Folie à deux

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Cariño

Cariño

Cariño

Estoy aquí.

Cariño

Cariño

Cariño

Te extrañe.

*

Humano, calor humano. Embriaguez emocional hasta el punto de conectar cuerpo y alma al amor de su vida: Craig Tucker.
Pellizcarse no sería suficiente para saber si estaba drogado o no. Entonces recurrió a posar su palma en el pecho del supuesto espejismo y espero el primer latido, bum, la vida que traspasan las pieles fue como una pizca de esperanza.

De inmediato ubicó sus ordes a las contrarias, esas especiales esmeraldas lo observan con cariño excepcional. Ambos están vivos.

Aún con su mano en tórax unos traviesos dedos se escabulleron con los suyos entrelazadose. Por fin, estaban juntos y nada tiene valor alrededor, no importaba que Tweek estuviera sudado y con manchas de vomito, o que Craig tuviera cubierto de sangre.
Por que era Romeo y Julieta encontrando el amor.

Inician lento y terminan rápido.

—Tweek... —al pronunciar su nombre pareciera estalló una bomba con afrodisíaco ya que abalanzó atacando esos labios tan exquisitos y tentadores. El desastre del habitación sería poco al presenciar los actos que presentarían.

Dos bestias en celo luchando por el dominio en la cavidad bucal del otro, con jalones suaves de pelo y el ardor embriagado el lugar, pronto se convertirá en campo de batalla. Mientras Tweek retira desesperadamente aquellas prendas que tanto estorban, Craig se deleita con el salvajismo del rubio.

Un paraíso directo al  infierno.  

Hechizados por la lujuria se hallaban uno sobre el otro en la cama con el azabache descubierto de la parte superior y el rubio con unos botones desabrochados, jadeos y gemidos salían en sus bocas, evaporando el aire. Y en horcadas en las piernas del azabache, una posee algo sugerente para iniciar el coito.

Para ser honestos este par sentían algo más allá de lo carnal, el fervor con el que se tocan como si sus dedos fueran colillas de cigarrillo donde acarician arde como el infierno. El amor que sentían era real.

El fuego y el hielo se sentirán igual.

Jamás hubieran pensado que una tormenta fuera tan sexual, cada relámpago que iluminaba la oscuridad era las velas de su acto pasional. Tal vez afuera todo es sombrío y temeroso pero adentro era una bella pieza de arte en la que aprecias a dos seres amandose a locura. Reviviendo las viejas caricias que los llevan iba y vuelta a la Luna, besos provocativos dando pequeños mordiscosen la lengua, son jóvenes aventureros dentro del éxtasis de la amor. Las mismas frases repitiéndose "Te amo", te extrañe, Tweek, Craig por medio de jadeos.

Saluden a la perversión y ella los recibirá.

Cuando la satisfacción toca la puerta, sólo queda verse perdidamente.

—No quiero estar lejos de ti —pronunció Tweak acariciando el pómulo de su recién reconciliada pareja.— Siento que moriría por ti...

—Como yo mataría por ti, babe. —interrumpió tomando la mano en su rostro llevamdola a sus labios para besarla.— Nadie se compara contigo. Así que huye conmigo Tweek, escapemos del puto pueblo donde nadie no estorde entre nosotros, sólo tu y yo. Esta noche...

Entonces un rayo hablo como señal de futura respuesta, como mosca que cae en miel, Tweek aceptó.

Los estúpidos enamorados se sonrieron con complicidad, y manos a la obra. Buscando sus ropas abandonadas en piso y saliendo del hogar con unas cositas que podrían ser útiles después.

Fue allí, donde la radio canto: "Riders on the storm", bajo el aviso de la muerte.

Te amo.