Soulmate

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Era tal y cual se lo había imaginado.

Su rostro tímido escondido detrás de unos largos mechones negros que caían sobre su rostro, ligeramente encorvado para no tener que mirarle a la cara y una aura algo oscura rodeándole.

Era él, su alma gemela.

Una enorme sonrisa apareció en su cara, tanto que había esperado por verle, tanto tiempo que ansío tenerle entre sus brazos y poder robarle el aire mientras lo apretaba contra sí mismo, tantas noches que pasó en vela hablando con él por mensajes ya que físicamente no podían más allá de oír sus pensamientos.

Ambos habían quedado en no mandárse fotos para que fuese una sorpresa su apariencia lo cual no representó un problema al momento de encontrarse, podían sentir esa fuerte conexión sin saber cómo lucía el otro, como una cuerda invisible que te jalaba junto a una fuerte corazonada. Al menos así lo sentía Mirio.

Por fin tenía a Tamaki Amajiki frente a él.

Por su parte el pelinegro se sentía de lo más nervioso. ¿Se veía bien? ¿No lucía demasiado desordenado? ¿Debió arreglarse mejor el cabello? No podía con tanta presión y lo peor de todo era que Mirio no le decía nada, solo le observaba con aquella sonrisa de ángel que se imaginó un montón de veces.

Como aquella vez que sintió un dolor tan terrible en el pecho que creyó que moriría, sin darse cuenta estuvo llorando toda la noche sin saber porqué, su madre preocupada había insistido en llevarle a un médico, sin embargo Tamaki había reprochado diciendo que "No era el".

Su alma gemela estaba sufriendo y el no podía hacer nada al respecto, parecía haberse bloqueado y no recibía sus mensajes, la angustia lo asfixió hasta que durmió acunado por sus propias lágrimas. A la mañana siguiente despertó con un fuerte dolor de cabeza debido al llanto y los ojos hinchados, con algo de temor intentó hablar con su soulmate, sólo recibió un breve mensaje junto con varios emoticones de disculpa.

¡Lo siento! Ayer tuve un breve momento de debilidad, puse las cosas algo difíciles para ti ¿No? ¡Prometo compensarte cuando pueda!

Pero para Tamaki eso no fue suficiente, se concentró toda la mañana para que Mirio pudiese por sus pensamientos hasta que al fin obtuvo una respuesta, su alma gemela se oía tan destrozado, ese día se enteró de que había perdido a alguien importante para el. Como nunca antes , sintió la necesidad de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, pero no podía, las ganas de verle le carcomían por dentro y la impotencia de no ser capaz de hacer algo más le cegaba.

Mirio sintió eso, le aseguró que pronto estarían juntos y Tamaki pudo jurar que detrás de esas palabras había una gran y hermosa sonrisa.

Justo como la que mostraba ahora.

— Eres más bajito que yo— Fue lo único que escuchó antes de sentir unos fuertes brazos rodearle y levantarlo, Mirio reía por lo bajo.

Podría jurar que esa risa es la cosa más armoniosa que ha escuchado en la vida.

— Eres muy fuerte — Dijo Tamaki cuando fue bajado, increíblemente esas fueron las primeras palabras que salieron de su boca al verlo.

Las maletas del pelinegro se hayan junto a él, Mirio rápidamente las tomó sin afectarse por al peso de estas.

— No es por presumir, pero hago muchas pesas y mucho ejercicio — Tamaki asintió, desde su perspectiva atrás de el podía notar que tenía una fuerte espalda.

Se le ocurrió una idea.

— Y entonces ¿El vuelo fue muy pesa- ¡Woah! — Mirio tenía a Tamaki sobre su espalda, las piernas rodeando su cintura y los brazos su cuello. Dejó las maletas en el suelo para poder sostenerlo bien.

— ¡Realmente quería verte! — Exclamó— No tienes idea de lo mucho que quería conocerte, quería abrazarte y... y —

— Yo también, quería verte hace tanto tiempo

— Te amo— Interrumpió el azabache escondiendo su rostro en el espacio entre el cuello y hombro de Mirio. — Desde siempre

Aquellas palabras cayeron cálidamente hasta el pecho del mayor, había fantaseado tanto por oírlo de su boca, con su voz temblorosa y timidez habitual.

Había un deseo que quería concretar desde hace tiempo, una propuesta que quería hacerle a Tamaki desde su noviazgo, algo que haría que su alma gemela se quedara con el. Era el momento.


— Tamaki, cásate conmigo

Idilio #MiriTama week 2k19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora