-¿Qué pasó?- Preguntó un confuso Hoseok.
Jimin miró a los betas que esperaban su respuesta. Detrás suyo, la puerta que había cerrado con fuerza, donde se apoyaba en un intento por no caer. Su corazón seguía latiendo desbocado y su lobo temblaba asustado por la amenaza de su amigo. Al parecer no era chiste eso de meterse en territorio de otro omega.
-Diría que... como que tenemos unos diez minutos para salir del departamento.
-¿Qué?
-Bueno...- Odiaba ser el que tuviera que decir esto en voz alta -...creo que han decidido... bueno, parece que...
-Jimin...-Namjoon se impacientaba con la demora del menor.
-Hyung...- Suspiró hondo -...ellos van a pasar el celo juntos.
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Taehyung se abrazaba al torso de Jungkook como si la vida se le fuera en ello. Enterraba la nariz en su cuello en un intento por dejar de sentir el aroma de Jimin en la habitación. Finalmente, cuando un sutil aroma a otro omega volvió a llegar, se permitió sacar la lengua y pasarla lentamente sobre la piel del alfa y dejarle su propia esencia.
El pelinegro vibró extasiado y se concentró en guardar el gruñido de su lobo. Apretó sus brazos en torno a la cintura del mayor y echó la cabeza a un lado, dejándolo hacer lo que quisiera.
-Alfa...-Murmuró dolorosamente el castaño.
-Tranquilo, hyung, ya se fue.
Taehyung volvió a reclamar la boca del menor. Atacó con su lengua la cabidad ajena y apretó la nuca con su mano para evitar que se alejara. Claro que Jungkook nuevamente se dejó llevar.
La boca del omega era extensamente deliciosa. Su sabor, su textura, su calor. Con facilidad podía perderse en ella y en el vaivén de sus labios.
Sus manos picaban con el deseo de recorrer el cuerpo del moreno, ansiaba poder seguir tocando su piel más allá de aquel lugar en su costado en el que se había quedado estático. Pero cuando sintió el tirón en su entrepierna cayó en la cuenta de lo que hacía. Con la poca delicadeza que podía efectuar en el pequeño trance en que Taehyung lo envolvía, retiró su mano de debajo de la camiseta y alejó su boca de la contraria.
El mayor tenía los párpados sutilmente abiertos, los ojos brillantes y los labios hinchados a juego con las mejillas enrojecidas. Tuvo que correr la mirada para no lanzarse encima otra vez.
-Hyung...- Allí estaba, el chico que lo había hecho suspirar tantas veces, expuesto a él y demandante de su tacto. Tal cual se había imaginado. La fantasía de algunas noches en las que compartían habitación, el sueño húmedo de una idea traicionera.
Pero por un celo.
Se sentía tan asqueado. Lo deseaba, lo quería, lo necesitaba pero al mismo tiempo, no quería tocarlo. No si no era Taehyung el que se lo permitía. ¿Hasta qué punto era su compañero de banda el que lo había besado y hasta qué punto era una reacción instintiva? Sólo de pensar en ello lo hacía querer llorar. El castaño lo estaba usando porque no le quedaba otra, y él quería usarlo con toda consciencia porque lo deseaba.
-¿K-kookie?- Ahí estaba otra vez. Esa mirada, esos ojos suplicantes. El dolor se leía en los gestos del mayor. Jungkook se preguntaba si era por el celo o por su rechazo como alfa.
Se fue incorporando lentamente, dejando a un Taehyung confundido y con el ceño fruncido. Intentaba no verlo cuando se sentó al borde del colchón, sin reaccionar a su sorpresa por el repentino alejamiento del mayor. El omega se irguió también y pegó su espalda al cabezal de la cama, poniendo distancia entre él y el pelinegro.
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Capricho de omega KookV
Любовные романыVeinticinco años como un beta; Una mañana abres los ojos y resulta que eres omega. Como si no fuera suficiente, parece ser que todos los caprichos de los celos anteriores se juntaron en éste. Curiosa fue la forma en que el maknae del grupo tomó pos...