Torre de Esmeralda

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Cuando las cosas pasan de aquella forma tan extraña, que hasta te asusta, que es difícil de creer que no hay algo poderoso allá arriba, abajo, o a los lados.

Llamarlo destino, Dios, suerte, a veces no hay ni como decirle, pero a quién no le cae bien que las cosas salgan mejor de lo que se planea.

Aquella tarde volvió a su departamento con su pequeño amigo, seguía internamente enternecido por aquel pelirrojo que salvo a su Bepo de una vieja bruja.

— Si eres adorable, a quién podrías hacerle daño tú.

Dijo en voz alta, acariciando al cachorro que se movía animado en la habitación.

Recordado que iba a salir con Luffy y sus amigos, más bien iría sólo por el hecho de salir.

Al pequeño monito lo había conocido por el hermano mayor de Luffy, Ace, con quien había hecho buenas migas en una clase se kickboxing, y al estar de pareja con él, luego de casi matarse porque ninguno quería perder y el calor del entrenamiento se había vuelto más intenso.

Un día Ace llevo a su pequeño hermano al gimnasio, y de inmediato trató de ser amigo del moreno.

Honestamente a Law no le había caído muy bien el chiquillo y aprovechaba cada que podía para tirarle zancadilla, o golpearlo aprovechándose de la situación y que el chico fuera más débil qué él.

Poco a poco fue colándose en su vida como tal hasta llegar a la actualidad, e invitarlo con sus amigos a salir.

El grupo era de tres chicos y dos chicas; Nami y Robin eran dos lindas chica y estaba Zoro, Usopp y Franky, y sobre todo, el que mejor le caía era Zoro, ya que era el menos intenso y eufórico de todos, tal como él.

Los demás a veces eran demasiados ruidosos para el gusto de Law, pero aun así, admitía que les había agarrado cariño.

Aquella noche al llegar al lugar, toparse con más gente de lo que tenía contemplado le hizo dudar si haber ido era buena idea.

— ¡Torao!

En la mesa de lugar estaban los mencionados amigos de Luffy, una chica de más y hasta eso se alegró de ver a Ace, junto con un chico con un extrañó peinado que parecía piña.

— También vino Ace y él es Marco, el amigo… de Ace, y ella es Hancock.

Law notó la mirada barredora de la chica, quien le miró de arriba abajo como inspeccionándolo.

Tomando asiento junto a Zoro y Ace, al menos estaría con gente conocida.









En otra parte de la ciudad, cierto pelirrojo se debatía con una chica a quien no se había podido despegar en toda la tarde.

— Kid, ven conmigo, me han invitado a un lugar y se ve súper increíble.

— ¡Ya! mierda, dije que no, además tengo cosas que hacer y quiero descansar.

— Estas tirando tu juventud a la basura ¡Vamos ya!

— ¿Por qué quieres que vaya en primer lugar?

— Porque te hace falta salir más y no quiero ir sola.

Habían sido castrantes intentos por parte de la chica hasta que el pelirrojo cedió. Solamente pidiendo tiempo para ducharse y cambiarse.

Tras haber pasado por la chica le dijo el lugar a que irían.

Dos TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora