Starker Week 2019

~ You are my Hero ~

Día 16: AU sin poderes.

Correr, correr, correr, vuelta a la derecha, correr, otra vez vuelta a la derecha y listo. El gran edificio Stark se alzaba ante él.
Entró saludando a Bethy, la recepcionista y corrió al elevador de la derecha poniendo su huella digital.

Mentiría si dijera que no estaba nervioso, porque ¡por Dios! estaba lo que le seguía. Trató de arreglar su saco rojo quitando cualquier rastro de arrugas y secó el sudor de sus manos en su pantalón negro.

—Si me lo permite, creo que se ve genial señor Parker.

—¡Jarvis! —gritó Peter sorprendido volteando al techo.

—El señor Stark ya lo espera en la sala.

—Gracias Jarvis —contestó nervioso acomodando su cabello por octava vez.

—Detectó sus niveles subiendo ¿se encuentra bien señor Parker?

—B-bien, bien, excelente. Nunca he estado mejor.

Inhaló profundo en cuanto el elevador marcó un piso antes de su destino, retuvo el aire y exhaló en cuanto las puertas se abrieron dándole la bienvenida al hogar del señor Stark. Dio un paso temeroso dentro, notando como sus viejos tenis no encajaban en ese piso. Se acobardó por un momento sopesando la idea de regresar al elevador y volver a casa con alguna excusa, fue entonces cuando una voz lo sacó de su conflicto.

—¿Peter?.

—¡Señor Stark!.

—Te ves hermoso pero ¿vas a pasar o voy a tener que pedir que muevan la cena hacia acá? —el mayor rió al ver la vergüenza en la cara del chico—, no me molestaría cenar en el elevador, sería algo...tentador. En fin, por aquí —le indicó dándose la vuelta.

Peter sabía que Tony Stark era un hombre sarcástico a la hora de hablar y un tanto coqueto, lo había visto desde el primer momento en que lo conoció cuando fue ganador de la beca Stark. Y lo sabía desde que ese hombre de negocios y Dios de la ciencia y tecnología, se volvió su ídolo a los cinco años. No en vano pasó gran parte de su juventud viendo entrevistas, imágenes y noticias sobre él. Y ahora que estaba en la universidad agradecía poder verlo en persona.

Su amor por él a sido una de sus investigaciones personales más complejas, era un chiquillo aún de diecinueve años que sólo había tenido dos relaciones en su vida, ambas infructíferas. Sin embargo, había visto su amor por el mayor pasar por varias facetas y matices desde la curiosidad, admiración, atracción y amor. No falta decir que aceptar que era amor le costó horrores, porque por favor, era un novato en esa área ¿qué iba a saber él de amor?, pero entonces pasó. Hace tres meses su tía May tuvo un accidente, un loco al volante. No tenían dinero para cubrir los gastos del hospital y mucho menos seguro, su tía sólo había tenido trabajos menores y esporádicos, nada fijo y él no tenía trabajo. Acaba de terminar la escuela y había logrado ganar una beca de Industrias Stark para pagarse la universidad, además de poder trabajar como pasante con científicos estrella y el mismísimo Tony Stark, era obvio que su golpe de suerte en la vida ya lo había gastado. Había dejado de ir a la escuela buscando opciones viables y tratando de pedir préstamos al banco, pero perdió la cuenta de cuantos lo habían rechazado por la edad y por no tener un aval o trabajo, el cual pensó en conseguir, pero no se necesitaba mucho cerebro para saber que los trabajos que él podía conseguir no pasaban del salario mínimo, él necesitaba el dinero ya. Y justo cuando estaba por volverse loco y vender su riñón en el mercado negro o buscar trabajos de mala fama e ilícitos, su héroe llegó. Así es, el chofer del señor Stark, Happy quién a veces le llevaba churros cuando Tony mandaba por él, había llegado a su puerta diciéndole que Tony Stark quería verlo. El silencio de cuando llegó a la torre del señor Stark había sido extrañamente incomodo y nada normal, por lo regular el mayor se encargaba de cubrirlo con pláticas o chistes y Peter no paraba de balbucear y hablar hasta por los codos, fue entonces cuando Tony le preguntó, nada discreto, cómo había estado su tía estos días. Peter sabía de qué iba eso, lo que no sabía es cómo el señor Stark se había enterado.