𝘌𝘭 𝘈𝘳𝘤𝘢 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘖𝘴𝘤𝘶𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥 |Nico Di Angelo| [Book #2]✔

⚜Capítulo 1⚜

Capítulo 1 :

| Extraños comienzos |

Mateo se desplomó nada más haber pronunciado aquellos versos. Nadie se esperaba semejante escena ni en un millón de años, pero ahí estábamos, contemplando con incredulidad el cuerpo desmayado sobre la cama. Nos miramos entre nosotros y volvimos a observarle. 

Debí haberme quedado en la cabaña.  

[...]

Por extraño que pareciese, no se convocó una asamblea más, como en otras ocasiones, sino que en su lugar, acudimos a la oráculo más famosa del campamento mestizo. Bueno, la única en realidad, pero eso eran detalles sin importancia.

A pesar de haber recibido una inesperada profecía momentos antes, necesitábamos una oficial que nos confirmara la necesidad de salir de misión.

Junto con Quirón—que últimamente se le notaba singularmente inquieto — nos encaminamos a la Casa Grande. La última vez que la visitamos en busca de una nueva profecía fue hace más de un año, en las canchas de voleibol (un lugar no muy apropiado para revelar ese tipo de versos, pero bueno). Subimos las escaleras que daban hacia el ático y abrimos la puerta.

Rachel estaba sentada en una cama garabateando en su cuaderno de dibujos. Según me habían contado, se había mudado a la antigua residencia del cadavérico oráculo, y ahora estaba alegremente decorada con manchas de pintura por todas partes y dibujos en las paredes.

En cuanto nos vio, supo a lo que se debía nuestra visita. El espíritu de Delfos no tardó demasiado en poseerla, y el ambiente se cargó de una neblilla verde, que a su vez envolvía a Rachel. Y con el tono cavernoso que acostumbraba a entonar, pronunció la ansiada profecía.

Cruzarás los nueve círculos del reino de la muerte.

Acompañado de cinco mestizos  y un devoto que serán la clave.

Para encontrar lo que ha sido robado.

Antiguas entidades resurgirán de su tumba.

Y el mundo se alzará en una guerra interminable.

Liberarás al fuego o todo caerá en las garras de la oscuridad hermanas.

Para dar final a todo lo que conoces.

Y a pesar de todo no lograrás salvar lo más valioso.

Rachel volvió en sí y se tambaleó por el esfuerzo. Quirón palideció y no añadió nada acerca de lo que nuestros oídos acababan de escuchar. Por mi parte, tragué saliva y un escalofrío recorrió mi médula espinal. Estaba segura que el resto de los presentes se sentía igual, o peor. Pero lo que todos nos estábamos preguntando era: 

¿A quién se refería la profecía? 

Tampoco es como si estuviésemos muy entusiasmados de ser parte de ella, porque, vamos, era casi más pesimista que los poemas del renacimiento. La joven oráculo alzó la cabeza y en una acción similar a la de Mateo, apuntó a mi novio con el dedo.

—Tú...La profecía...habla de ti— confirmó jadeante.

La cosa se ponía interesante...

Después de que Rachel se recuperara del sofoco de tener a un espíritu de más de miles de años dentro de ella, hicimos las preguntas que más se nos estaban pasando por la cabeza, como ¿Por qué? ¿Quienes serán los otros cinco semidioses? ¿Cuál es ese fuego al que hay que liberar? o ¿Dónde está mi trozo de pizza? 

Obviamente, las cuestiones no fueron respondidas, y nos quedamos sin saber dónde estaba el dichoso trozo de pizza italiana.

Vale, fuera de bromas. Rachel confesó que no sabía de quiénes se trataban los mestizos de la profecía, pero podían consultarlo con el mismo dios del arte de la adivinación y la visión del futuro: Apolo.