Deux

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-No me siento bien...- Murmuró Taehyung, aun abrazado al cuerpo del maknae. No pensaba alejarse de él pronto, no cuando su calor y aroma se sentían tan bien.

-Lo sé- El alfa alzó la vista hasta sus mayores. Tanto él como Jin y Nam exponían un gesto de sorpresa y miedo. 

-¿Qué tienes, Tae?- Jin fue astuto y se mantuvo en su lugar al hablar. Si era lo que creía, iba a ser mejor no acercarse.

-No sé...- Se quejó el castaño con un medio chillido.

-¿Quieres ir al hospit..?- Namjoon había dado un paso adelante y pretendido apoyar la mano en la cabeza de su dongsaeng, como habitualmente hacía para animar a sus compañeros de grupo. La cosa es que se quedó a medio camino y con las palabras en la boca cuando el gruñido de Jungkook le llegó como un baldazo de agua fría.

-Aléjate- Ordenó con dureza el pelinegro envolviendo más al castaño con sus brazos, si era posible. La voz grave  del alfa había robado un suspiro a Taehyung.

-¡Jungkook!- Jin lo reprendió, pero tiró del buzo de Nam para alejarlo de los dos menores -¡Fíjate cómo hablas a tus mayores!

-Ll-lo siento, hyung- Dijo con repentina vergüenza. No estaba seguro de qué le había pasado, sólo sabía que su lobo, al ver a alguien más acercarse al castaño, había alzado a cola enfadado y exigido que nadie le pusiera un dedo encima con un gruñido posesivo -Pero, por favor no se acerquen- Pidió con su habitual suave voz -Mi lobo está raro y no quiere...

-Kookie...- Cuando oyó al pelinegro hablar de su lobo, el pecho de Taehyung vibró ansioso. Aprovechó que el alfa estaba mirando a los mayores y se metió en el hueco de su cuello, cerrando los ojos e inhalando profundamente. El aroma que siempre había podido sentir en el maknae ahora era más intenso y claro. El perfume tan particular que recordaba a una mañana fresca en el campo, se coló en sus fosas nasales y fue relajando su cuerpo como si de una droga se tratase. Lamentablemente el disfrute no duró mucho cuando un pitido agudo atacó sus oídos, generando gran dolor y provocando un quejido ahogado.

-¡Hyung! ¿Qué tienes?- Jungkook se sentía inmensamente impotente. Su lado animal estaba demasiado inquieto porque sabía que el muchacho estaba sufriendo y parecía no haber nada que pudiera hacer por él. Su cuerpo estaba demasiado caliente y sus manos se apretaban en puños, a juego con los párpados fuertemente cerrados y la mandíbula tensionada -Dime qué pasa, hyung.

-Me duele mucho, Kookie.

-¿Qué duele?- Preguntó Jin con una mano cubriendo la mueca de su boca. Intercambiaba miradas con Namjoon, ambos sabiendo ya qué ocurría.

-No sé... todo...- El castaño buscó los ojos del alfa con los suyos. En el fondo era consciente de que éstos podían calmarlo -Kookie, me duele aquí- Dijo señalándose el abdomen.

-¿Qué es ese asqueroso olor?- Yoongi llegaba con Jimin de la mano, ambos con el ceño fruncido, aunque el pálido más.

-¿A qué huele..?- El omega movía su mirada entre los maknaes abrazados.

Jungkook alzó la mirada hasta su hyung bajito y le dirigió una advertencia con los ojos. El alfa entendió el gesto a la perfección y se colocó delante de Jimin -Baja la mirada, mocoso.

-Aléjate.

-¿Kookie, qué..?- Jimin posó los ojos en los alfas que se retaban con gestos filosos y gruñidos graves. De un segundo a otro, su atención se desvió hacia su mejor amigo, que ante los ruidos del pelinegro chilló agudo -¡Tae!

El pelinaranja corrió a Yoongi sin problema y dio dos pasos hacia los menores, no sin antes lanzar una mirada rápida a Nam y Jin que se mantenían en un costado sin saber bien qué hacer.

Capricho de omega KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora