Prólogo

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Escurría pintura en las orillas de aquel lienzo, era un azul partido y entregado a una caída profunda. Se encontraba pintando el cielo, lleva ya un largo tiempo sin secar,    pareciera que no había plazo ni tampoco intensiones de hacerlo; es una vil pintura, recostada y triunfante a la rebeldía, los cuajos caen sin detenerse, logrando una degradación de azules. Poco le importaba pasar por encima de ellos y dejar huellas con sus pies desnudos por todo el suelo del estudio para ser innecesariamente moderno.

Los malabaristas llevaran siempre el espíritu en el aire, extendiendo sus brazos, los payasos llevan la cara pintada por ellos mismos, y él, es un pintor que anda sobre las cuerdas, trata de conectar siempre su mente sobre su pulso, admitiendo que es la voluntad del color es la que le da el equilibrio y, a su vez el combate con la desmesura de sus sentimientos. Le cobra diario todo a la vida, abre su vista para percibir el volumen propio queda la luz en cada cosa. El iris verde de cada uno de sus ojos brilla y se mueve como olas alrededor de sus pupilas, el objetivo suyo era recaudar lo que nunca había visto antes, pues nadie le diría que plasman los pintores, así como ninguna musa explica como atrapar y asombrar con su belleza; pero el hecho de que estuviese pintando significaba que no parará, que está labrando su camino a la felicidad.

Con irreverencias toma los pinceles para crear el cuerpo de esa tierra café que va en aumento, es la invención a su forma de observar, su ansiedad por crear lo llevo a hacer aquella pintura. Da una pincelada al lado izquierdo; ondulando el pincel, pinta el marco de una casa y a su derecha realiza una línea negra para marcar la sombra, a través de la obra, también ejecuta un invernadero que la acompaña, este último se diferencia por su material de madera y vidrio, es un lugar especial, porque es rustico, da una armonía cuando nos alejamos y apreciamos que se acompañan.

Pintaba paisajes en movimiento a diferencia de otros pintores, que preferían apreciar la serenidad de un robusto árbol a la luz del mediodía, en cambio él, se mantenía en su desastroso estilo, aunque la imagen de su inspiración se desmoronase o fuera fugaz. Se considera afortunado, pues llego a instalarse a diferentes ciudades, en esta ocasión se encuentra en España. Anteriormente buscaba como volcar sus episodios de soledad con mujeres de compañía, y es ahora cuando necesita evadir pasiones clandestinas que vienen a él, no es un impostor que busca el hilo rojo del arte; solo es un hombre que desea seguir pintando hasta el final. Por el momento es lo más preciado de sus venas.

La pintura que está creando la hizo a partir de una fotografía, que le trajo un hombre, ese fue un día difícil, estaba pasando por una crisis de ausencia. Aquel hombre le pidió con insistencia retratar a sus dos hijas, sin importar lo que le costase.

Para el ya no había rosas blancas que perfumen, ni delirios de colores que hagan tirarse al llanto, y mucho menos oscuros miedos que dejen inerte; el viento soplaba en lo álgido de sus creaciones, para traerle tranquilidad a quienes lo apreciaran. Nadie conoce sus gestos inmaduros que parecieran tener un color exageradamente verde cuando no le gustan sus obras terminadas. Florecían ocurrencias que eran extrañas para otro pintor; visitaba los burdeles para conocer a personas extravagantes que el pudiera pintar, nada le detenía.

Tardará mucho tiempo en reconocer que antes que le fueran dadas las ganas de crear obras; en su interior ya vivía el poeta de la pintura, decía sin miedo; ¨yo y necesariamente mi yo, seremos nada¨, es ahora cuando innecesariamente su yo interior le dice que tiene que hacerlo sin haberlo practicado nunca.

Con la armonía que tiene en sus manos al pintar se escucha una melodía ajena a cualquier otro ruido, el cuadro que pinta entusiasmado lleva una tristeza impregnad, también brotan ramas y un fuerte olor a pétalos que remiendan los secretos en los que está envuelta la historia. Mientras tanto en un lugar lejos de ahí la musicalidad era interrumpida por suspiros liados.

Nace una voz insegura pero grata, tan llena de inocencia:

¿Dónde te encuentras hermana?

Exasperada quería hallarla, pues llevaba tiempo buscándola. Destinada a usar siempre una vestimenta armoniosa; lleva un vestido de seda con flores bordadas que rodean su cuerpo, ocultando las piernas y, en sus brazos usa unos guantes blancuzcos cubriéndola hasta los codos.

Caminando segura y con el paso firme, sale del invernadero la fémina:

-Aquí.

Responde:

- ¿Qué deseas?

Aquella chica cargaba un amplio blusón que borraba todo rasgo de gracilidad en su delgada apariencia. De donde ella salió es el invernadero que aquel pintor lejos de ahí está ilustrando y, con ese color verde cauto va creando la verbena que sobresale del invernadero, son los rosales los que desbordan interrumpiendo la entrada.

-Me agota aparentar que nada ocurre.

-Lo hablamos después. Te oirán.

-No te sirve un segundo rostro.

-Nunca lleve dos caretas, el cultivo me exhorta a la inmerecida cosecha de ser yo misma

Se abrazan.

En las tardes noches se abre la puerta del invernadero para dar la bienvenida a un hombre pulcro y bien vestido, de largos cabellos, con un bigote falso; Que camina por los amplios pasillos, de nuevo es él. Al otro lado en la casa se encuentran esos brazos con guantes abriendo la cortina y en el cristal empañado se ve el reflejo de su cara con asombro; al observar y no poder delatar que ese hombre en el invernadero es su hermana.

Se han planteado cuál será su futuro en esas pláticas secretas; interminables como enredaderas. Esa pequeña conversación se había enterrado para un día volver a brotar como las flores. Incomprensiblemente tratan de llenar ese vació que les ha dejado sus inseguridades dedicando tiempo a mantener el invernadero junto con su padre. Son dos mujeres leales a su familia, su piel se muestra como la de un querubín; se refugian en ese lugar donde las semillas más estériles crecen y, es su hermana la mujer osada que se atreve a romper todo paisaje vivo; ofreciendo su hombría a la naturaleza.

FLORES SALVAJES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora