Capítulo 20- Quédate

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Narradora

Erick estaba feliz.

Y el realmente estaba acostado entre los fuertes brazos de Christopher, con su cabeza en el pecho desnudo de este mientras la luz del sol se hacia presente por la ventana de la habitación.

Había despertado hace más de media hora pero no se atrevió a levantarse ya que no quería despertar a Chris, se veía muy tierno con sus ojos cerrados y su respiración en calma. Erick deseaba verlo así todo el tiempo, relajado y alejado de todas las cosas malas que solía hacer, que por cierto eran muchas.

De repente sintió como el cuerpo al lado suyo se movía, y entonces Christopher despertó, y lo primero que hizo fue bajar la mirada a la de su pequeño niño que lo miraba con ojos brillosos.

-Buenos días- saludó Erick con una sonrisa.

-Buenos dias- respondió mientras se acostaba de costado para mantener su rostro frente al otro -¿Dormiste bien?

-Mejor que nunca.

-Me alegra- sonrió un poco y le dio un beso en la frente -¿Hace cuando estás despierto?

-Desde hace un rato, no mucho.

-¿Tienes hambre?

-No, estoy bien- colocó su mano en la mejilla de Chris y la acaricio lentamente. -¿Y tú dormiste bien?

-Me dormí hace dos horas.

-¿Que?- exclamó con la boca abierta y preocupándose por el otro -¿Por qué?

-No puedo dormir- susurro en voz baja apretando sus ojos que ahora comenzaban a dolerle -Desde que salí de la milicia no he podido dormir bien.

-Eso es mucho- Erick lo miro con la mirada triste, al ver la de Chris tan apagada y sin ningún brillo, en verdad quería saber el motivo por el cual no podía conciliar el sueño -¿Que es lo que no te deja dormir?

-Mi mente.

-¿En qué piensas?- cuestionó buscando la mirada de Christopher pero este la tenía clavada en el techo.

-En lo mierda que es este mundo.- susurro con rencor -El mundo es un inmundo y maldito lugar de terror.

Erick se quedó callado y dejó que el continúara.

-Algún dia verás como es el mundo real y estarás asustado, tendrás mucho miedo porque no sabrás como enfrentar la vida porque no habrá nadie que te diga como hacerlo. Las personas, Erick... las personas son realmente malas. Malas y asquerosas.

-¿P-Por que dices eso?

-Porque así es la realidad. A la que todos le temen, porque no pueden enfrentarla.

-¿Tu le temes?

-Mucho- respondió casi inaudible -¿Sabes? Hay mucho dolor allá fuera... Demasiado.

-¿Qué sabes de dolor? Tu sólo te la pasas drogandote todo el día.- Erick recordó y Christopher lo miro incrédulo.

-¿Te has preguntado siquiera por que lo hago?

-No... pero no deberías de acudir a eso sólo porque te sientes mal.

-¿Y qué se supone que debo de hacer? ¿Llorar?- río con ironía separándose un poco del menor -El llanto no soluciona nada, Erick. Sólo te hace sentir más mierda de lo que ya eres.

-¿Y la droga no lo hace?

-Si, pero te sientes una mierda cool.- sonrió

-Eres un tonto- rodó los ojos y se sento en la cama, recargandose en el respaldo.

-Y tu un mocoso que no tiene idea de lo que es el sufrimiento y el dolor, porque mi padre y tu mamá se han encargado de darte todo, y cubrir la realidad.

-¡Eso no es cierto!- exclamó Erick, está vez molesto -Yo soy independiente y no necesito que ellos hagan todo por mí.

-Pero lo hacen y te enojas porque te estoy diciendo la verdad.

-Eres muy fastidioso a veces- bufo

-No lo soy, sólo soy realista.

-Entonces no deberías de verle el lado malo a las cosas.

-Tu no sabes como son las cosas verdaderamente.

-¿Y tú si? Te la pasaste encerrado en un cuartel durante dos años, no me vengas conque sabes de lo fea que es la vida- Erick respondió

-Tu también te la has pasado encerrado, en una maldita caja de cristal que fue hecha por tus padres para que no sufrieras, pero cometieron un grave error con ello.- argumento el castaño, con la voz calmada y sin intención de formar una pelea, aunque Erick ya comenzaba a molestarse demasiado -Y te recuerdo que cuando entre a la milicia tenía veinte, ya había vivido bastante de esta mierda.

-Si lo único que quieres es burlarte de mi, no pienso escucharte más- el ojiverde se levantó de la cama y camino hacia el baño.

-La verdad duele, ¿No?

-Vete al diablo- maldijo y cerró la puerta de un portazo.

Entonces Christopher se perdió en sus terroríficos pensamientos, acompañados de recuerdos que lo ponían como la mierda.

●●●

-¿Tienes hambre? Pedí pizza- hablo Christopher al ver a Erick entrando a la sala de su apartamento.

-No...- respondió el menor sentándose en el otro sofá y observando el como Christopher llevaba el pequeño vaso de cristal a su boca -¿Por qué estás tomando?

-Oh, es Whisky ¿Quieres?- le extendió el vaso pero Erick negó enseguida.

-No deberías estar bebiendo, ¿Acaso no tienes que trabajar hoy?

-Es sábado, niño. No trabajo los fines de semana.

-Joder, es cierto, se me había olvidado- se sobo la cien con su mano, insultandose por ser tan despistado -¿Me puedes llevar a casa? Mis padres no saben que dormí contigo.

-¿Tan pronto? Quedate un rato más- se levantó de donde estaba sentado, dejando el pequeño vaso en la mesa y llegó al sofá donde Erick se encontraba, se sento a su lado y lo tomó de la cintura para sentarlo a horcadas sobre su regazo, el menor no se resistió y paso sus brazos a los alrededores del cuello de Chris -Dejame besarte un poco más.

Y Erick no se negó, de hecho recibió con gusto los labios de Christopher, sintiendo la lengua de este en su cavidad bucal.

Las manos del mayor tomaron el trasero de Erick y lo jalaron hacia delante, haciendo un rose entre la erección del ojiverde y el abdomen del castaño. Erick jugó con el cabello de Chris, hundiendo sus dedos allí cada que este mordia su labio o apretada sus mejillas traseras.

La verdad esque todo su enojo se había ido cuando Christopher lo obligó a sentarse sobre el, era imposible seguir molesto con el, ante su mirada seductora y esos rellenos y deliciosos labios que tanto amaba.

De pronto sintió el enorme bulto bajo de el, enterandose de lo duro que estaba Christopher, entonces comenzó a moverse de atrás y adelante, haciendo fricción entre su trasero y su erección.

El mayor dejó de besarlo, capturando su labio inferior entre sus dientes al haberse separado de la boca de Erick.

-Quedate conmigo todo el día, si quieres te puedes ir en la noche, pero por favor quédate unas cuantas horas más.- pidió en un susurro.

-Esta bien, pero llamare a mis padres para que no se preocupen por mi- Erick sonrió y continuó besandolo.

Christopher en verdad le agradeció internamente, no queriendo que el menor se entarara del motivo por el cual le pidió que se quedara.

Y la realidad era que Christopher no se quería sentir tan sólo, porque estando con Erick sentía que lo tenía todo.

Seducción Peligrosa - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora