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Miraba el mar, perdido entre sus pensamientos.

Dime la verdad, por favor. ¿Me estás engañando con Minho?

El silencio del lugar lo ayudaba a mantenerse en calma, sin estar atormentándose tanto por todo lo ocurrido.

Sí, Seungmin. Te engañé con Minho.

Las heridas eran recientes, le dolían demasiado y le tomaría un largo tiempo curar su corazón. No se adelantaría, dejaría que las heridas sanaran solas, no apresuraría a su co­razón en ningún momento.

¡¿Por qué lo hiciste?, ¿Acaso ya no soy suficiente para ti?!

Cerró sus ojos y disfrutó del viento helado que corría, estiró sus brazos y se dedicó a disfrutar de la sensación de estar rodeado de naturaleza.

¡Yo no quería, te lo prometo. Pero fue algo que de un día a otro pasó. Y no digas que no eres suficiente, porque eres más de lo que merezco!

Alejarse de la ciudad por un tiempo le haría bien, necesitaba descansar y estar en un lugar lleno de paz, como la playa en la que se encontraba. Realmente habían tenido suerte de que el amigo de Jisung, Jeongin, los dejara quedarse en su casa por un tiempo luego de ver el estado en el que venían los dos.

¡Confié en ti todo este tiempo, te amé y te cuidé. ¿Y así es como me pagas? Eres un desgraciado, Hyunjin, ojalá te pudras!

Abrió los ojos y contempló el mar frente a él, a varios metros de distancia. Las vistas de la casa de Jeongin eran impresionantes, se veía perfectamente la playa y la naturaleza que rodeaba el lugar. Un lugar perfecto para descansar.

¡De verdad que me arrepiento, Seungmin, por favor créeme y quédate junto a mí. Voy a cambiar para demostrarte que te amo!

El sol estaba recién saliendo, era temprano en la mañana y aprovechaba que era el único despierto para poder pensar en soledad y tranquilidad. Estaba muy herido, pero prefería hacerse el fuerte para que Jisung no sufriera más de lo que ya estaba sufriendo.

¡Ya es muy tarde Hyunjin, perdiste tu oportunidad. Pudiste haber cambiado hace mucho tiempo atrás!

Desde ahora se alejaría un poco de todo lo relacionado con el amor de pareja, porque no quería más. Hyunjin ya lo había dañado lo suficiente por el momento, y quería evitarse más sufrimiento.

¡No me dejes Seungmin, por favor, te lo pido con el corazón!

Recordaba las lágrimas que tenía Hyunjin en los ojos a la vez que le pedía que no lo dejara, como lloraba y como lo sostenía del brazo con fuerza, impidiéndole avanzar más. Pero él se había prometido no seguir sufriendo, así que con toda su fuerza de voluntad se soltó del mayor y salió del departamento, con todas sus cosas en una maleta, sin mirar atrás.

Hasta nunca, Hyunjin. Espero no volver a verte en lo que me queda de vida.

De ahí se fue directamente a la casa de Jisung, donde él ya lo esperaba en la calle junto a sus maletas. Juntos se fueron a la casa de Woojin, donde se despidieron de él y de Chan, para luego partir a aquella casa donde vivía el amigo lejano de Jisung.

Jeongin no tuvo problemas para recibirlos, apenas escuchó la voz rota de Jisung a través de la línea del teléfono el aceptó sin dudarlo. Ya llevaban unas semanas viviendo los tres, y no había problemas de convivencia.

Seungmin pensaba esperar a sentirse un poco mejor emocionalmente para buscar un trabajo, o quizás estudiar algo, aún no lo decidía. Jisung, por su lado, estaba tan deprimido que no pensaba en nada más que en dormir y comer, casi comportándose como un muerto en vida.

Jeongin se encargaba de Jisung la mayoría de las veces, se preocupaba de alimentarlo y cuidarlo, incluso le subía el ánimo a través de chistes o bailes graciosos, los cuales siempre funcionaban.

¡Seungmin, te amaré por siempre!

Había escuchado el grito de Hyunjin aquél día, pero lo había ignorado por completo. No se permitiría creer ninguna palabra más de Hyunjin, ni de Minho. Ni de nadie que no conociera. Cambió su número de teléfono, y se lo había dado solo a Chan y Woojin, además de Jisung y Jeongin.

Woojin lo llamaba constantemente, pasaban horas y horas hablando sobre distintos temas, incluso a veces se quedaba minutos enteros escuchando a Woojin dormir cuando este se quedaba dormido de pronto. Luego le gritaba para que despertara y se reía al escuchar el grito de miedo por parte de Woojin a través de la llamada.

Chan también lo llamaba, y le contaba curiosidades o le recomendaba música para que escuchara. Algunas veces mantenían llamadas mientras jugaban algún juego online juntos, derrotando a todos como el buen equipo que eran.

Su vida había cambiado tanto. A veces inconscientemente recordaba a Hyunjin o hacía un comentario sobre él como "A Hyunjin le gusta ese cantante", "Hyunjin me recomendó esta película una vez", "Hyunjin le temía a esos bichos". Luego se regañaba mentalmente por haberlo recordado.

Se había cortado algunas veces, su dolor era tanto que a través de los cortes había encontrado una manera de traspasar su dolor mental a físico, pero desde que Jisung lo descubrió, ni el rubio ni Jeongin paraban de vigilarlo, incluso le revisaban las muñecas, los brazos y las piernas para asegurarse que no hubiera hecho nada contra su cuerpo.

Porque sí, después de tanto dolor en su relación, Seungmin fue diagnosticado con una depresión. No le daba mucha importancia la verdad, tenía fe que la depresión desapareciera cuando él ya sanara sus heridas.

—Hey, otra vez estás aquí solo —Jisung se sentó a su lado, dejando la bandeja con dos tazas de té en la mesa frente a ellos —Me encanta la vista de este balcón —Jisung cerró sus ojos e inspiró con fuerza, para luego soltar todo el aire —Hace frío, así que te traje un té y una mantita de patitos que tenía Jeongin —Jisung se sacó la manta de los hombros y se la entregó a Seungmin, quién se arropó con ella.

Jisung también tenía una manta, solo que esta era de cachorros amarillos con lentes de sol, una manta que Seungmin sabía que Jisung la tenía desde que era bebé.

Ambos disfrutaron del té entre risas y comentarios sobre el día, incluso después de un rato se les unió Jeongin. Y terminaron los tres desayunando en el balcón mirando el mar.

Prometiéndose no sufrir más.

ENGAÑO|| HyunMin -αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora