¿Qué tan fuerte tiene que ser este amor, para superar las adversidades y problemas del pasado, presente y futuro?.
SEGUNDA TEMPORADA, primera parte en perfil.
¡POR AHORA NO ES NECESARIO LEERLOS LIBROS EN ORDEN PARA EL UNIVERSO COMPARTIDO!
DEDICO ESTE PRECIOSO PRIMER CAPÍTULO A MIS BEBÉS DE WHATSAPP: S7aja8 @obsesionpeligrosa @LunaRangel @Izzy_bell_0_0 @aquamar_05 @luchi_revu @NikyP06 @cheeshiiree_ @ACBR1124 @infinitypop @winifferavila M1k4344 @7celeste7
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La conversaciones en la mesa fluía con naturalidad, a pesar de la falta de entendimiento hacia tres de los novios de la morena, la familia Dominguez-Alvarez, se encargaba de integrarlos lo mejor que pudieran. O al menos, la mayoría.
La familia estaba tan feliz por el regreso de uno de sus miembros, además de lo intrigados que estaban con todo el asunto de "los novios gringos de la niña". Que decidieron omitir la edad de estos, y todo lo que pudiera resultar incómodo durante la convivencia(claro que luego de haberlos llevado al bosque y amenazarlos un "poco).
O al menos esto era por la mayoría, ya que la matriarca ignoraba completamente su presencia, hacía como si no existieran (por el momento).
—Esta es la mejor carne, que he probado en mi vida, señor Álvarez.— elogió Ares, con la boca llena, haciendo reír a Rosa y recibiendo un puntapié en la pantorrilla de parte de Brad.
—Muchas gracias muchacho, pero imagino que allá deben de tener carne muy buena.
— No te creas tío, allá la carne es bastante fea.—contestó la joven, haciendo un gesto de desagrado.
—Jm— un ruidito de ironía salió de la garganta de la madre de Rosa, por lo que varios la miraron, pero ella solo hizo como si no hubiese pasado nada, y continuó apuñalando su carne con el ceño fruncido, ignorando a los chicos Taylor.
—Bueno...—dijo la chica mirando a su madre con extrañeza. Carraspeó su garganta y miró de nuevo a su tío.
— Bueno, cuéntame amor ¿Que tal el instituto?.— preguntó su madrina con cariño.
— Seguro vas a uno re cheto*, con casilleros y todas esas boludeces*.— opinó su primo en gesto de broma.
Los chicos estaban un poco desorientados en cuanto a tratar de descifrar ciertas cosas que hablaban, entre el español argentino y el castellano de la madrina de Rosa.
— Y, no se Agus, pero voy a uno de Estados Unidos, que es la reino de lo cheto ¿vos qué pensás?.— ironizó la mayor llevándose comida a la boca.
— Bue, banca milipili.
— ¿Qué decís pelotudo? ¿Qué te pasa Mamerto?.
— Haber haber chicos, se dejan de romper las pelotas, porque estamos cenando con en familia. Tenemos invitados ¿Qué van a pensar de nosotros los gringuitos si pelean de ese modo?— ambos menores fueron rápidamente reprendidos por el mayor de los Álvarez— Acá, el único lugar para peleas, es entre de su tío y yo cuando ya estamos borrachos.
