ya estaban llamando a la puerta. 

Toqué el timbre de casa y al cabo de poco Alex me abrió. 

—¿Por qué te has ido? 

—Me apetecía dar una vuelta, mirar las estrellas y eso —mentí. 

—Ah. Es que de repente ya no estabas. 

Tan solo me encogí de hombros. 

—Bueno, me voy a la cama. Buenas noches. 

—Hacía mucho tiempo que nadie me lo decía. 

Me giré. 

—¿Decirte qué? 

Alex sonrió tristemente. 

—Buenas noches. 

Me supo muy mal aquello que me dijo. En sus ojos veía dolor, mucho dolor. 

Entré en mi habitación, y sin demorar me quité la camiseta, los zapatos y los pantalones. Entonces mi hermano me llamó desde el otro lado de la puerta. 

—Nia, estaba pensando... —dijo abriendo la puerta —, ¿crees que mañana...? 

En cuanto me vio en ropa interior dejó de hablar. 

— Mierda... —dijo aún mirándome —Lo siento —cerró la puerta.  

Me quité la ropa interior y me puse el pijama tan rápido como pude y entonces abrí la puerta. 

Violada por AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora