~The best always comes at the end~

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Día 18: Mucho fluff en la trama hasta que duela.

Lo primero que vio Tony al despertar fue el hermoso lago fuera de su casa, intentó moverse pero su brazo estaba siendo aplastado por una cabeza ajena, Peter. Se acomodó mejor en el pequeño sofá tratando de no despertar al castaño y pasó una mano por su rostro tratando de alejar los restos del sueño, luego bajó su mirada a la cara de Peter sintiéndolo respirar sobre su cuello.

Todo iba tan bien que Tony se sentía abrumado, temía estar en una ilusión, un trance al que se hubiera inducido a si mismo para apartar todo lo malo del mundo. Aunque puede que por eso estuvieran ahí, porque Tony quería alejar a Peter de todo el mal del mundo. Él quería crear una armadura que cubriera al mundo, lo intentó y falló. Sólo quedó crear una armadura que cubriera a las personas que amaba, su mundo, principalmente ese chico entre sus brazos y que le había hecho ver la vida con otros ojos. «Oh Peter, tú al final sí eras muy especial» pensó pasando su mano por los rizos del menor. Peter bostezó abriendo sus enormes y hermosos ojos café, Anthony nunca se cansaría de ellos.

—Tranquilo Bambi, no quieras comerte al mundo, no aún —le dijo el mayor con una suave risa al verlo bostezar, Peter también rió—. Lo siento, te desperté —besó su frente.

—Está bien —murmuró el chico somnoliento, disfrutando del beso—, ¿qué hora es?.

—No lo sé, pero el sol se está ocultando. También acabo de despertar —contestó Tony recargando su cabeza contra la del chico, viendo hacia el ocaso.

Ambos observaron en silencio al sol ocultarse tras los árboles, escucharon el sonido de los pajarillos silbar dentro del bosque y el crepitar de la leña en la chimenea.

—¿Tienes frío? —preguntó el mayor acariciándole el brazo.

—No, estoy bien. Quédate otro rato—pidió Peter abrazándolo. Tony bajó su cabeza enterrando su nariz en el cabello del menor, éste rió—. Me haces cosquillas —se quejó volteándolo a ver. El contrario acarició su nariz con la suya un par de veces y luego la besó.

Besó su frente y rozó sus labios en la piel del chico, su chico, hasta llegar al párpado más cercano a él, donde depositó otro beso y luego bajó a besar su mejilla derecha. Acarició la mejilla de Peter viéndolo a los ojos, Tony creyó ver un universo en ellos y Peter pensó lo mismo. El mayor continuó con su recorrido de besos del lado izquierdo hasta llegar a los labios del castaño, rozó sus propios labios con los del menor y se alejó unos milímetros para luego volver a rozarlos. Cualquiera que lo viera se desesperaría pero la cosa aquí es que Tony tenía que asegurarse de que eso fuera real, que ese momento era real, que todo había acabado. Y si ese era el final, podía decir que las personas tenían razón al decir que "lo mejor siempre viene al final" pues su final del camino era Peter, no podría haber pedido mejor final porque para él, Peter era la persona más especial.

Empezó un beso lento, disfrutó la textura de los labios ajenos, su suavidad, el momento y cuando el menor empezó a pedir por más, profundizó uno de tantos besos. Acarició la lengua ajena, las mejillas de su chico, sus rizos, sus brazos, su espalda, incluso sus piernas. ¿Cuándo había acariciado a alguien así? Tan puro y sin obscenidades. Probablemente nunca y a nadie. Peter le había enseñado tantas cosas y entre esas a amar, Tony definitivamente no se consideraba una persona romántica pero en cuanto había caído por el chico descubrió una faceta de él que nunca creyó posible y aquí estaba, besando y acariciando a una persona sin dobles intenciones, sólo disfrutando el momento sin pensar si se acabaría el mundo al segundo siguiente. Pero sabía que nunca sería tiempo suficiente, «El tiempo es una molestia» es lo que Tony creía, pues lo que más le faltaría sería tiempo para besar y acariciar a todas las partes hermosas y no tan hermosas de Peter, porque él nunca se cansaría de ello.

—Podría bajarte al cielo —le susurró y Peter rió por su ocurrencia—. Es enserio, sabes que hablo enserio, ¿quieres una roca lunar, un asteroide, tal vez un pedazo de estrella? sólo pídelo.

—No podrías bajar una estrella —dijo Peter.

—Soy Tony Stark y si la persona más especial para mí me pide una maldita estrella, bajaré una maldita estrella así sea lo último que haga y sabes que lo haré así que piénsalo bien, ¿quiénes una estrella?.

Peter posó sus manos en ambas mejillas de Anthony, tomándose su tiempo para acariciarlas antes de responder.

—Ya tengo una estrella Tony. De hecho tengo todo lo que podría querer del universo frente a mí — pronunció Peter mirándolo a los ojos—. No hay nada más, nadie más... nadie es como tú.

Tony sintió que el aire lo abandonaba, lo había agarrado con la guardia baja.

—Peter ¿te he dicho qué tú eres todo para mí? —comenzó el mayor.

—Tony no tienes que...

—No —lo interrumpió—. Tengo que, déjame decirte todo lo que siento al menos ésta vez porque nunca lo he dicho y siento que necesito decirlo, aunque no hay palabras para explicártelo, Peter. Lo que siento por ti no puede ponerse en palabras, nunca alcanzarían para decirte lo mucho que significas para mí, que ya eres parte de mi vida, eres mi vida y lo siento no hay nada que yo pueda hacer si piensas escapar de ello...

—Tony, yo no...

—Shh shhh, no me interrumpas Underoos —se quejó Tony—. Lo que quiero decir es que eres la persona más importante en mi vida, los sentimientos que siento por ti arden en mi pecho como un concierto de AC/DC y si te soy sincero eso me aterra un poco —bromeó el mayor—. Peter, quédate conmigo, quédate cerca de mi. Espere mucho por ti, por encontrarte.

—Amor no tengas miedo —le dijo Peter tomando su mano—. Te amaré por mil años y tal vez más, nunca me iré.

—¿Eso es todo? —bromeó Tony.

—Te amaré por tres mil años —concedió el castaño y el amor de su vida siguió viéndolo—. ¿Qué te parece tres millones?.

—Creo que podríamos discutirlo y manejarnos con ello —rió Tony acercándolo más a él—. I love you three thousand Peter —murmuró sobre sus labios.

Starker Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora