Starker Week 2019

~ I'll always come for you ~

Día 15: Reunión.

Y que el capitán lo perdonara por su lenguaje pero, si ése hijo de perra creía que podía entrar a su casa y raptar a su marido estaba muy equivocado, porque nadie dañaba lo que era importante para Peter Parker y salía impune.

No es que no confiara en las habilidades de Tony. Sabía que él era perfectamente capaz de salir de esto por su cuenta, era sólo que ése mal nacido se lo había llevado bajo su guardia y él no se quedaría sólo esperando. Iría y se encargaría del duende verde por si mismo.

Tony y él sabían que eso podía pasar en cuanto decidieron decirle al mundo que aquel joven con quien Iron Man se había casado hace un par de años, y quien ahora poseía la confianza necesaria para decirle al mundo quién era, no se trataba de otro que el amigable vecino Spiderman.
Lo que sí no esperaban, es que al minuto de haber regresado a su casa después de haber hecho todo público, el reciente némesis de Spiderman alias el duende verde o como el mayor solía decirle "Miss Green-Scorp", entrara por una de las ventanas y se llevara a Tony. Eso sí no lo vieron venir, porque de haberlo hecho, Peter sabía que habría podido con él. Sino que les preguntara a los muchos y muchas que lo habían intentado.

Tomó impulso una última vez para romper la ventana de un edificio viejo, «tan cliché» pensó rodando los ojos, donde según Karen el localizador de Tony decía que él se encontraba. No es que Peter se hubiera vuelto un controlador, no, claro que no, es sólo que había visto las suficientes películas para saber que los localizadores siempre eran útiles.

—Viniste —soltó Tony desde el suelo, con sus manos y pies inmovilizados con cuerdas.

—Me cansé de esperarte —dijo Peter quitándose la máscara, luego le guiñó uno de sus hermosos ojos café—. Muy bien señor Osborn, devuélvame a mi esposo y finjamos que esto nunca pasó, incluyendo las ataduras bondage que le a puesto. Prometo que no le diré a Harry ni a su esposa mañana en la cena —comentó volteando a ver al duende verde como si apenas lo hubiera notado.

Si no fuera porque Norman Osborn llevaba una máscara, de la más baja calidad según Tony, apostaría su colección de legos a que estaría con la cara más sorprendida que haya visto por un tiempo. Peter podría decir que no lo gozó, pero estaría mintiendo.
Entonces Tony y él esperaron, esperaron y...

—Cómo lo....

Ahí estaba. Ambos voltearon a verse sonriendo mientras pronunciaban «Contactos».
Todo descubierto gracias a los "contactos" de su millonario y encantador esposo.

Y sí, habían planeado ese momento desde que se enteraron que el padre de su mejor amigo, con quien cenaba por lo menos un par de veces al mes y quién elogiaba su gran mente, era el mismísimo duende verde que había aparecido hace poco tiempo y que sólo llegaba a exasperarlo. Era el típico villano. Peter creía que si hubiera llegado antes, cuando él aún era el amigable vecino aprendiendo a colgarse de los edificios y a tener los pies en la tierra, probablemente le hubiera causado problemas. Pero no al joven que hoy en día era y no al que había peleado en la guerra del infinito. Además, le faltaba malicia para esas cosas, si bien era un hijo de... era intolerable con su hijo, no tenía a la maldad completamente consumiéndolo, al menos no aún.

No sé hubiera atrevido a faltarle al respeto al hombre de haber estado en su faceta como civil, pero después de haberle dicho al mundo quién era en realidad parecía que lo había envalentonado para hablarle así al señor Osborn, solo esperaba que mañana en la cena no tratará de envenenarlo o de azotarle la puerta en su cara.

Entendía el por qué del odio del duende verde o mejor dicho el papá de uno de sus mejores amigos en la universidad. El hombre no era alguien de paciencia y cuando se enteró que el arácnido que le jugaba bromas pesadas en los combate era el mismo chiquillo que había rechazados dos veces un trabajo en su empresa y por si fuera poco comía con su familia al menos una vez a la semana, era de esperar que estallara en ira.

Intercambió un par de golpes con el señor Osborn antes de inmovilizarlo y mandarlo a su mansión con una de sus armaduras en forma de araña que había construido.

—Esperemos que esto no se repita señor Osborn —le gritó el chico por la venta despidiéndolo con un movimiento de mano. Luego volteó a ver a Tony quién quitaba los restos de cuerda de sus manos.

—Tardaste un poco más de lo que pensé, incluso creí que me habías abandonado con un intento de duende navideño —se quejó el mayor.

—Pensé que podrías con él.

—Oh por supuesto que podría con él, sólo esperaba ver cómo resolvías esto.

Peter le regaló una de esas sonrisas que tanto amaba Tony, con la que podías compararla con el mismísimo sol y con la que los ojos de su chico se estiraban creando pequeñas arrugitas en los laterales.

—Siempre vendré por usted señor Stark —dijo el menor abrazando la cintura de su pareja—, sin importar qué difícil sea llegar a usted, pero eso no quiere decir que no tenga mi diversión en el proceso —soltó el castaño robándole un beso.

Puede que estuvieran un poco cursis en este último tiempo, tanto que Happy había decidido irse a trabajar con el Capitán Rhody abandonándolos, pero se encontraban en los mejores años de su matrimonio y ni Peter ni Tony pensaban desaprovecharlos así tuvieran que luchar contra nuevos villanos e incluso las burlas de sus amigos. Ellos siempre irían por el otro sin importar los problemas que encontrarán en el camino o la dificultad, siempre encontrarían la manera de reencontrarse una y otra vez.