La Casa de los Gritos

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El primer fin de semana del nuevo año un grupillo de estudiantes bastante abrigados salía del castillo rumbo al pueblo de Hogsmeade. La brisa era tan fría que congelaba los rostros destapados de los más valientes. Hermione caminaba animadamente con sus dos mejores amigos y Hagrid, quien no le daba vergüenza recitar una vieja canción en el idioma de los gigantes. Algunos chicos reían al escucharlo. El grupo de Slytherin en cambio, pasó de largo dirigiéndoles miradas irritantes. Hermione vio como Draco iba de manos agarradas con Pansy. El rubio se atrevió a dirigirle una breve mirada antes de desaparecer con sus amigos. La Gryffindor suspiró, pensando en la última charla que había tenido con el chico. En realidad pensaba en él todas las noches. El alejamiento instantáneo de ambos había incitado a  Hermione a tenerlo de nuevo. Era tan grande el deseo, tan funestas las ganas que le tenía a Draco que había dejado de creer en que éste la buscaba solo por Potter. No le importaba, de todas maneras siempre supo que todo ese asunto con el rubio era algo enfermo e insano. Después de meditarlo mucho, reconoció que ninguno de los dos confiaba en el otro. Ese era el problema. Él no confiaba en ella; el sólo nombre de Harry bastaba para cegarlo por completo. Y ella no confiaba en él; consideró un poco obvias las razones. Además, su cuerpo traicionaba a su sentido común, porque en lo único que podía pensar era en estar con él en una cama de nuevo. Después podrían usar la boca para una terapia de pareja, suponiendo que fuera necesario.

-¿En qué rayos estás pensando, Hermione?- la castaña se sobresaltó ante la pregunta de Ron. Se miraron confundidos unos segundos.

-¿Disculpa? Oh nada… yo…- balbuceó avergonzada, sin terminar la frase. Un calor extraño se extendió por su rostro y se le escapó una sonrisa. Ron también sonrió.

-Eh, está bien. ¿Qué quieres de tomar?- preguntó bastante interesado sin dejar de mirarla, con un ligero tono de galán. Harry trataba de esconder una sonrisa, sin mucho éxito. Se encontraban dentro de Las Tres Escobas, resguardándose del frío y preparados para comer y tomar algo. La mayoría de sus compañeros estaban en el lugar.

Hermione entrecerró los ojos leyendo el menú. -Creo que tomaré chocolate caliente. - murmuró más para sí misma al momento que sacaba unas cuantas monedas de la cartera. Pero Ron fue más rápido. Sacó atropelladamente dinero del bolsillo.

-Yo te invitaré.- La chica pestañeó unos segundos. Harry se tapó la boca con las manos, fingiendo que bostezaba. Después de que los tres tuvieron sus bebidas se sentaron en un rincón del local. Vieron a Luna Lovegood entrar con Ginny y Neville, seguidos de una implacable y helada brisa. Ni Harry ni Ron ni Hermione pudieron evitar el percatarse de las miradas que algunas chicas le dirigieron a Neville.

-¿Por qué lo están mirando?- preguntó Harry confundido. Hermione puso la mirada en blanco.

-Oh vamos Harry, todo el colegio sabe que Neville regresó cambiadísimo.- comentó risueña. Harry y Ron la miraron más confundidos aún. Hermione se terminó el sorbo y agregó. -Neville ahora es guapo.- Terminó callándose ya que el mismo Neville se acercó con sus dos amigas a la mesa.

-¡Los andábamos buscando!- dijo con una gran sonrisa, sin tomar asiento. -Abrieron una nueva tienda, ¡tatuajes! No queda muy  lejos de aquí. - rió al momento que se alzaba la manga del brazo y mostraba su tatuaje. El rostro de un gran león que rugía levemente se mostraba en el brazo de Neville. Los chicos se quedaron impresionados. Pero entonces, Ginny y Luna enseñaron sus manos. Las dos tenían tatuajes de una lluvia de fuego y una luna menguante respectivamente.

-Suponíamos que ustedes también querrían hacerse algún tatuaje.- animó Luna. Ginny miró a Harry unos segundos y volteó la cara precipitadamente.

-No estoy seguro de que yo necesite otro tatuaje. - comentó escuetamente Harry, señalando su cicatriz. Por debajo de la mesa, Ron le dio una patada a su amigo. -OUG, mejor dicho, creo que me animo- corrigió de mala gana, observando con rencor a Ron.

Trampas de un Amor Prohibido. DrHrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora