Capítulo 16. Doble Humillación

143 8 0
                                    

Cap 16. Doble humillación

"Sólo yo sé el terrible martirio que sufriremos" Draco chistó con impaciencia y arrugó el pergamino, volviendo las oraciones un jirón de tinta difusa.

(. . .)

El bullicio matutino del Gran Comedor se intensificó cuando cientos de lechuzas entraron a repartir el correo. Marcus Flint le mostraba a Draco Malfoy con total seriedad un pergamino de maniobras de Quidditch.

̶Tengo todo calculado. Sé que este año será nuestra victoria. ̶ habló Marcus con bastante ánimo. Draco soltó un distraído "umjú" en señal de asentimiento. Con un sonido sordo, un cuervo aterrizó frente al rubio y chilló ruidosamente. Draco frunció el ceño y empezó a desanudar el paquete que traía. Hace semanas que no tenía noticias de su madre, tampoco de la tarea que ella debía encargarse, esa que se supone les salvaría la vida a ambos.

̶Alas negras, noticias peores. ̶ comentó Flint mirando críticamente al pajarraco. Extendió una mano hacia una de sus alas y el cuervo lanzó un chillido de dolor y se estremeció. Ahora que lo notaba, el ala derecha del cuervo estaba completamente chamuscada; hasta se lograba vislumbrar el pellejo quemado. Draco por su parte, abrió con desconfianza el paquete y descubrió que sólo se trataba de un diminuto frasquito de poción oscura; con una pequeña nota:

Bébela cuando estés listo para hablar.

L.

Contuvo las ganas de lanzar un bufido y verterle el líquido a alguien en el jugo. Tenía esperanzas de que se tratara de su madre, la cual guardaba un constante silencio que lentamente lo empezaba a atormentar. Sin embargo, sólo se trataba de su padre intentando hacer las paces con él.

̶¿Qué decías del cuervo? ̶ quiso saber mientras se guardaba el frasquito en el bolsillo. Marcus le regaló un trocito de carne al ave y le mostró el ala chamuscada a Malfoy.

̶Algo extraño está pasando en el colegio. El otro día fui testigo de cómo una lechuza se mataba intentando entrar a los terrenos del castillo. En la lechucería, más de una está herida. Y este cuervo llegó por poco. ̶ explicó Flint, estudiando cómo el cuervo lograba despegar de la mesa.

̶Nunca había visto nada parecido. ̶ contestó Draco. Sin embargo, seguía igual de distraído. Su mirada danzó por lo largo del Salón y se detuvo unos instantes en la mesa de Gryffindor. Buscó a Hermione entre la pila de leones y la encontró fácilmente en una esquina, hablando con Potter y Weasley. Esta acción poco a poco se volvió costumbre, sobre todo después de descubrir que le gustaba observarla detenidamente sin que ella se fijara. Marcus Flint lo estudiaba a él con interés.

̶Deberías darle un respiro. ̶ comentó en tono casual. Los ojos de Draco se movieron lentamente hasta el rostro de su amigo, con un semblante inexpresivo. Marcus se encogió de hombros. –Lo siento, Malfoy. Pero hasta un troll lo notaría. –

̶¿Ahora eres investigador, acaso? ̶ preguntó con cinismo. Clavó con enojo el tenedor en la tostada y siguió comiendo.

Marcus rió. ̶No estás acostumbrado a esa clase de... sentimientos. ̶

̶Ocúpate de tus asuntos, ¿quieres? ̶ gruñó Draco con antipatía mientras su amigo volvía a encogerse de hombros.

Al otro lado del Gran Comedor, Hermione discutía fervientemente con sus dos amigos. Ron la observaba con ojos entrecerrados pero Harry parecía imperturbable.

̶El diario, el anillo, el guardapelo, la serpiente, algo de Ravenclaw, algo de Hufflepuff... ̶ susurró la castaña contando con los dedos. ̶¡Estoy segura que es eso, Harry! Coméntaselo a Dumbledore. Puedes revisar si quieres, pero lo único de gran valor de Helga Hufflepuff es esa copa, La Copa de la Sabiduría o La Copa Mágica, como otros libros dicen. ̶

Trampas de un Amor Prohibido. DrHrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora