hacked (by).

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Corre.

Corre.


Corre.


¡No! Espera, camina.



Corre.



Corre.



Corre.




Vamos lento.




















*

Tambalea sobre la orilla del pavimento intentando no caer con una mueca divertida plasmada en su linda cara.

La livianez de sus pies lo hacía sentir como si fueran nubes donde pisaba.

Los días continuaban sombríos, los noticieros anunciaban una tormenta en los próximos días siendo precavidos en las medidas de seguridad ante desastres. Tweek, sin embargo, es feliz.

Desde su renovación de actitud, todo era normal.

El insomnio, las pesadillas, la alucinaciones, los trastornos alimentarios, todo, se fué. El océano borró las huellas de su perdición dándole una segunda oportunidad.

Es libre.

Sus padres lloraban de alegría al ver a su hijo recuperado de las recaídas tan seguidas que tenía, el simple hecho de despedirse de ellos con beso era tan irreal como si hubiera raptado al paranoico Tweek por un sensato Tweek.

Sin notarlo había llegado a la escuela antes de la hora, las sietes con veinticinco minutos marcan su reloj; todavía era muy temprano. No hay alma alguna por los corredores, se dirigió a su casillero sacando los libros que ocuparía.

Al entrar al salón, el silencio era tan profundo que sus pisadas hacen eco hasta afuera.

Se sentó en su lugar de siempre mientras garabatos se esparcen por la butaca. Sumido en las líneas sin sentido no escucho los abismales pasos que se acercan lento.

Fue hasta que el chirrido de la puerta le aviso del invasor se hallaba en la misma área.

Entonces falló.

Los cables que arregló hicieron cortocircuito.

Virus detected
[Help]

En frente, la desgracia abordó.

Sudor frío por el recuperado cuerpo del rubio, las pupilas dilatadas a más no poder. Joder, código rojo, repito, código rojo.

No soportó la penetrante mirada de Tucker desviando sus asustadizos ojitos. ¡Mierda!

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15%

Okay, sólo tenía que calmarse. Respira profundo: inhala y exhala.

Por reflejo apreció como el intruso avanza, sentándose a una butaca delante pero en la fila de su derecha. El desgraciado lo hace a propósito, cobarde.

Esta bien, tal vez su lógica no es la mejor, sin embargo, en casos así...¿cómo debería actuar?, ¿simplemente ignorarlo? Dios, ten clemencia.

Se supone que se había levantado de la misma piedra que tropieza y estaba seguro que la próxima vez no se levantara. La roca era un perra.

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47%

Las chispa se salieron del límite ocasionando una explosión en la mente.
La temblores de su mano hicieron que soltara el bolígrafo cayendo a centímetros de Fucker. OH. SHIT.

El bolígrafo rodó hasta la pata del asiento, el ruido que hizo fue minúsculo pero parecía que tiró un bola de boliche por como rezumbo. 
Horrorizado en pleno acto de pánico, sus demonios vuelven a flor de piel; espasmos, tic's y de seguro tartarmudeos. Saluda de nuevo a tus compañeros de todas tu vanal existencia.

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A partir de aquí, todo fue en cámara lenta.

Craig viendo para abajo.
El corazón de Tweek detendiéndose.
El tiempo congelado.
La masculina mano de Craig levantando la pluma.
Espasmos intensos.
La incomodidad abrazando a ambos.

Hipnótico por los movimientos del otro, notó unos detallitos desapercibidos.
Nudillos con edemas, una que otra costra de rasguños y varias cortadas. Qué carajo...

Con el ceño algo fruncido siguió cuestionando las anomalías que presenta su ex novio. Aunque sabía que tenía que detenerse no lo hacía.

—Toma. —ofreció la pluma estirando el brazo.


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99%

System failure.

S Y st Em fAI lü ře.

s      ySte M,,,, f aaaa lųr E ,

Los delgados dedos le tiemblan, quiere tomarlo pero no puede. No puede...
No, no, no, NO.
Miradas incomprendidas, siendo un misterio ante los adversarios.

¡Click! La electricidad que transmitieron al rozar sus dedos fueron como una descarga feroz directo los fusiles morbidos de su relación.

Extrañamente la ex pareja mantienen los labios separados dejando espacar sonidos indecorosos junto un notable enrojecimiento. Par de enfermos.

Hubiera permanecido así, a no ser que la escuela tomaba vida. Las conversaciones silbaron en oídos de los chicos. Desapareciendo el contacto íntimo que sufrían.

El salón se iba llenando poco a poco.

Entre todas las distracciones, el par miraban de reojo al contrario.

Tweek observó su mano, sus dedos... No temblaban.

Cuando el timbre sonó el seguía viéndola, perdido, no miro a Thelman escabullirse al otro lado ocultando el visible ojo morado.








































No más huidas.

Folie à deuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora