Torre de Oro ✧

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Y justo entonces, recordó a su verdadero amor. Kid se maldijo para sus adentros, preguntándose cómo era posible que hubiera perdido el control de esa manera. Además, no estaba con una de sus amantes, sino con alguien que lo miraba con asombro y fascinación.

— ¿Por qué has parado? — preguntó en ese instante.

Kid tragó saliva. — Porque estaba a punto de hacerte el amor contra la pared.

— ¿Qué estabas a punto de...? —

Law bajó la mirada y, al contemplar la erección de Kid, que sus pantalones no conseguían disimular, añadió: — Ah.

El pelirrojo cerró la puerta de la habitación para evitar que los demás no los pudieran oír. — No me mires así, Trafalgar.

— ¿Cómo te estoy mirando? — preguntó con inseguridad — ¿Y por qué me miras tú como si hubiera hecho algo malo?

— Solo ha sido un beso, nada más.

— ¿Solo un beso? Pues a mí me ha parecido que...

— Solo un beso sí — Reiteró con voz firme — He besado a cientos de mujeres como te acabo de besar a ti. — insistió él, implacable. — Es simple y puro deseo. Y el hecho de que reaccione como la dinamita al fuego no significa nada.

Law se ruborizó un poco y apretó los puños.

¿Qué diablos le pasaba? ¿Es que era incapaz de hacer o decir nada bueno cuando estaba con el?

Había cometido un error terrible.

Había besado, acariciado y casi hecho el amor con alguien que no amaba, del que no sentia nada como con su anónimo amante añadiendo el hecho que tenía muy poca experiencia en materia de hombres.

Pero eso no era tan grave como lo que sentía ahora: el deseo de ser lo que veía reflejado en los ojos de Law. Se sentía estúpido sintiendo un amor por alguien que no tenía ni idea si era real si quiera.

Law no entendía nada. Kid Intentaba convencerlo de que solo lo había besado por mero capricho, pero era obvio que estaba mintiendo. ¿A quién intentaba engañar? ¿A él? ¿O a sí mismo?

— Los dos somos igualmente responsables de lo que hemos hecho — Dijo dolido.

— Sí, supongo que sí. —

— Entonces, ¿A qué viene esa actitud? ¿Te has enfadado porque piensas que me ha gustado más de lo que esperabas? —

Él sacudió la cabeza. — No, en absoluto. Pero he perdido el control, y no quiero que se vuelva a repetir.

— ¿Te refieres a perder el control? ¿O a besarnos de nuevo? — Quiso saber.

Kid abrió la boca para decir algo, pero Law se lo impidió.

— Pensándolo bien, prefiero que no contestes. Podrías decir algo que luego no te podría perdonar

El pelirrojo desvío la mirada, alejándose un costado para dejarle salir. Otra vez no tuvo el valor para detenerle, viendo de reojo como el ojigris salía de la habitación.

En un pasillo vacío, Law se cubrió la boca, ahogando los sollozos del llanto que había estado reprimiendo hasta entonces.

¿Por qué carajos era tan estúpido? De nuevo se había dejado llevar por sus sentimientos y ahí estaba; siendo usado solamente.

No podía permitírselo más.

Se limpió bruscamente las lágrimas del rostro, bajando para buscar a sus amigos. En la planta baja Killer estaba junto a Penguin y los demás, para su mejor amigo no pasó desapercibido el hecho de que el moreno había llorado un poco, aún con la luz discreta que había, se podía notar.

Dos TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora