Teach me - lrh

Cinco

Al final la cena con mi papá y el señor Hemmings había salido bien, mejor de lo que me esperaba. Solo hubo un pequeño inconveniente con el repartidor de las pizzas.

*Flashback*

Mi papá había ido a buscar más vino al sótano.

-Señor Hemmings... 

-¿Sí, Louise?

-¿Qué ocurrirá ahora?

-¿A qué te refieres?

-Con "nosotros". Si es que se le puede llamar así a esto.

-Pues... Ahm, yo...

-Hija, no hay más vino en el sótano. ¿Qué hora es?

-Faltan quince para las nueve.

-Oh genial, el almacén de aquí cerca sigue abierto. Iré en el auto, no me tardo. Tú espera las pizzas, tienes dinero en la lata de la cocina.

-Lo sé papá, ve tranquilo.

-Ya regreso -Diciendo esto último salió por la puerta.

Giré a ver a Luke, él me estaba mirando con una media sonrisa en su rostro.

-¿Qué?

-Es que se me es imposible no verte el trasero con esa rotura -Sentí mi cara arder.

Demonios, no sabía que me había puesto este pantalón.

-Ahm, yo... Es que usted llegó y... Y yo estaba en pijama y... Yo no sabía que me puse este pantalón, lo juro. Tomé lo primero que tenía a mano, pero... -El señor Hemmings se rió, dio unos pasos para acercarse y me hizo mirarlo a los ojos.

-Yo no me estoy quejando... -Seguido de eso depositó un suave beso en mis labios.

Llevábamos como cinco minutos besándonos cuando tocaron el timbre.

-Esa debe ser la pizza.

Abrí la puerta y había un muchacho un poco más grande que yo, castaño, con los ojos verdes y algo pálido, la verdad es que era bastante guapo.

-Hola linda, buenas noches -El chico me miró de arriba a abajo.

-Hola -Sonreí- ¿Cuánto es?

-Si me das tu número puede que sea gratis -Me guiñó un ojo.

-Ahm... Yo...

-Amor, ¿por qué tardas tanto? -Luke apareció detrás de mi y miró con cara de pocos amigos al repartidor.

-Yo ya iba, estaba por pagarle al...

-Son $243 hermosa.

-Ahm, si, ya te lo pago -Fui a la cocina lo más rápido que pude a buscar el dinero antes de que Luke asesine al pobre chico. Volví y se lo entregué en mano.

-Muchas gracias.

-La vuelves a mirar como lo hiciste o a decirle algún "cumplido" y te parto la cara. -El muchacho miró a Luke asustado y se fue rápido en su bici.

-¿Tenías que ser tan grosero?

-Estaba coqueteando contigo.

-Ay por Dios, no lo hacía.

-Claro que si, hubieras visto cómo te miró, nadie mira así lo que es mío.

-¿Disculpa? ¿Y desde cuándo soy de tu propiedad?

-Desde ahora si aceptas.

-¿Qué? -No entendía nada.

-Quiero decir que...

-Espera -Escuché el auto de papá estacionarse- Papá llegó, terminaremos esta discusión después.

-Cariño, ayúdame con las bolsas.

-¿No que ibas a comprar vino?

-Sí pero vi unos snacks y helado y no me pude resistir.

*Fin del Flashback*

Y bueno, ahora estamos a miércoles y estoy charlando con Sam esperando a que la clase de química empiece.

-Buen día jóvenes, abran sus libros en la página 64 y hagan las actividades en pareja.

Todos comenzaron a buscar sus libros y acomodarse en parejas.

Luego de unos 20 minutos en los cuales yo estuve haciendo los ejercicios y mirando sutilmente a Luke algo ocurrió. 

Uno de los chicos se cayó al suelo. Yo automáticamente me puse de pie y me acerqué a él.

-¿Qué pasó? -El señor Hemmings preguntó mientras se acercaba a paso rápido, mientras él venía yo revisaba su pulso y respiración.

-No tiene pulso, ¡Todos aléjense! Señor Hemmings llame a una ambulancia y póngalo en altavoz, alguien vaya a buscar al director. -Comencé a acomodar al muchacho para asistirlo mientras los demás me hacían caso.

Ojalá los cursos de RCP (Reanimación Cardio Pulmonar) con papá sirvan de algo.

-Hola, soy docente en la escuela Abraham Lincoln... -Lo interrumpí, era demasiado lento para esto.

-El aula es la 302, está en el tercer piso. El chico se cayó del asiento. No tiene pulso, le estoy haciendo RCP, intentaré no parar hasta que ustedes lleguen. El docente se llama Luke Hemmings, el director ya está avisado.

Luke les dio la dirección de la escuela mientras yo seguía con esto.

Mil uno, mil dos, mil tres, mil cuatro...

-¿Alguien sabe su nombre? 

-Se llama Ashton Irwin, Louise.

-Ash quédate aquí viejo, vamos, reacciona.

Mil doce, mil trece, mil catorce...

-Señor Hemmings, ayúdeme, fíjese si recupera el pulso.

Hizo lo que le pedí, mientras yo le apretaba el pecho él le tocaba el cuello para ver si reaccionaba.

Mil veintitrés, mil veinticuatro, mil veinticinco...

-Carajo Ashton, despierta por favor.

Diez minutos después llegó la ambulancia, me relevó un enfermero mientras otros dos buscaban el desfibrilador.

Estaba asustada.

Le dieron dos choques y él reaccionó.

Pude respirar otra vez.