Torre de Obsidiana

527 65 6
                                    






¿Se puede vivir sin el interés en qué vaya a pasar el día de mañana? vivir el día a día sin preocuparte por lo que vaya a suceder.





— Sigo sin entender. — Habló luego de haber estado leyendo por un buen rato aquella carta que su padre le había dado.

— Law, no hay nada que entender, esto no es algo que se entienda; sino que se vive...

— ¿Ustedes han estado ya en ese tipo de eventos?

— Claro, y ahora me gustaría que tú, hijo mío, un hombre que se ha posicionado en la cima del éxito también conozca a las personas con las que verdaderamente debe codearse.

— Necesito pensarlo Doffy, ni siquiera logro comprender la "invitación"

— Está bien, pero no tienes mucho tiempo para pensarlo, ¿Te queda entendido?













Sanji había vuelto de su viaje a México, y ya estaba en la oficina de Kid, para llevar toda la información que había recopilado, además de darle alguno que otro dolor de cabeza al chico.

— Kid te dije que tenía algo importante que decirte. — La expresión del chico se mostró totalmente seria, el pelirrojo sabía que cuando se ponía así era porque realmente sucedía algo.

— En mi viaje a México, conocí cierto lugar donde frecuentaban personas distintas a quien tú y yo conocemos, pero a la vez iguales.

— Explícate, idiota, no te estoy entendiendo.

— Sé que si te doy detalles vas a negarte, así que sólo quiero invitarte a un evento de empresarios.

Arqueando una ceja bastó con esa mueca para que el rubio suspirara pesadamente.

— Es fácil Kid, pero te daré más detalles hasta entonces.

— Esas cosas no me gustan y lo sabes.

— ¡Ya es hora de que conozca a alguien santo cielo! Más aún, que tu maldita cara salga a la luz.

El pelirrojo no puedo evitar reír ante esas palabras, él no tenía ni las ganas, ni planeaba dar a conocer su rostro jamás, pero le divertían las intenciones de Sanji para obligarlo.














La noche anterior, ya era demasiado tarde para regresar a su casa, por lo que habia decidido quedarse con sus padres.

En la habitación que tenía, abrió el enorme clóset donde había ropa de diario y algunos traje también para el trabajo, vistiéndose, un flashback de la noche anterior apareció; sobre todo el pelirrojo... vaya que tenía una novia bastante castrosa.

Él había insistido en que no eran pareja más era obvio que la chica estaba bastante, enamorada de él.

Negando bajo al desayuno, en la mesa sólo estaba Doflamingo, quien con una taza de café y un periódico.

— Buenos días. — Saludó tomando asiento junto al rubio.

— ¿Ya decidiste ir?

— ¿Seis horas eran el tiempo límite para pensar?

— Creí que eras inteligente, Law, es que no hay qué pensar, además...

Dos TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora