The final battle.

Cartas

DISCLAIMER: Nada me pertenece, solo mi corazón shipper.

FLASHBACK

Gendry apenas estaba entrando a Desembarco del Rey Y ya lo odiaba. Necesitaba regresar a su casa, con su familia, tenía una maldita opresión en el pecho que lo hacía querer dar la vuelta y volver a Storms End. Lo cierto era que ese lugar se había sentido como su casa o al menos así empezaba a sentirse después de tanto tiempo, un lugar que pudiera llamar propio. Pero la realidad era otra, ese lugar esa su hogar porque Arya estaba ahí, con él, ayudándolo a ser mejor persona y siendo su familia. A él no le hubiera importado seguir en la fragua de Winterfell si eso significara que ella aun estuviera a su lado junto a su hijo.

Pensó en Jon, su pequeño hijo que había dejado con su madre, él era su apariencia completamente, pero algo dentro de él pensaba que había heredado la sangre de lobo de su madre. Pero se sintió feliz al saber que no había guerras, ni asesinos que fueran tras ellos. Jon, su pequeño hijo, tendría una infancia feliz, que les fue robada a su loba y a él. Gendry estaba seguro de eso.

-Lord Baratheon- Ser Davos saludó en la entrada- Es un gusto verte por aquí muchacho. Pensé que te habías perdido- regañó.

-No quería venir si eso es lo que me estabas preguntando, pero bueno aquí estoy. Ahora vamos a entrar que esta ciudad sigue oliendo a mierda.

Ser Davos se rio a carcajadas.

-Tienes razón muchacho, seguimos trabajando por la restauración. El Rey Bran está muy al pendiente de la gente, está haciendo lo mejor que puede.

-Estoy seguro de eso.

-¿Cómo estás las cosas en Storms End?

-Como pueden estar en estos días, muchas peticiones, quejas y asuntos que requieren la atención de su Señor.

-O sea que les haces mucha falta a tus habitantes por lo que veo- Davos dijo mientras alzaba la ceja.

-Oh no, para nada. Ellos tienen a Arya. Y los Siete saben que ella es mejor que yo en eso.

-¿Han aceptado seguir las órdenes de Lady Arya?- Davos preguntó intranquilo.

-No es que les estemos preguntando la verdad. Ella y yo somos iguales en todo. Y así se los hemos hecho a saber.

-¿Cómo está el niño?

La cara de Gendry se iluminó.

-Creciendo Ser Davos, maravillosamente bien.

-¿Y el matrimonio?

-Me gusta. Digo, es muy interesante ser el esposo de Arya Stark. Nunca tienes un momento aburrido.

Ambos hombres sonrieron. Hasta que llegaron a la sala del trono donde los esperaba el Rey Bran.

-Mi Rey- Gendry se arrodillo frente a Bran- Estoy tan contento de estar aquí para servirte lealmente.

-Gracias Lord Baratheon- Bran dijo mientras le decía que se levantara- Es muy satisfactorio verlo por aquí. Ser Davos si pudiera acompañar a mi buen hermano a sus habitaciones para que se ponga cómodo. Tendremos nuestra primera reunión más tarde.

-Por supuesto Su Gracia- dijo Ser Davos.

-Ah y ¿Gendry?

Gendry volteó ante la informalidad del Rey.

-Vas a tener que demostrar pronto el lema de tu casa. "La nuestra es la furia".

Gendry parpadeó confuso.