Torre de Ónyx

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Luz… no había nada más molesto que la luz del día, era lo único con el poder de hacer que se levantara.

Antes de tomar una necesaria ducha, tomó el tónico desmaquillante y unas bolitas de algodón, humedeciencidolas del liquido, empezo a trazar pequeños círculos en su piel; entre sus largos y delgados dedos, en el dorso de sus manos, por los brazos y antebrazos, teniendo que tomar otro algodón e incluso tallar un poco hasta que se retiraba el maquillaje en tono beige mate #7

Retiraba lo dicho, ella era una gran, maquillista, aunque tampoco le quitaba méritos a la buena cobertura que tenía la base.

Bastantes pañuelos y motas de algodón terminaron en la basura, no pudo evitar sentirse extraño al volver a ver esas líneas de tinta que lo llenaban. No, no se arrepentiría nunca de ninguno.

Como creía era cierto ese dicho; "La dicha es mucha, en la ducha"
El agua, fluía sin pausa ni prisa, lavando restos del maquillaje de su cuerpo a una temperatura que le parecía exquisita.

Más importante aún… lavando el dolor de su cuerpo.

Las ligeras marcas rojizas en su espalda, puntos ligeramente rosados en su cuello, algunos rasguños en sus muslos y un incesante dolor en la cadera y espalda baja le abofeteaba diciéndole que lo que había pasado aquella noche no había sido parte de la alucinación por los cocteles que Doffy había insistido tanto en que tomara.

Aún había lagunas de la noche anterior. Fue hasta la mañana siguiente que el dolor se hacia presente.

Tras despedirse de ese sujeto castaño, Doflamingo y Crocodrile le habian presentado a los anfitriones de la fiesta; se sentía como niño en el doctor, cuando tus padres hablan y hablan sobre tus síntomas y tú, solo asientes cada tanto.

O cuando la maestra te felicita frente a tus padres sobre el excelente desempeño académico que tienes y como obtener beca para entrar a la universidad.

Era que Law no habia dicho mas que un simple "Mucho gusto" para que después sus padres hablaran sobre su historia y en como su inteligencia lo había hecho de todos los conocimientos de la empresa.

Bien Law había podido irse, y dejarlos hablando y no se percatarian de su ausencia.

Mas lo creyó descortés.

Su ducha se había alargarlo más de lo que planeó; si no hubiera sido por el insistente llamado de Baby a su puerta, seguiría ahi otra hora más.

Tomo una toalla y la enredó en sus cintura, y con otra más corta se frotó el cabello hasta que dejó de gotear agua.

Se miró en el espejo, sus ojeras se veía más pronunciadas y se sentía cansado; pensó, si debería tomar un descanso en el trabajo, se suponía que él estaba para remplazar a Doffy y Corazón, y nunca se había tomado un descanso como tal.

Suspiró, no podía dejarse llevar por un  "descanso" absurdo.

Al bajar a desayunar, no le sorprendió que solo Rocinante estuviera ahí; con una taza de café leyendo el periódico y picando con un tenedor los huevos fritos de su plato.

— Buenos días. — Saludó Law dejándose caer pesadamente en la silla.

El rubio dedicó sólo unos segundos a mirarle, ésto por encima de sus gafas de lectura. — Hola.

— ¿Y Doffy?

— Aún no despierta, él y… Crocodrile están tan dormidos como si hubieran fallecido… vaya cara que te cargas hoy, Law.

Dos TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora