Seis

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Luego de que Ashton reaccionó y todo se calmó llamaron a su madre para que lo acompañe al hospital. Él la estaba esperando sentado en una banca mientras yo estaba sentada en el suelo en frente de él y Luke calmaba a los otros.

Estaba mirando al piso mientras los recuerdos de Adam venían a mi cabeza una y otra vez. Para cuando me di cuenta ya estaba llorando.

-Oye, gracias, Louise... Yo... Yo no sé qué hubiera pasado si tú no me... ¿Estás bien? -Levanté mi vista hacia él y le di una sonrisa forzada, que más bien pareció una mueca.

-Si, si, solo... Estoy shockeada. 

-Pero estás llorando... -Su voz fue como un susurro, como si no quisiera que lo escuchara, pero así fue.

-Lo lamento, son recuerdos -Intenté sonar lo más fría posible para que se dé cuenta de que no quería hablar del tema.

-Si quieres hablar con alguien puedes hacerlo conmigo, claro, si no te incomo...

-Ashton, mi amor, estás bien, oh Dios, gracias al cielo. -La mujer se acercó y rápidamente lo abrazó.

-Mamá tranquila, me estás asfixiando. Y agradécele a Louise, ella me asistió. -Les obsequié una sonrisa a cada uno mientras me ponía de pie.

-Creo que tienen mucho de que hablar, los dejaré solos...

-Muchas gracias, Louise. En serio, gracias.

-No hay de qué, tenía que hacer algo -Les sonreí, me despedí con la mano y me acerqué al salón.

-Señor Hemmings, ¿podría hablar con usted un momento? -Él interrumpió lo que estaba diciendo y me miró.

-Seguro, señorita Harrison. Jóvenes, sigan con las actividades que di al principio de la clase, no me tardo. Señorita Diaz, queda a cargo -Samara lo miró sorprendida pero luego asintió.

Luke me hizo una señal para que salgamos y una vez allí me miró fijamente.

-¿Estuviste llorando, Louise? -Lo miré mientras un nudo se formaba en mi garganta.

-Es que... Yo quisiera irme a mi casa, no me encuentro bien.

-¿Segura que puedes irte sola? Mira, faltan diez minutos para que suene la campana, si quieres me esperas y te llevo, aunque voy a tardar unos quince o veinte minutos en salir de aquí.

-Ahm, yo...

-También podríamos seguir con tu tutoría...

-Pues, ahm... -Lo pensé, no quería estar sola en casa. Diana no iba a venir en toda la semana porque estaba enferma y era contagioso- Bueno, está bien.

-Okey, si quieres ve un momento al baño, cálmate y vienes al salón -Asentí. Él me miró por unos segundos más, me sonrió y entró otra vez al aula. 

Yo me fui hacia el baño para lavar mi cara y luego volví al salón, faltaban dos minutos para que todos se vayan.

Me senté junto a Sam y cuando ella me miró preocupada le mostré una pequeña sonrisa y me dispuse a mirar mis piernas hasta que todos se vayan. Para mi suerte fue bastante rápido, y Sam entendió cuando le dije que nos veríamos mañana, nos saludamos y se fue.

Todo el salón quedó vacío, Luke revisó que no haya nadie y trabó la puerta.

-¿Segura que todo está bien, Louise? -Lo miré mientras mis ojos se cristalizaban. 

No, nada esta bien, señor Hemmings.

-Si, seguro -Le mostré una pequeña sonrisa y bajé mi mirada otra vez. Mi voz tembló al decir eso y estoy segura que se dio cuenta.

-Bien... Iré a firmar unas cosas a dirección... Si quieres espérame fuera, no tardaré mucho -Asentí y fuimos hacia la salida. Luke se detuvo en dirección y yo esperé sentada en una banca afuera de la escuela.

Luego de diez minutos esperando el señor Hemmings llegó.

-Listo, ¿nos vamos? -Me mostró una pequeña sonrisa ladeada y yo asentí.

Fuimos hasta su coche, él me abrió la puerta del copiloto y trotó hasta subirse por la otra puerta.

-No hacía falta que me abriera la puerta, señor Hemmings. Puedo hacerlo sola -Lo miré mientras nos poníamos los cinturones.

-Sí, pero un buen caballero le abre la puerta a las damas -Me miró con una pequeña sonrisa y yo esta vez le ofrecí una verdadera, este hombre era fabuloso.

Una vez que llegamos a mi casa nos pusimos a preparar algo para comer con lo que encontré en el refrigerador.

-Y cuéntame Louise, ¿por qué estabas mal antes?

-Pues...


Teach me - lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora