~ Whatever it takes ~

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Día 19: Fix-it.

Si le hubieran dicho a Tony que el amor de su vida, la persona que le complementaba perfectamente y que creyó no existía, estaba justo enfrente de él todo ese tiempo, probablemente se habría reído y se habría acostado con alguien de esa fiesta, porque definitivamente habrían estado en una fiesta. Él no creía en el amor o al menos creía que éste nunca estaría en su vida, para él el amor era una fantasía, un juego de niños. Su familia tenía esa maldición, las personas nunca captaban su atención el tiempo suficiente y la larga lista de personas con las que había salido y probablemente se había acostado, daban fe de ello.

Juraba que no pedía mucho, bueno no, al principio sí, pero cuando los años pasaban y nada lo satisfacía, Tony tuvo que bajar sus estándares a un nivel que le hacía doler la cabeza, lo había intentado con todo. Desde hombres a mujeres, más jóvenes y mayores que él, inteligentes, genios, filántropos, sin distinción de raza o color, con poco cerebro e incluso habladores o sólo personas que consideraba como accesorios, siempre y cuando no abrieran su molesta boca para cosas que no fueran dentro de una habitación, pero nada. Nada lograba retener su atención, muchos de ellos le habían gustado, lo admitía, pero sólo era eso...gustar.

Gustar así como le gustaba ir a fiestas y ser el centro de atención o el tipo de gustar como cuando no tenía reuniones y podía encerrarse en su taller, el tipo de gustar así como te gusta un color o una comida. Al principio todo era interesante, pero con los años la misma rutina empezó a aburrirlo, todos caían ante él con tan solo decir que su apellido era Stark, aunque lo peor de todo es que muchos pasaban de su nombre y él era más que un apellido. Un apellido el cual lo acompañaba una bonita empresa, dinero o lujos, las personas lo sabían y por ello no se tomaban la molestia de recordar que su nombre era Anthony o Edward. Y no es que le molestara del todo, la verdad es que todos tenían razón, él amaba ser el centro de atención pero cuando las noches en solitario llegaban y su amiga llamada Ansiedad lo acompañaba, todo era parte de la misma mierda.

Él necesitaba de formas que nadie entendía a alguien a quien anclarse, aferrarse, alguien que él supiera que sin importar que mierda de persona fuera, nunca lo abandonaría y el trataría de ser mejor por el o ella. Porque vamos, si de hablar de personas que lo habían abandonado o traicionado se trataba, él llenaría el Empire State de nombres. Estaba harto para ser sinceros, porque sin importar que tanto las personas aclamaban amarlo, quererlo o incluso admirarlo la mayoría terminada decepcionada al saber que debajo de ese traje sastre o de metal, se encontraba una persona normal con dolencias y errores, sí, errores y defectos aunque él odiara admitirlo y probablemente nunca lo haría enfrente de nadie. Tenía dos vivencias que lo habían dejado muy marcado como para nunca abrirse o dejar ver al verdadero él.

La primera fue con una mujer, y cómo no, muy suave y comprensiva que lo había engatusado con sus dulces palabras pero cuando la mañana llegó y él pidió algo para comer, lo primero que le preguntó esa extraña al ver sus hamburguesas con queso favoritas fue si se estaba burlando de ella. Claro que le respondió sinceramente que no, entonces ella alegó que no quería gastar dinero en ella y lo acusó de avaro cuando unas horas antes clamaba no tener intenciones en sus ganancias. Cuando la mujer comprendió que él no bromeaba y que en verdad había ordenado hamburguesas, lo miró con una cara de decepción antes de tomar sus cosas e irse. Tony había visto muchas de esas miradas.

La segunda fue cuando sus pesadillas y terrores nocturnos lo atacaron en plena madrugada en un hotel con alguna mujer, cuyo rostro y nombre había olvidado hace mucho, que se había despertado por los gritos de sus pesadillas. No falta decir que ésta se levantó molesta, le gritó unas cuantas cosas a la cara y lo abandonó en plena crisis de ansiedad en una fría habitación de hotel. A partir de ese día aprendió a irse antes de que su pareja despertara, nada de dormir en lugares ajenos.

Starker Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora