Capítulo 11- Te nesecito

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Luego de haber desayunado con mis padres y preocuparme por la ausencia de Christopher en la mesa, subí a mi habitación y me recoste boca arriba en la cama. Hoy era sábado, no tenía que ir a la Universidad y tampoco al trabajo. Yo no era alguien de salir, las pocas veces que lo había echo, era gracias a Fernando quien me suplicaba para que la acompañara a alguna fiesta, de otra forma me quedaba encerrado en mi casa

-¿Que haces, niño?

Me levanté de golpe al escuchar esa voz y cuando vi a Christopher recargado en el marco de la puerta, mi corazón empezó a latir muy rápido, cosa que me extraño por que nunca me había pasado

-E-Eh... nada- le sonreí nervioso rascando la parte de atrás de mi cabeza -¿Nesesitas algo?

-Si- cerró la puerta tras de el, y camino hacia a mi, se sento a mi lado, me tomo de la cintura y nos acostó en el colchón, colocó su cabeza en mi pecho y se abrazo más a mi -Te necesito a ti

Me sonroje violentamente y como respuesta acaricie su sedoso cabello

-¿E-Estas bien?- pregunté en un susurro

-Aja- sentí su mano recorrer toda mi espalda, desde mi nuca hasta mi trasero que fue donde la dejo para estrujarlo mientras un suspiro salía de mis labios -Me gusta tu trasero

-Oh, c-cállate

-Lo digo enserio- levantó su cabeza y me miro desde abajo, estaba sonriendo -Es pequeño y bonito- apretó mi glúteo -Me encanta

-N-No hagas eso- cerré mis ojos cuando metió su mano en mi pantalón y masajeo en un círculo mis mejillas traseras

-¿Por qué no?- fruncio el ceño y se impulsó hasta quedar frente a mi rostro, rozando nuestros labios cada vez que decía una palabra -Esto es mio- rozo su dedo con mi entrada y yo aprete su brazo haciendo todo lo posible para no soltar un fuerte gemido -Debo tocarlo

-C-Chris... mis papás- mordi mi labio manteniendo mis ojos cerrados

-Están abajo- repartió besos en mi cuello -No escucharán nada

Mordi su hombro sobre la tela de su camisa al sentir su dedo dentro de mi, empezó a penetrarme con este y yo callaba mis gemidos sobre su ropa. Christopher sólo se dedicaba a besar todo mi cuello y parte de mi pecho, donde dejó varias marcas debido a los chupetones.

Coloque mi pierna sobre la suya dándole un mejor acceso para que siguiera con las penetraciones. Un segundo dedo se hizo presente y está vez perdí todo el esfuerzo que estaba teniendo por no gemir.

-O-Oh, Dios- abrio sus dedos imitando unos tijeras en mi interior, mientras mis dientes se clavaban en la parte baja de su oreja -S-Si, j-justo ahí

Dio en un punto dulce que me hizo enloquecer, como lo había echo la noche anterior. Estaba por correrme y el no detenía las entradas y salidas de sus dedos

-Correte para mi, niño- susurro en mi oído, pasando su lengua por la orilla de mi oreja

-Ah, ah- aceleró sus movimientos haciendo vibrar mi cuerpo, casi dejándome sin aire -M-Maldición

Enrolle mi pierna en su espalda, el la tomó con la mano que tenía  desocupada y la apretó haciéndome sentir otra placentera sensación. Estaba seguro que mi pantalón se iba a estirar por lo rápido que sus dedos se entraban en mi, moviendo la tela al mismo tiempo ya que el muy inteligente no se tomó la molestia de siquiera bajarme los jeans.

-R-Romperas m-mi rop-pa- artícule

-Te rompere todo

Ese susurro y la gran velocidad de sus dedos, hicieron que me corriera en mi pantalón, humedeciendo la parte delantera de este. Viviendo el orgasmo, el quito la mano que tenía en mi pierna y la llevo a mi menton, para que nuestros rostros quedarán uno frente al otro.

Seducción Peligrosa - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora