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Ciudad de Seoul, Corea Del Sur
Marzo del año 2000
Mansión de los Lee
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Ji Hye venía del sótano y caminando hacia la sala de estar con pasos muy lentos pareciendo algo cansada por haber subido las escaleras por tercera vez en menos de 20 minutos cuando se encontró con la figura de su futuro esposo que acababa de entrar a la casa después de salir de su oficina en la empresa.
—¿Encontraste a la bastarda? —inquirió la azabache, echándole a éste una mirada ansiosa y preocupada, mientras el hombre dejaba sus llaves sobre la repisa que estaba próxima a la entrada principal.
—¡Pero que modales...! Pareciera que una bastarda es más importante que yo —reprochó Nam Goong Min esbozando una media sonrisa con un atisbo de burla, mientras se sacaba la chaqueta después de haberse aflojado la corbata—, ¿es que acaso no merezco ni un saludo después de todo lo que hago por ti? —cuestionó con una con sonrisa aún más burlesca acercándose a su vieja amiga y futura esposa.
—No has hecho nada que no sea para ti mismo Nam. Mientras yo estoy sacrificada soportando a Ji Eun-ah, sus pesadillas y sus infinitas sartas de preguntas. Ahora resulta que tiene fiebres y está pasando por algún proceso viral, no sabes lo molesto que es tener que bajar cada 15 minutos para ver si no se ha muerto—. La mujer hizo una pausa, luego de liberar un sonoro suspiro—. No veo la hora en que cumplas con lo que me prometiste —farfulló la pelinegra cruzándose de brazos y empezado a dar pasos hacia el enorme y elegante mueble de tres plazas de la sala principal.
—Paciencia, no es tan fácil hacerlo como decirlo —trataba de tranquilizarla Nam Goong Min con su voz calmada y despreocupada, mientras seguía los pasos de la mujer—. Prefiero tomarme mi tiempo y hacerlo bien antes que precipitar las cosas y que todos nuestros planes se vayan a la mierda. No puedo darme el lujo de equivocarme, si lo hago al menos una vez, puede que todo lo que hemos construido sencillamente se derrumbe.
—Tienes razón. Pero, ¿por qué es tan difícil encontrar a la maldita bastarda antes de que se termine de morir? —se preguntaba en voz alta la mujer mientras que con la gracia de la realeza se sentaba en el gran sofá—. La última vez, me dijiste que debe estar ingresada en algún hospital de mala muerte. ¿Cómo es posible que no encuentres su rastro?
—No perdí su rastro... creo que la hermana de Ji Eun...
—¡Que no es su hermana! —reprochó levantando la voz y mirando al hombre con cierto matiz de desafío mezclado con rabia.
—Está bien, está bien, por favor, disculpa mi torpeza —se excusó luego de haber tomado asiento justo al lado de la elegante mujer—. Decía que a la hija de tu ex-sirvienta la tienen en una casa, ya he confirmado que no está ingresada en ningún hospital, como yo creí que era lo lógico. Pero, no me detendré ahora que puedo encontrarla y como ya sabemos, a esa niña no le queda mucho tiempo de vida. Está desahuciada, su leucemia ya ha tomado ventaja de todo su sistema orgánico, no hay oportunidad para ella. No entiendo cómo una madre prefiere ver morir a su hija antes que tirar su orgullo, no pasaría algo peor que eso si ella dijera la verdad, a menos que el esposo le dé por querer matarla, claro. Pero, Si ella dijera a su esposo muerto de hambre que el verdadero padre de esa niña era tu cuñadito, le habría podido salvar la vida y también habría sacado mucha ventaja de eso.
—¡Si ella hiciera eso, nuestro plan...
— Se iría a la mierda, sí —Goong Min terminó la frase por la pelinegra. —, pero eso no pasará, ya me aseguré de comprobarlo. Esa mujer es demasiado orgullosa, además, eso es lo que ha demostrado hasta ahora...ya ha llegado muy lejos, si antes no habló cuando podía salvar la vida de su hija, no creo que le sea de utilidad decir algo ahora cuando ya es tarde.
—Entonces estaremos listos para desenterrar y hurtar el cuerpo de la bastarda luego de que la entierren. Si es que no te equivocas con eso de que esa familia tenga algo en contra de la incineración de los cuerpos.
—Ya te dije, estoy cien por ciento seguro de que no será cremada o incinerada. Será el plan perfecto — aseveró Goong Min con una autoconfianza algo teatral—. Reconocerás a ese cuerpo como a Lee Ji Eun, nadie dudará de que se trata de otra persona, porque me aseguraré de que su rostro quede irreconocible, además, llevará el uniforme del colegio de tu sobrina.
—Eso suena más fácil de lo que parece, pero eso no es lo realmente me preocupa —dijo escéptica la pelinegra.
Cuando hagan la prueba de ADN coincidirá al menos con el de su padre, porque tú te encargarás de oponerte a que remuevan las cenizas de tu hermana para esa prueba. Entonces se cumplirá tu deseo de confinar a Ji Eun-ah hasta la mayoría de edad tal como planeamos. Ya que quieres cumplir la maldita promesa a tu madre de cuidar a la hija de tu hermana si ella moría primero.
—Eso es cosa mía... —Se defendió la pelinegra poniéndose muy seria mientras desviaba la mirada hacia el lado contrario de su interlocutor—, aunque, ya no estoy tan segura de si soportaré hasta que la mocosa cumpla la mayoría de edad —agregó la pelinegra cruzando las piernas elegantemente regresando la mirada hacia el rostro de compañero.
—¿Tan lejos quieres ir por una maldita promesa con tu madre y tu hermana? —preguntó el castaño mirando a su novia con recelo y curiosidad.
—No es tanto por la promesa, también disfrutaré hacer que la hija de Ji Woo se sienta tanto o todavía más miserable de lo que ella me hacía sentir a mí. —aclaró algo titubeante mientras se acariciaba su propio cabello.
—¿Y cómo sabes que no se pondrá en tu contra cuando la liberes? y quiera reclamar su herencia, ¿cómo sabes que no te va a hundir? —quiso saber el hombre elevando una de sus cejas.
—Ella es solo una niña y mientras vaya creciendo yo me encargaré de meter en su cabeza que yo siempre fui la dueña de todo, es decir, la casa, las empresas y le diré que su madre solo me ayudaba. Pero para lograr eso necesito confinarla tal como está ahora, para que el proceso de lavar su cerebro sea un trabajo más fácil y llevadero para mí. Pero eso no es lo más urgente. Necesito que hagas tu parte primero y rápido.
—Y lo haré, ten paciencia.
—Tengo mis motivos para ya no tener paciencia, la policía está haciendo una búsqueda exhaustiva de Ji Eun. ¿Cuánto tiempo más tú crees que pueda soportar los nervios?
—Tranquila, ya han buscado en toda la casa, inclusive en el sótano queda debajo de la cocina. Y te recuerdo que ellos nunca sabrán que hay un segundo sótano debajo de la sala porque no está en los planos de la mansión. Ya no se les va a volver a ocurrir buscar nuevamente aquí. Cuando crean que encontraron a Ji Eun-ah será el cuerpo de su hermana bastarda al que reconoceremos.
—No veo la hora de relajarme con este asunto de la policía, la incertidumbre me tiene con los nervios a flor de piel. Goong Min, si cumples mi deseo, yo cumpliré el tuyo y nos casaremos cuando tú digas —ofreció la novia con sumo interés dejando reposar sus dos manos sobre el antebrazo de su novio.
—Entonces... ve preparando las invitaciones, porque me gustaría que fuera en dos meses —se sinceró el novio, evidentemente muy emocionado—. El 20 de mayo, no, no, espera, ese día es el aniversario de muerte de tu hermana, tu cuñado y sus dos mejores amigos —recordó pegándose un suave manotazo en su propia frente con un dejo de burla en su expresión—, pero me conformo con el 10 de mayo... ¿te parece? —propuso mientras se acercaba demasiado al rostro de la pelinegra.
—Mhm. Será como tú digas, siempre y cuando acabemos pronto con esta maldita situación —respondió Ji Hye mientras se dejaba llenar la cara de besos y sensuales lamidas por su prometido.
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𝓛𝓪 𝓬𝓱𝓲𝓬𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓪𝔃𝓸𝓽𝓮𝓪 [ IU x JJK ]
FanfictionDespués de haber pasado su juventud viviendo un eterno encierro en un sótano, Ji Eun por fin es libre, pero las complicaciones y las ataduras de su pasado no le permiten vivir la vida sincera que en verdad le gustaría llevar. Mientras estuvo encerra...