-cap 3-

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—¡Permiso! Venía a buscar a mi esposa y me han dicho de que por aquí debe---... —El señor dejó de hablar al apartar la mirada de la puerta hacia nosotras.

Era un tipo de unos 35 años, con bigote y lo otro ya era calvicie, venía en terno de esos que se encuentran en las tiendas más caras del país, era alto a tal punto de parecer de 1.80, pero se notaba de que no era de nuestro pueblo, ya que este es escaso en elegancia.

Nos apartamos al momento, nos dimos cuenta de la situación y optamos por apartar la cabeza a un lado mientras movíamos nuestros pies al lado contrario de una a la otra. No pude evitar subirme la sangre a las mejillas y llegar a estar colorada por la vergüenza. Soy un mujer bastante avergonzada, con lo mínimo que pase me persigue toda la vida y por las noches.

—¿Interrumpo algo? —Preguntó el señor de bigote con impaciencia a una respuesta, puede de que no haya notado la situación en concreto, pero se estaba colocando nervioso por interrumpir tal vez una "conversación" importante.

—N-No, Rodrigo. No interrumpe nada, tan sólo estábamos hablando sobre cosas del trabajo, nada más. —Justificó con nerviosismo en su voz a la par que colocaba su cabello tras la oreja.

¿Nada más?

¿Acaso esa mujer era consciente de lo que estábamos haciendo?

No tengo idea, ni yo sé lo que estábamos haciendo.

Pero estábamos muy... MUY cerca.

—Permiso, yo.... Tengo que ir al estudio a buscar mis cosas y me voy, que tenga linda noche. —Repliqué con cierto tono serio, un tono molesto y apresurado. Tomé unas cosas y me fui al estudio, dejando a los casados sólos sin si quiera haberme presentado.

¿Por qué me molesto de tal manera? No era culpa de él encontrarnos así, pero no debió interrumpir.

Luego de unos suspiros de estrés comencé a calmarme, esperando una oportunidad para analizar todo aquello, pero me era imposible, no podía parar de pensar en aquella escena.

Ni si quiera me presenté y despedí como era debido, ¿cómo se me ocurre hacer aquello con tal hombre de clase alta frente a nosotras?

—Bueno, lamento por interrumpir, cualquier cosa. ¿Cómo te fue en tu primer día, querida? —Preguntó insertado algunos besos sobre su mejilla.

—Horrible, tal parece que el director no está del todo satisfecho conmigo, y mi compañera me odia, ¡me odia! —Dijo con exageración mientras rascaba su cabeza con el fin de desestresarse.

Los Maquena era una pareja de recién casados que llegaron hace poco a la ciudad, Rodrigo, el esposo de aquella chica, era policía. Mientras que su esposa trataba de independizarse un poco más, haciendo como actora y guionista en nuestra agencia.

Pero, ¿por qué acá? No era el lugar mejor pagado de la ciudad, ni el más fácil de entrar, no tiene sentido, ¿qué quería mi jefe con esto? Insisto de que tan sólo quiere joderme, como siempre lo ha hecho.

Viejo de mierda.

Glamour ;;Girl×GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora